Las Glosas Emilianenses, también conocidas como el 'Glosario de Silos', representan el punto de partida en la historia de la lengua española y su origen. Estas anotaciones fueron creadas en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja, durante los siglos X y XI, marcando el inicio de la transición del latín vulgar al castellano primitivo.
No se trata de un texto literario convencional, sino más bien un conjunto de glosas (anotaciones) o explicaciones escritas en latín y español temprano, debido a que los monjes las empleaban para traducir y clarificar términos latinos en manuscritos religiosos. Este enfoque pedagógico permitió plasmar la evolución de la lengua a medida que las palabras empezaron a adoptar formas propias del castellano.
Las bases del idioma que hoy conocemos
Las Glosas Emilianenses son un testimonio de la fusión de influencias lingüísticas que dieron forma al castellano. La presencia del latín, lenguas locales o la influencia del árabe se refleja en estas anotaciones, mostrando cómo la lengua se transformó y enriqueció a lo largo del tiempo.
Estas modestas anotaciones se convierten así en una ventana al pasado y nos permiten comprender cómo la comunicación y la expresión comenzaron a tomar una forma propia, estableciendo las bases del español moderno que hablamos y escribimos en la actualidad.
Las Glosas Emilianenses son un recordatorio vivo de la labor de los monjes medievales por preservar y transmitir conocimientos en tiempos de cambios profundos, representando el inicio de un viaje lingüístico que ha perdurado a lo largo de los siglos y que ha dado forma a la riqueza y diversidad del español que conocemos y valoramos en la actualida
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