Los judíos que pudieron abandonar el país lo hicieron. En los diez meses que siguieron a la Noche de los cristales rotos, más de 115.000 judíos emigraron de Alemania. La mayoría se dirigió a otros países europeos, a Estados Unidos y a Palestina. Como parte de la política gubernamental, los nazis confiscaron casas, tiendas y otras propiedades que los emigrados dejaron atrás.
Yad Vashem Photo ArchiveMiembros de la SA, llevándose libros de escuelas y sinagogas para quemarlos. En la Noche de los cristales rotos hubo también linchamientos. Tras las horas de violencia, los departamentos de policía registraron un gran número de suicidios y violaciones.
Yad Vashem Photo ArchiveLas SA y las Juventudes Hitlerianas destrozaron los escaparates de unas 7.500 tiendas y negocios judíos -de ahí el nombre de Noche de los cristales rotos- y saquearon sus bienes. Los hogares judíos fueron saqueados en toda Alemania.
Yad Vashem Photo ArchiveAproximadamente cien sinagogas y casas de oración sirvieron a la comunidad judía de Viena en vísperas del Holocausto. Sólo unas pocas sobrevivieron a la Noche de los cristales rotos.
Yad Vashem Photo ArchiveFotografía de una sinagoga en llamas durante el pogromo. Antes de la Noche de los cristales rotos, el 28 de octubre, se ordenó a más de 17.000 judíos nacidos en Polonia abandonar sus hogares. Fueron llevados en horas a las estaciones de ferrocarril y puestos en trenes rumbo a la frontera con Polonia, que les negó el ingreso. Quedaron atrapados en la frontera. Tras varias semanas, 4.000 pudieron entrar en Polonia y los 13.000 restantes acabaron en campos de concentración.
Yad Vashem Photo ArchiveLas casas, los hospitales y las escuelas judías fueron saqueadas mientras los atacantes demolían los edificios con mazos. Fueron destruidas 267 sinagogas en toda Alemania y Austria. El fundador de la Gestapo, Hernan Göring, se quejó: "¡Preferiría que hubierais acabado con doscientos judíos antes que destruir tantos bienes valiosos!".
Yad Vashem Photo ArchiveFuerzas alemanas de las SS y las SA profanando y vertiendo gasolina sobre el mobiliario de una sinagoga en la zona de Nuremberg, durante los disturbios del pogromo de noviembre. En la Noche de los cristales rotos hubo linchamientos y ataques contra ciudadanos judíos por las tropas de asalto de las SA junto con la población civil. Las autoridades alemanas observaron sin intervenir. Se le considera el mayor pogromo (linchamiento multitudinario) de la historia.
Yad Vashem Photo ArchiveMás de 7.000 negocios judíos fueron dañados o destruidos y 30.000 hombres judíos fueron arrestados y encarcelados en campos de concentración. La persecución y los daños económicos continuaron después del pogromo. Tras saquear sus locales comerciales a los judios se les obligó a pagar una multa colectiva o "contribución de expiación" de mil millones, que se recaudó mediante la adquisición obligatoria del 20% de todas las propiedades judías por parte del Estado.
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