Esta frase puede sonar manida, pero es así, por eso no podemos esperar que todos los hitos de desarrollo se alcancen por todos los niños a la vez. Sin embargo, sin compararlo con otros niños, los padres sí deberán mantenerse alerta ante ciertas señales de alarma o banderas rojas que el menor presente, unos signos que pueden alertar sobre alguna anomalía en el desarrollo del lenguaje de un niño. Estos son los más comunes desde sus primeros meses de vida hasta los cinco años de edad.
PexelsSi un bebé, entre los 0 y los 3 meses presenta algunos de estos síntomas, deberemos de estar atentos a su desarrollo: no reacciona a diferentes ruidos, su llanto es anormal y no reconoce voces familiares.
Getty ImagesSi tiene entre 3 y 6 meses y no balbucea o no sigue los ruidos con la mirada, puede que debamos consultar con un médico.
Entre los seis meses y un año, un niño sin ningún problema en el lenguaje deberá silabear, prestar atención cuando le están hablando, imitar algunos sonidos, usar algún tipo de gesto para comunicarse y girar la cabeza ante los sonidos, al menos algunos. De no ser así, es recomendable consultarlo con un profesional.
FreepikEl mayor hito en el lenguaje de un niño entre los 12 y los 24 meses, es que suele pronunciar sus primeras palabras y haber adquirido un vocabulario básico, pero también hay otros que deberá cumplir, como hacer imitaciones de acciones, seguir órdenes simples, comprender preguntas sencillas, mantener la atención en el juego, señalar para pedir algo o construir estructuras de dos palabras.
Ketut SubiyantoEl siguiente año de vida de un niño es muy importante para el desarrollo del lenguaje. De hecho, muchos de ellos ya empezarán a ir al colegio, por lo que se espera de ellos que denominen objetos básicos, construyan breves oraciones de 2 a 3 palabras, entienda órdenes de dos pasos, tenga juego simbólico o se le entienda cuando hable. Si no es así, podría ser recomendable consultar con un pediatra o un logopeda.
Getty ImagesSegún el niño va creciendo, también debería hacerlo la complejidad de su lenguaje. P,or eso, entre los 3 y los 4 años, lo más habitual es que construya frases de más de tres palabras, use ya adjetivos y pronombres, formule preguntas básicas, distinga entre hechos pasados y futuros (y los cuente como tal) y no se frustre a la hora de comunicarse.
Entre los cuatro y los cinco años, aunque es normal que a algunos niños les cuesta pronunciar algunos sonidos, lo más habitual es que no tenga serias dificultades a nivel fonológico. También se debería esperar de él que tenga lenguaje narrativo -que sea capaz de contarnos cosas-, que mantenga la atención cuando le contamos algo -sobre todo un cuento-, que tenga un vocabulario rico más allá de los objetos básicos, que pueda describir objetos y sea capaz de mantener una conversación, aunque sea breve.
Aunque los hitos descritos anteriormente son orientativos, sirven como guía para que padres y profesionales estén atentos al desarrollo del lenguaje de niño y para que, de ser necesario, se intervenga de manera precoz con la ayuda de un profesional. La detección precoz es esencial, pues cuanto antes se intervenga un problema de lenguaje -especialmente si es antes de los seis años- menos problemas tendrá el niño en el futuro. De hecho, en muchos casos podrá incluso corregirse al 100%.
En caso de que el niño necesite una intervención, hay dos herramientas clave para que esta sea un éxito. Por un lado, el logopeda, que es el profesional más indicado para atajar trastornos del lenguaje, y en segundo lugar, el entorno más cercano del niño, tanto en el colegio, donde puede necesitar además la ayuda de un maestro de audición y lenguaje (AL), como en casa, donde, para que el tratamiento salga bien, deberán trabajar a diario siguiendo las pautas de estos dos profesionales.