Se trata de especies que se alimentan de néctar y polen de flores. "Tienen una dieta más acuosa y, aunque al principio solo se pensaba que se alimentaban de néctar, ahora se sabe que también de polen", detalla el experto. "Los loris, por ejemplo, son especies nectarívoras y cuentan con un tracto digestivo pensado para sintetizar este tipo de alimentos. Por eso, en cautividad es importante que la base de su dieta sea esa, aunque luego la complementemos con otros alimentos".
Los guacamayos, las ninfas, los periquitos australianos... Estos son algunos ejemplos de las especies que se alimentan fundamentalmente de semillas y hierbecillas, que según Valls, son la mayoría de loros (aunque estarían al límite con otras estrategias ya que son animales oportunistas). "Este tipo de alimento lo encuentran en árboles o en el suelo y suelen ser ricos en calorías y nutrientes, alimentos que sacian y nutren mucho", detalla. "Esto es algo que contrasta con otros tipos de estrategias como la frugívora y se trata de una dieta favorable para su vida en la naturaleza ya que tienen que encontrar poca cantidad para cubrir sus necesidades.
Aquí se incluyen los loros que se alimentan de las partes externas de los frutos entre la que destaca el conocido como loro Drácula como el más representativo. "Se alimentan de pulpas de fruta e higos, entre otros, alimentos más acuosos y muy diferentes a lo que nos imaginamos como fruta", comenta Valls. "Suelen ser frutas silvestres que son mucho más agrias y que incluso pueden contener componentes tóxicos. En este sentido, cabe destacar que son especies anatómicamente evolucionadas para aprovechar este tipo de alimentos ya que se han ido adaptando a esta dieta".
En este caso, el experto en psitácidas explica que en la naturaleza pueden darse casos de dietas omnívoras, pero no obligadas. "No es habitual encontrarse con loros que se alimenten de esta forma pero la parte animal es un complemento a su dieta", detalla. "Voluntariamente es más raro ver loros que le den más importancia a la proteína animal pero hay algunas especies (como las cacatúas abanderadas o las cavadoras) a las que se las ha visto buscando larvas, gusanos o insectos, e incluso otras como los Kākāriki, que comen incluso huevos o los Kea, que se alimentan de grasa de animales muertos".
Por último, Valls cuenta que hay una única especie de loro que se alimenta de hojas y brotes como base y se trata del Kakapo. "Aunque todos comen hojas, suelen hacerlo en una cantidad muy pequeña porque, es algo tan pobre en nutrientes que no se aprovecha nada de esas hojas", comenta. "Los loros que se alimentan de esto como base es porque en un punto determinado de su evolución era lo único que tenían y, en este caso, el Kakapo es el único folívoro como tal, masticando las hojas y absorbiendo lo que puede".
Conocer las diferentes estrategias alimenticias según la especie de loro nos puede ayudar a elaborar una dieta adecuada para las psitácidas que convivan con nosotros en cautividad, no obstante, no debemos olvidarnos de que la dieta que tienen en la naturaleza responde también a una actividad que puede no darse en nuestros hogares. Por este motivo, Valls recomienda que, para aquellos loros que mantenemos como animales de compañía les proporcionemos una dieta basada en pienso de gama alta, una parte de frutas y verduras y, por último, alimentos extra como mezcla de semillas, legumbres o incluso pasta cocida.
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