El truco para conseguir que la sombrilla no se mueva ni un centímetro

El momento más esperado del año ha llegado. Y ahí estamos, mirando al mar, con el bañador puesto, sentados sobre nuestra mítica silla azul de rayas, el libro a un lado, la neverita al otro, y la sombrilla cubriéndonos estratégicamente del sol. Hasta que una inesperada ráfaga de aire se la lleva por delante y nos desmantela el chiringuito. Se acabó la paz. 

Para que nada perturbe tu tranquilidad este verano, te contamos los trucos definitivos para clavar tu sombrilla en la playa a la perfección y evitar que salga volando

Paso 1. El hoyo perfecto

Las prisas no son buenas consejeras. Cuando llegamos a la playa, a menudo la impaciencia puede con nosotros, y en vez de dedicar un poco de tiempo a preparar adecuadamente el 'tinglao', clavamos la sombrilla de cualquier manera y nos tumbamos rápidamente a saborear la paz, sin ser conscientes de que así, es muy probable que nos dure muy poco. 

Por eso, el primer paso para garantizarnos una jornada de descanso y despreocupación en la playa es cavar un hoyo. Pero debemos hacerlo bien: profundo y no demasiado ancho. Y a continuación, insertar el poste y girarlo enérgicamente para clavarlo sobre la tierra. 

Paso 2. El truco de las piedras

¡Ojo! Este es el truco que te sueles saltar. Antes de tapar el hoyo con arena, y después de haber clavado el palo de la sombrilla, es recomendable recoger algunas piedras medianas y rellenar el hoyo con ellas para aportar mayor estabilidad. 

Paso 3. Tapar con arena húmeda

Ahora sí, es el momento de tapar el hoyo con arena. Pero ojo, debemos hacerlo con arena húmeda de la orilla para que sea más compacta y la sujeción sea mayor.  

Paso 4. Más piedras 'por si acaso'

Algunos dirán que exageramos, pero por todos es sabido que es mejor prevenir que curar. Por eso, reforzar nuestra pequeña construcción de arena con más piedras sobre la base, u otros pesos que pueden ser: