![Lucía Uguina junto a sus dos perros mestizos.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_990_auto/files/fp/uploads/imagenes/2024/05/29/lucia-uguina-junto-a-sus-dos-perros-mestizos.r_d.434-653.jpeg)
Rayo y Gina son los niños mimados en casa de Lucía
A casa de Lucía Uguina el primero en llegar fue Gina. Lo hizo en un momento muy difícil para ella y sus padres, ya que, según relata Uguina, su abuela acababa de fallecer y su madre pasaba por una depresión muy fuerte por ello. "Siempre habíamos tenido un peludo en la familia así que decidimos adoptan a una perrita" cuenta.
Querían que fuera hembra de al menos uno o dos años de edad y, al visitar la protectora de animales, la encontraron sola y triste debido a que se acababan de llevar adoptado a su hermano, así que no lo dudaron. "Fue una adaptación dura y lenta pero al final encajamos muy bien y, un año después decidimos adoptar de nuevo, esta vez a Rayo, con quién Gina se puso a jugar en el refugio", agrega.
No obstante, Rayo llegó a su nuevo hogar con mucha ansiedad aunque, por suerte y en contra de lo que le recomendaron varios etólogos, la familia de Uguina no dudó en trabajar con él, armarse de paciencia y no plantearse el devolverlo a la protectora. "Era agresivo y muy difícil de manejar pero conseguimos que se convirtiera en el terroncito de azúcar que es hoy por hoy", cuenta orgullosa Uguina.
Con diez y once años ya, la joven recuerda que poco les importaba a ella y a sus padres que los perros fueran de raza. "Hay muchas veces que los perros negros, al igual que los gatos, no son adoptados y, en el caso de Rayo, quisimos darle esa oportunidad", comenta. "La raza no es relevante, el cariño es el mismo con o sin pedigrí".
![Sara y Brandon, los perros de Simone.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_990_auto/uploads/imagenes/2024/05/29/sara-y-brandon-los-perros-de-simone.jpeg)
Sara y Brando, el apoyo incondicional de Simone
Simone conoció a su primer perro mestizo en un evento de protectoras. Tass era una perrita mestiza de color negro, de diez años de edad y que llevaba más de cinco años en el refugio. Por desgracia, al mes de estar con su nueva familia fue diagnosticada con una enfermedad cardíaca por la cual la dieron dos años de vida. "Sin embargo, con controles, medicación, una buena alimentación y paseos diarios logramos que estuviera con nosotros cinco años más", recuerda Simone. "Me apoyó mucho durante la pandemia (yo soy médico forense), quedándose siempre a mi lado cuando llegaba a casa llorando".
Así empezó una relación con los perros mestizos que Simone jamás habría imaginado. Tras la muerte de Tass, la médico forense no dudó en volver a adoptar: Brando fue el afortunado. Un perrito de tamaño pequeño de once añitos de edad, mestizo de pequinés que enamoró a Simone. "Fuimos a por él (a Cádiz) desde Barcelona porque falló el transporte", recuerda.
Pero esto no fue todo. Simone conoció el pasado mes de octubre a Sara a través de las redes sociales, una perrita mestiza de color negro de diez añitos de edad cuyo dueño había fallecido. "Tras aprobar la oposición que estaba preparándome Sara se incorporó a la familia y, aunque ha sido una adopción compleja debido a los traumas y miedo a las personas, poco a poco va ganando confianza", cuenta.
"Los abuelitos mestizos son los perros en los que menos se fija la gente que adopta y se quedan más tiempos en los refugios y protectoras, habiendo muchos que nunca llegan a conocer un hogar, hay que darles una oportunidad", concluye.
![India y Otto, los perros de Sara Romón.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_990_auto/uploads/imagenes/2024/05/29/india-y-otto.jpeg)
India, un perro mestizo acorde a la familia de Sara
A la hora de adoptar, algo muy importante a tener en cuenta es el tipo de perro que se adapta a nuestra familia. En el caso de Sara, cuando se topó con la foto de India en Facebook y se enamoró, se dio cuenta de que aquel perro mestizo era el perfecto para su familia. "Ya vivíamos con Otto, un Border collie y Thayson, un gato, así en nuestro caso el dilema a la hora de adoptar un perro nuevo era que se pudiera adaptar a nuestra familia", explica Sara. "Era necesario que el perro que viniera pudiera seguir el ritmo a Otto (que necesita mucha actividad) y, la verdad que India dio respuesta a las opciones que estábamos barajando: yo quería un amastinado y mi novio quería un perro más potente tipo Pastor belga".
India es un claro ejemplo de que, a veces, la solución no se encuentra en los perros de raza, si no en los mestizos. "Ella es un mix de ambas razas y reúne las mejores características de cada una", comenta Sara. "La raza no fue importante a la hora de elegir, lo fueron sus características, algo que debería valorarse siempre que se pueda, la compatibilidad con la familia es fundamental".
![Chester. Tiene 7 años y medio, y las razas no se conocen bien , fue encontrado en la calle, parece cruce entre bodeguero y border collie o pastor alemán, es mediano de tamaño. Lo vi en una foto que mandaron de un perro que se habían encontrado en la calle. No buscaba perro en ese momento pero me encantó la cara que tenía y a la semana pregunté qué había pasado con él. Por lo visto alguien se lo había llevado y al día siguiente apareció en la puerta de la policía, y en ese momento estaba en un refugio de La Ina, así que pensé que era el destino, y fui por él al refugio sin dudarlo. La verdad me daba igual. He tenido otros perros mestizos y de raza, y no me importa que no sea de raza. Es nervioso, muy activo, inteligente, algo dominante y territorial pero muy cariñoso y obediente Fue buena. La verdad es muy inteligente y se adapta a todas las circunstancias](https://imagenes.20minutos.es/files/image_990_auto/uploads/imagenes/2024/06/11/m-carmen-gimeno-duran-san-fernando-cadiz-chester.jpeg)
El destino junto a Chester y Carmen
Los perros mestizos son tan buenos como los de raza y, por ello, a mucha gente no le importa escoger un perro sin raza con el que convivir. De hecho, algunos llegan como caídos del cielo. Este fue el caso de Chester, un mestizo de siete años y medio que fue encontrado en la calle. Carmen Gimeno lo vio por primera vez en la foto de "perro encontrado" y, aunque no buscaba perro en aquel momento, le enterneció tanto la cara que tenía que a la semana preguntó por él.
"Alguien se lo había llevado y al día siguiente apareció en la puerta de la policía, desde donde se lo llevaron al refugio de La Ina. Pensé que era el destino y fui a por él sin dudarlo", cuenta. "Me daba igual que no fuera de raza, he tenido otros perros mestizos y también de raza y me es indiferente".
La adaptación de Chester a su nuevo hogar fue muy buena. "Es muy inteligente y se adapta a todas las circunstancias, aunque es un poco nervioso, algo dominante y territorial, pero muy cariñoso y obediente", concluye Carmen.
![Mis perros son Enzo y Tucker. Enzo es un cruce de dálmata y lo encontraron hace 12 años abandonado en la playa con su hermano cuando eran unos bebés. Tucker, iban a matar a su madre en la perrera de Sevilla y la sacó de allí una asociación, y no sabían que iba como un kinder sorpresa, ya que tuvo 5 cachorros, aunque dos fallecieron en el parto. Tucker es un cruce de tequel. Enzo fue adoptado por un amigo de mi hijo, pero como su madre no quería mascotas en su casa acabó en la mía, algo que tengo que agradecerle, porque no sé qué haría sin él en estos momentos. Realmente va a nombre de mi hijo, pero por motivos de trabajo lo tengo yo. Aún así cuando voy a ver a mi hijo ellos cruzan el charco conmigo. Vamos que vienen conmigo a todas partes.
Pese a que me gustan todos los perros, tener un perro de raza puede suponer un grave problema a causa de la endogamia. De hecho estuve una temporada de voluntaria en un refugio y vi como perros de raza eran abandonados por problemas de salud. Para mi un perro es un perro, sea de la raza que sea.
Enzo por ejemplo es un buenazo y enamora a todo el mundo, porque además le encanta saludar y que lo saluden. Hace unos años me crucé con unos colombaires y a uno de ellos le llamó tanto la atención que me dijo que me lo compraba. Yo le respondí que no tenía suficiente dinero para comprar a Enzo.
Tucker es un trasto, también excesivamente social y saludador. Al ser más joven es cabezón como él solo.
Los dos lo pasan francamente mal con la pólvora. Esta ciudad es un verdadero infierno en fallas y sin ellas, porque aquí todo el mundo tira tracas para celebrar lo que sea y cuando sucede ambos comienzan a temblar.
Lo mejor de todo es que son mi sombra. Vaya a donde vaya por la casa, ellos detrás de mí, aún cuando esté limpiando o arreglando cosas. Parece como si fueran mis supervisores. Eso también lo hacen cuando ha venido alguien a realizar alguna reparación, como si ellos tuvieran que explicarle cómo debe hacerlo.
Hace unos años Enzo me abrió el cubo de la basura y se comió un hueso de pollo. Cuando me di cuenta lo llevaba clavado al final del intestino, con lo que tuve que salir corriendo al veterinario. Como curiosidad cuando llegamos a la clínica lo subimos a la camilla y Enzo se quedó mirando a Juan Vicente (el veterinario) y empezó a gesticular, no ladrar, como si le estuviera explicando algo. Los dos nos quedamos mirando porque lo primero que se me vino a la cabeza es que le estaba diciendo que le molestaba lo que tenía clavado en el trasero, luego le expliqué a Juan Vicente lo que le pasaba. Supongo que habrás visto más de un perro que parece que esté hablando, no ladrando, como si respondiera. Pues así se comportó mi enano. Vamos yo le dije al veterinario que Enzo le acababa de explicar lo que le había pasado, y Enzo me miró.
Ambos se adaptaron fenomenal sin problemas vinieron de bebés a casa, así que os podréis imaginar la de trastadas que hicieron. Para que os hagáis una idea, yo por las tarde iba a la facultad y no llegaba a casa hasta muy tarde, y un día cuando llegué me encontré que Enzo me había destrozado los apuntes de Derecho Laboral. Evidentemente le hice fotografías para que cuando algún profesor nos dijera que no valía la excusa de que "mi perro se ha comido los apuntes" mostrarle la prueba fehaciente que si ocurría, porque además me destrozó varios tomos de sentencias del Tribunal Constitucional, porque hay que decir que aunque cierres las puertas Enzo las abre, y claro, Tucker va detrás de él para controlar.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_990_auto/uploads/imagenes/2024/06/10/merche-ortola-segui-valencia-ezno-y-tucker.jpeg)
Enzo y Tucker: de cachorros abandonados a una vida feliz
Merche, abogada y defensora de los derechos y el bienestar de los animales, convive también con dos perros mestizos: Enzo y Tucker. "Enzo es un cruce de dálmata y lo encontraron hace doce años abandonado en la playa junto a su hermano cuando eran unos bebés; en el caso de Tucker (un cruce de Teckel), iban a matar a su madre en la perrera de Sevilla cuando la sacó de allí una asociación que no sabía que venía preñada de cinco cachorros (aunque dos fallecieron en el parto)", cuenta Merche. "Ahora vienen conmigo a todas partes".
"Pese a que me gustan todos los perros, tener uno de raza puede suponer un grave problema a causa de la endogamia", expresa. "Estuve una temporada de voluntaria en un refugio y vi como perros de raza eran abandonados por problemas de salud... Para mí un perro es un perro, sea de la raza que sea".
Merche solo puede decir cosas buenas sobre sus perros: "Enzo es un buenazo que enamora a todo el mundo porque, además, le encanta saludar y que lo saluden. Va hasta tal punto que una vez un chico quiso comprármelo. En cuanto a Tucker es un trasto y, al ser más joven, es cabezón como él solo".
La llegada y adaptación al hogar según la abogada fue fenomenal, aunque, al ser cachorros, hicieron más de una trastada. "Una vez cuando volví de la facultad me habían destrozado los apuntes de Derecho Laboral y varios tomos de sentencias del Tribunal Constitucional", recuerda. "Evidentemente hice fotografías para que cuando algún profesor nos dijera que no valía la excusa de 'mi perro se ha comido los apuntes' poder mostrarles la prueba de que así había sido".
![Lucca cumple 11 años el próximo mes de junio y llegó a casa el 14 de febrero de 2014. Una amiga la tenía en acogida y al verla nos enamoramos de ella. Cuando nos la trajo fuimos a hacerle un chequeo completo para esterilizar y nos enteramos de que estaba embarazada. Un par de semanas después dio a luz y tuvimos que ayudarle con los cachorros, porque ella misma solo tenía 9 meses, y buscarles adopción responsable a todos ellos.
Después de eso, hemos vivido mil aventuras con ella y también nos han pasado todo tipo de cosas: sufrió una descarga al pisar una acera mojada cercana a una farola, se clavo un anzuelo en la pata en un viaje a Ibiza, tuvo episodios muy ligeros de epilepsia... Pero hemos superado todo juntos, disfrutado muchísimo a su lado y esperamos seguir haciéndolo durante mucho tiempo. Mi primer perro llegó a casa cuando yo tenía 13 años desde un criador y, en esta ocasión, sabiendo todos los problemas de abandono que hay teníamos claro que queríamos adoptar pero no teníamos preferencias en cuanto a raza.
Lucca es muy sensible y muy miedosa. Poco a poco, con el paso del tiempo, hemos ido trabajando esos miedos y ha ido mejorando muchísimo pero siguen afectándole mucho las cosas. Cuando vienen cambios importantes hay que proporcionarle una ayuda extra para adaptarse a la nueva situación. Es muy inteligente y le encantan los juegos de estimulación mental.
La adaptación fue muy complicada. Después de dar a luz a los cachorros y que estos se fueran con sus familias definitivas tuvo episodios de hiperactividad y empezó a mostrar todos sus miedos. Además, tuvimos que trabajar el vínculo con ella, fue una parte imprescindible para ayudarle a gestionar todas esas emociones.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_990_auto/uploads/imagenes/2024/06/10/celia-alesanco-ballesteros-najera-lucca.jpeg)
Lucca, una vida de aventuras junto a Celia y su familia
Lucca llegó a casa de Celia un 14 de febrero, con tan solo nueve meses y embarazada. Ahora tiene once años y un montón de recuerdos de todo tipo de sus mil aventuras en familia. "Nos han pasado todo tipo de cosas, desde que sufrió una descarga al pisar una acera mojada cerca a una farola a tener episodios de epilepsia ligeros, pasando por que se clavó un anzuelo en la pata en un viaje a Ibiza", recuerda Celia. "Pero hemos superado todo juntos, disfrutando muchísimo a su lado y esperamos seguir haciéndolo durante mucho tiempo".
"Mi primer perro llegó a casa cuando yo tenía trece años, desde un criador y, en esta ocasión, sabiendo todos los problemas de abandono que hay teníamos claro que queríamos adoptar pero no teníamos preferencias en cuanto a raza", cuenta sobre la llegada de Lucca a la familia. "Ella es muy sensible y miedosa pero, con el paso del tiempo hemos ido trabajando esos miedos y ha ido mejorando muchísimo, aunque siguen afectándole mucho las cosas".
No obstante, Celia asegura que Lucca es muy inteligente y disfruta mucho de los juegos de estimulación mental. "La adaptación fue muy complicada debido al embarazo y que sus cachorros se fueran con sus familias definitivas", asegura. "Tuvo episodios de hiperactividad y empezó a mostrar todos sus miedos, así que tuvimos que trabajar el vínculo con ella. Fue una parte imprescindible para ayudarle a gestionar todas esas emociones", concluye.