El origen de la calabaza de Halloween: así es la leyenda de 'Jack el tacaño'

Calabaza, Halloween.
Calabaza, Halloween.
Unplash
Calabaza, Halloween.

Entre el cielo y el infierno nació la calabaza terrorífica de Halloween. La leyenda irlandesa, publicada en Dublin Penny Journal en 1836, comienza con la historia de un hombre de mala vida que, como tantos otros desgraciados, se daba al alcohol y la los vicios, y retó al mismísimo Diablo sin ser consciente de que pagaría un alto precio por ello. 

Jack el tacaño 'negocia' don El Diablo

Tal era la mala fama de Jack, que el Diablo quiso conocerle en persona y se presentó ante él una noche, convencido de que se llevaría su alma. Pero Jack le pidió un último deseo: tomarse la última cerveza. Y coló.

El Diablo, sin demasiado convencimiento, adoptó la forma de hombre y lo acompañó a un bar. Cuando llegó el momento de pagar, Jack le pidió que se transformase en moneda, y cuando el propietario no mirase, se volviera a su forma habitual y regresara con él. El Diablo cayó en su trampa: se transformó en moneda y Jack se la metió en el bolsillo, donde llevaba un crucifijo, impidiéndole que recuperase su forma. Quería negociar.

A cambio de liberarle, Jack pidió al Diablo que le perdonase la vida por otros diez años. No le mató el Diablo, pero poco después, sus excesos se llevaron por delante, y cuando quiso entrar al cielo, y le negaron la entrada, acudió al Infierno... pero entonces su viejo amigo, el Diablo, le recordó su promesa de que nunca se llevaría su alma al Infierno. Tenía todas las puertas cerradas. El castigo por haberle engañado sería vagar eternamente entre el cielo y la tierra. Como única posesión, el Diablo le entregó un farolillo fabricado con un nabo en cuyo interior ardía una brasa eterna, para que alumbrara su camino.

Del nabo a la calabaza, una tradición en la maleta

Esta leyenda de Jack o'lantern -Jack el de la linterna- se convirtió en tradición en Irlanda -se fabricaban farolillos con nabos que se colocaban para adornar las casas- y conformó una práctica muy popular en la festividad celta de la cosecha, el Samhain, que se celebraba el 31 de octubre y marcaba el fin de la época de cosecha y el final del verano, y el comienzo del oscuro y frío invierno. Por eso creían que ese día, la barrera del mundo humano y espiritual se difuminaba y sus habitantes podían mezclarse.

Más tarde, la con la llegada de los Romanos primero, y de la Iglesia católica después, esta celebración sagrada evolucionó hasta llegar a América.

Como ocurre en todas las emigraciones masivas, la de los irlandeses en el siglo XIX también se debió a la falta de alimento. La hambruna de la patata -conocida así porque dos quintas partes de la población dependía exclusivamente de esta cosecha para sobrevivir-, obligó a miles de personas a cruzar el Atlántico con una escasa maleta y sus tradiciones bajo el brazo. Allí, cambiaron los nabos por calabazas, más frecuentes en esas tierras, y se mezclaron con una tradición popular que consistía en que los niños vaciaban calabazas y abrían agujeros a la altura de los ojos para usarlas como máscaras.

Amanda Alonso
Redactora SEO '20minutos'

Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Escribo sobre actualidad, economía, política, ciencia y sociedad en la sección SEO del 20 minutos. Anteriormente en la revista XLSemanal. Me apasiona el periodismo en su faceta más humana: la clave de una historia está en su por qué, más que en su qué. Me he especializado en cine y estoy realizando un Máster en Postproducción y VFX porque creo firmemente en el poder de la imagen para transformar el mundo. También aquellas imágenes que no se ven, pero se escuchan o se leen.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento