Los gatos son animales de costumbres. Les encanta tenerlo todo bajo control, ya que se trata de animales muy territoriales. Por este motivo, los gatos detestan los cambios en la rutina. Cambiar cualquier aspecto de la vida de nuestro minino puede convertirse en su peor pesadilla, desde una marca de pienso, hasta el lugar donde se encuentra su arenero, pasando por una mudanza. Por eso, ante cualquier cambio que se vaya a producir en nuestro hogar, es recomendable hacerlo de forma gradual, dejando que nuestro pequeño felino se adapte poco a poco.
Mirar a nuestros gatos a los ojos es de las peores ideas que podemos tener ya que, en lenguaje felino, una mirada fija puede significar un desafío y, por tanto, nuestros mininos pueden sentirse amenazados. Por este motivo, siempre que queramos establecer una mirada con nuestros pequeños peludos, lo recomendable es que parpadeemos muy despacio, algo que ellos interpretarán como positivo, como una muestra de cariño y de seguridad.
PIXABAYComo hemos comentado, los gatos son animales que adoran las costumbres y a los que les encanta tener todo bajo control y, a veces, la convivencia con perros puede no ser compatible con estos aspectos. Aunque depende del proceso de socialización por el que nuestro peludo haya pasado, los perros pueden llegar a convertirse en el archienemigo de nuestro gato (con sus ladridos o sus juegos bruscos). Por este motivo, hay gatos que no son compatibles para la convivencia con perros.
Ligado también con ese sentimiento de seguridad que mencionábamos, es habitual que los gatos se escondan en habitaciones o debajo de la cama cuando tenemos visitas. Enfrentarse a situaciones desconocidas no es algo que le guste hacer a nuestros mininos y, por tanto, algo que les puede asustar mucho son personas que no conozcan. En este sentido, siempre debemos respetar a nuestro gato y dejar que se acerque a nuestras visitas cuando él quiera (sin forzarles a encuentros para los que quizás no estén preparados).
Otra de las cosas que nuestros gatos temen es el agua. Aunque hay razas concretas (como las que no tienen pelo) que requieren de unos cuidados que incluyen baños, la realidad es que no es necesario lavar a nuestros pequeños felinos, ya que ellos pasan gran parte de su tiempo acicalándose. Además, el motivo por el que detestan el agua es porque elimina los olores naturales que les distingue (feromonas) y que se dedican a esparcir por su zona (debido a su territorialidad).
Getty ImagesAunque a muchos pueden causarle curiosidad, algunos gatos temen terriblemente a los globos. Quizás sea el hecho de que son grandes, que flotan o que se mueven lentamente, pero la realidad es que muchos gatos pueden confundirlos con depredadores de mayor tamaño y, al menos en una primera instancia, huir despavoridos de ellos.
PEXELSSeguramente hayamos visto en algún momento uno de esos vídeos en los que aparece un gato tranquilamente comiendo y alguien deja detrás de él un pepino detrás para que, al girarse, el felino salte asustado y salga huyendo. Aunque puede parecer graciosa, en realidad sorprender a nuestros gatos con este tipo de comportamientos tan solo les crea estrés y ansiedad, lo que puede terminar derivando en comportamientos agresivos si dejan de sentirse seguros en el hogar.
PEXELSNuestros pequeños felinos también se asustan mucho de los sonidos fuertes (ya sea la música alta o golpes repentinos). Esto ocurre porque su oído está muchísimo más desarrollado que el nuestro y, por tanto, lo que a nosotros nos puede parecer un ruido alto, para ellos es muchísimo más fuerte, hasta el punto de poder dañar su audición.
PEXELSHay gatos independientes y gatos más pegajosos pero, siempre (y cuando digo siempre, es el cien por cien de las veces) serán ellos los que elijan cuándo podemos acariciarles y, más aún, cuando podemos cogerles y achucharles porque, pocas cosas detestan más nuestros gatos que el hecho de que los retengamos en nuestros brazos. Si nos arriesgamos, debemos ser conscientes de que es posible que nos llevemos algún que otro arañazo.
PEXELSAl igual que ocurre con su sistema auditivo, los gatos tienen un olfato muy superior al de las personas y, por este motivo, son muy sensibles a olores fuertes. Por ejemplo, la cebolla, los cítricos o el vinagre, son algunos olores que repelen a nuestros mininos y que no les gusta nada y, por tanto, debemos intentar evitarlo si estamos cerca de nuestro gato o, por el contrario, aprovecharnos de ellos para evitar que, por ejemplo, se acerquen a mordisquear nuestras plantas de interior.
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