El curioso origen de la expresión 'gallina' para llamar a alguien cobarde

  • La asociación entre la palabra ‘gallina’ y la cobardía es común en más de 50 idiomas diferentes, lo que evidencia su amplia difusión cultural.
Las gallinas son aves cuya máxima es la precaución, por lo que ante la mínima percepción de peligro, optan por ponerse a salvo.
Las gallinas son aves cuya máxima es la precaución, por lo que ante la mínima percepción de peligro, optan por ponerse a salvo.
Christian R. Hamacher / Flickr
Las gallinas son aves cuya máxima es la precaución, por lo que ante la mínima percepción de peligro, optan por ponerse a salvo.

La riqueza del lenguaje humano radica en su capacidad para utilizar metáforas y analogías que reflejan experiencias y observaciones de la vida diaria. Es posible que todos hayamos usado, oído o recibido la acusación de 'ser un gallina' por no atrevernos a hacer algo o para resaltar la actitud temerosa e indecisa de alguien. 

Se trata de una expresión muy común en el lenguaje coloquial. Pero, ¿de dónde viene esta asociación entre las gallinas y la cobardía?

El instinto de supervivencia de las gallinas

Las gallinas, aves domésticas del orden de las galliformes, se distinguen por su pico corto y curvo, su cuerpo rechoncho y sus plumas multicolores. Pero la palabra gallina también se emplea como adjetivo para calificar a una persona cobarde o tímida.

Según el diccionario de la Real Academia Española, esta acepción se usa de forma despectiva o irónica. Cuando una gallina percibe una amenaza o se enfrenta a una situación desconocida, su reacción instintiva es mostrar desconfianza y apartarse del posible peligro. Este comportamiento, fundamental para su supervivencia, ha servido como inspiración para la asociación de las gallinas con la cobardía en el lenguaje coloquial.

Lo que dice la ciencia: expectativas vitales

El comportamiento animal está estrechamente ligado a las expectativas vitales y las condiciones del entorno en el que habitan. Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature en 2007 arrojó luz sobre este aspecto al examinar cómo las decisiones de los animales están influenciadas por sus perspectivas reproductivas y la percepción de riesgo. En el caso de las gallinas, que suelen vivir en ambientes controlados por humanos y tienen la capacidad de poner numerosos huevos, la evitación del conflicto y la preservación de los recursos son estrategias adaptativas que les permiten asegurar su potencial reproductivo y su supervivencia.

Por el contrario, los gallos, que compiten por el dominio del gallinero y por el acceso a las hembras, suelen ser más agresivos y desafiantes, ya que así aumentan sus posibilidades de éxito. Sin embargo, es importante reflexionar sobre la naturaleza compleja del comportamiento animal y la diversidad de estrategias adaptativas que han evolucionado a lo largo del tiempo. Las gallinas, lejos de ser meros símbolos de debilidad, son seres que actúan según su instinto de supervivencia y sus condiciones de vida.

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