La asociación se fundó oficialmente en junio de este año, tras mucho tiempo de trabajo a través de redes sociales. "Era un proyecto de varias personas independientes que, por casualidades de la vida, nos conocimos y encajamos con nuestro sueño", expresa Silvia Castiñeira, compañera y fundadora de Echamos una patita (EUP Hurones). "Nuestra principal labor es rescatar hurones: revisarlos, curarlos si llegan enfermos, socializarlos si llegan con miedos o traumas y buscarles una familia digna de ellos".
ECHAMOS UNA PATITALa principal fuente de ingresos de esta protectora son los donativos de la gente que los conoce. "Hacemos también venta solidaria, sorteos y subastas", añade Castiñeira. "Contamos con una cuenta de Teaming y contamos con mucho apoyo y difusión a través de redes sociales". En la foto, la asociación nos comparte el caso de Yuna, que llegó a sus manos desde una cuidadora que "no era consciente del tiempo que se requiere para tener a estos pequeños". "Estaba sin vacunas, viviendo en una jaula la mayor parte del día", lamenta la fundadora de Echamos una patita. "Tiene unos ocho meses y le falta la cola, pero esto no supone ningún problema en su día a día. De hecho, es muy sociable y juguetona aunque tiene miedo a determinados ruidos. Está en acogida en Sevilla".
ECHAMOS UNA PATITADesde la protectora explican que hay algunos hurones a los que cuesta dar más en adopción, como los albinos de ojos rojos (que a mucha gente no les gusta) o aquellos que tienen alguna enfermedad (aunque esté controlada), así como los más mayores. "Todos quieren al hurón juguetón, joven y sano cuando, en realidad, el trabajo de educar un bebé es infinitamente mayor que un hurón ya adulto con su carácter ya establecido y más relajado", detalla Castiñeira. En la foto se encuentra Lucy el primer día junto a los voluntarios de 'Echamos una patita'. "La recogimos de una perrera que contactó con nosotros. La encontraron vagando en la calle, acercándose a la gente. Estaba hambrienta, asustada y muy sucia", cuenta. "Tiene un carácter muy asustadizo, así que se encuentra en proceso de socialización y adaptación a una correcta alimentación".
ECHAMOS UNA PATITAA la hora de adoptar un hurón, hay que tener muy claro que son animales que se comunican con la boca y que no pueden vivir constantemente en una jaula ya que tienen sus horas de actividad al día y necesitan explorar, correr, saltar y jugar. "Nosotros ofrecemos asesoramiento nutricional, socialización, enriquecimiento, juegos, etc.", explica la fundadora de la protectora. En la foto nos presentan a Alsan, que fue cedido porque su cuidadora no podía cubrir las necesidades del animal. "Llegó deshidratado y con problemas digestivos. Necesitó hospitalización y pruebas varias pero está muy bien socializado, así que tan pronto se recupere podremos darlo en adopción".
ECHAMOS UNA PATITAOtras de las adopciones complicadas son las de parejas. "Cuando rescatamos a dos peques que llevan tiempo juntos, somos incapaces de separarlos, aunque eso suponga tenerlos durante meses en acogida", explica Castiñeira. "Damos prioridad a su bienestar físico y psicológico ya que, separarlos puede suponer un gran estrés, lo que repercute en su estado anímico". Ejemplo de esta situación son Limón y Hada, unos bebes de seis meses sociables y divertidos. "Limón sufrió una lesión con a penas tres meses que no fue tratada correctamente y ahora tiene una leve cojera en una pata trasera. Estamos pendientes de hacer más pruebas antes de darlos en adopción", detalla la fundadora de la protectora.
ECHAMOS UNA PATITAOtra parejita que busca una nueva familia son Aitor y Menta, hermanos de Limón y Hada (todos hijos de Aslan) que están totalmente sanos y soy muy sociables. "Son inseparables y divertidos. Ahora están en acogida en Madrid, buscando una adopción conjunta", explica Castiñeira. Para adoptar con esta protectora, lo primero que hay que hacer es rellenar un formulario de preguntas sobre cuidados, alimentación, manipulación, etc. para que los voluntarios te conozcan un poco. Después, se hace una entrevista para aclarar cualquier duda, presentarnos y conocernos mejor. "Damos la opción de conocer al hurón que está en adopción para que haya un primer contacto y ver tanto la reacción del animal como del futuro adoptante", añade. "Si la familia es apta, se entrega con un contrato con seguimiento de por vida".
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