Las piedras retendrán la humedad del sustrato y evitarán que el calor llegue a las raíces. Además, las separarán de los rayos de Sol directos, evitando que se dañen en caso de que tu planta viva largos periodos de exposición solar.
Coloca el extremo de un cordón, cuerda o gamuza en el interior de un recipiente con agua. Después, introduce el otro extremo en el sustrato de tu planta. De esta forma, el agua pasará del recipiente a la maceta, convirtiéndose en un sistema de riego automático casero, fácil y barato.
Con las bombillas de riego puedes hacer que tus plantas se rieguen de manera automática durante tus periodos vacacionales. También podrás emplear una botella que, ubicada boca abajo y habiéndola realizado una pequeña perforación, goteará poco a poco, administrando el agua de forma periódica y constante.
Be.GreenEn el caso de las plantas pequeñas, podrás colocarlas en algún recipiente que permita el paso de luz, como una pecera. Tapa la parte superior con plástico para favorecer la conservación de un microclima húmedo en el interior.
Siempre que existan ventanas para asegurar la llegada de luz natural. Tapa el desagüe y llena la bañera con unos cinco centímetros de agua, coloca unos ladrillos y, justo encima, tus macetas. Así, la capilaridad se encargará de su conservación.
Coloca sustrato de hidrogel dentro de un tubo para que este se convierta en la reserva de agua de tus plantas durante unos días. Mantendrá la humedad y se encargará de que las raíces no se sequen.