Malvive durante 20 años para ahorrar miles de euros y dejar de trabajar, pero "todo es inútil": "Es muy trágico"
- La idea de este chino era no llegar a la edad de jubilación y vivir de lo ahorrado, pero ahora se lamenta.
- Un error del 'comunity mánager' de Burger King y la reacción de la empresa se convierten en la historia del verano.
La historia de un hombre chino se ha hecho viral los últimos días tras salir a la luz su decisión de vivir en una situación precaria durante casi 21 años para poder vivir sin trabajar el resto de su vida.
Según ha contado el medio South China Morning Post, el único objetivo de este ciudadano chino, del que no da su nombre, solo su edad (45 años), era acogerse al movimiento FIRE, una tendencia de dejar de trabajar, pero no por la edad de jubilación, sino por conseguir unas cifras económicas lo suficientemente cuantiosas como para permitirle vivir sin trabajar.
Según explica el medio citado, este hombre se obsesionó con sumar en su cuenta bancaria lo que, al cambio, serían unos 600.000 euros. Lo hizo gracias a un trabajo muy exigente que le llevó a hacer muchas horas extras y turnos maratonianos que incluían también las noches.
Según ha contado en sus redes, en una historia que ha generado revuelo por la necesidad o no de haber llevado esta forma de vida, se hacía llamar 'El hombre que al final renunciará a su trabajo' y, aparte de su trabajo, fuera de él también hizo un labor digna de mención para no gastar mucho. Así, asumió una dieta basada en tazas de arroz remojado en agua fría, una pieza de fruta y alguna que otra verdura. Había noches, ha contado, en las que solo tomaba una lata de bebida energética que conseguía de manera gratuita a través de ofertas.
Para dormir usaba las instalaciones que la empresa disponía para sus empleados y por las que pagaba unos 180 euros. Y no usaba ni aire acondicionado en verano, época en la que usaba una prensa de ropa mojada para paliar el calor, ni calefacción en invierno, ya que hacía ejercicio para calentarse.
Sin embargo, en la actualidad se muestra frustrado, porque la la depreciación del yen le está provocando mayores gastos de los previstos. "Si el yen sigue depreciándose, nunca alcanzaré la libertad financiera. ¿Para qué he trabajado estos 21 años?", se pregunta. "Todo es inútil, es muy trágico", se lamenta.