Todas las imágenes mostradas hoy son de gran belleza, pero quizás la más emocionante por su espectacularidad corresponda a la nebulosa de Carina (NGC 3324), que abre la puerta a los llamados precipicios cósmicos y a la luminosa majestuosidad de una guardería de estrellas.
Las nebulosas de Carina y del Anillo del Sur y el Quinteto de Stephan eran objetos cósmicos ya conocidos y fotografiados por el telescopio Hubble, pero la tecnología puntera del Webb y su capacidad de observar en el espectro infrarrojo ha proporcionado una visión sin precedentes de todos ellos.
EFEUna sorprendente “instantánea” de la nebulosa del Anillo del Sur abrió el desfile, en la que se muestra el espectáculo final de una estrella agonizante, según la describe la NASA. que ha estado emitiendo anillos de gas y polvo en todas direcciones durante miles de años.
Las primeras observaciones del telescopio, formado por un parasol del tamaño de una cancha de tenis y un gran espejo de 18 fragmentos hexagonales bañados en oro, cuentan la historia de un universo oculto. La capacidad de ver desde los exoplanetas vecinos hasta las galaxias más lejanas del universo primitivo, hacen del Webb una especie de máquina del tiempo que será capaz de captar la luz emitida poco antes del Big Bang.
El telescopio espacial está compuesto de varias cámaras, espectrógrafos y coronógrafos de última generación, de los que MIRI y NIRSpec tienen participación científica española.