Otro de los oficios menos conocidos que realizan los perros alrededor del mundo es el de arqueólogo. Se trata de perros entrenados para detectar artefactos y restos humanos que se valen de los más de 300 millones de receptores olfativos que tienen en la nariz para identificar compuestos químicos liberados por objetos antiguos, así como el olor humano. Esto puede ayudar a arqueólogos a, por ejemplo, delimitar áreas de excavación.
El trabajo de guía o lazarillo es uno de los más populares y conocidos en nuestra sociedad que puede desempeñar un perro. Su entrenamiento puede llevar más de dos años, algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta la especialización y responsabilidad que requiere su labor. Desde evitar obstáculos o elementos peligrosos, hasta obedecer órdenes, pasando por mantenerse calmado, son algunas de las lecciones que el peludo deberá dominar para convertirse en perro guía.
Las terapias asistidas con animales, también llamadas intervenciones asistidas, son uno de los ámbitos que más ha crecido en los últimos años en nuestro país. Tanto hospitales como centros de mayores, han comenzado a contar con estos perros que han sido educados y entrenados para contribuir a la recuperación de pacientes y a reducir la ansiedad e incluso el dolor, entre otros muchos beneficios. De hecho, ya existen multitud de organizaciones y asociaciones dedicadas al estudio de estos beneficios que nos aportan los perros en todo tipo de situaciones vulnerables, entre las últimas, el apoyo emocional a pacientes y sus familias en las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos).
Nuestros compañeros de cuatro patas también pueden ser educados y entrenados para servir ala industria vinícola, donde pueden ayudar a detectar enfermedades en las vides (como la vid amarillenta) que puede afectar a la producción del vino. Además, también son capaces de identificar los olores asociados con las enfermedades de las plantas y, por tanto, su ayuda es una forma excepcional de prevenirlas y proteger así los cultivos.
Otra de las labores más populares de nuestros compañeros de cuatro patas es la que realizan en las operaciones de búsqueda y rescate. Los perros tienen la agilidad física y una capacidad olfativa muy desarrollada que los convierte en los perfectos aliados en las labores de rescate en desastres naturales o cualquier otro hecho inesperado que pone en peligro la integridad humana, ayudando a localizar personas.
La de perro guardián es uno de los trabajos más antiguos de los perros: los mastines italianos (conocidos como corsos) protegían los campamentos en la antigua Roma, algo que se ha ido transmitiendo generación tras generación hasta nuestros días, donde pastores alemanes, dóbermans y rottweilers, entre otros, han adquirido esa labor, protegiendo propiedades frente a los intrusos.
Por supuesto, una de las profesiones más famosas que realizan nuestros perros es la de policía. Los canes son capaces de detectar drogas, explosivos e incluso rastrear delincuentes para ayudar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre otras muchas otras funciones. Para ello, reciben un entrenamiento específico desde que son pequeños, siendo expuestos a todo tipo de estímulos y educados para poder hacer las diferentes tareas.
También muy conocidos, los perros pastores llevan décadas y décadas ayudándonos a mantener a salvo y controlado los rebaños y el ganado. Ciertas razas son expertas en dirigir los movimientos tanto de vacas, cabras u ovejas, facilitando así la labor de los pastores. Además, en caso de que alguna se pierda, también pueden encontrarlas valiéndose de su fantástico olfato. Y por supuesto, son los encargados de alertar a las personas de cualquier peligro y de ahuyentar a posibles depredadores.
La de forense es una de las profesiones menos conocidas y que son capaces de realizar nuestros perros. En una investigación criminal, si el peludo ha sido debidamente adiestrado, puede ser de gran ayuda como experto en odorología forense (identificación molecular del olor humano). Pero no solo eso, también pueden especializarse en terapia forense, para brindar apoyo emocional a los equipos de búsqueda y rescate, así como a las víctimas y familias afectadas. Por último, estos perros son también ideales compañeros para acompañar a las víctimas durante los procesos penales, mientras declaran en un juzgado, por ejemplo.
Por último, aunque no menos importante, no podemos olvidarnos del trabajo del perro conservador, un gran ayudante a la hora de proteger especies en peligro de extinción. A estos perros también se les conoce como "ecodetectores", ya que están entrenados para rastrear y localizar especies en peligro de extinción o, por lo contrario, a los depredadores que pueden amenazar a éstas y lo hacen a través de las heces de dichos animales.