Los vendedores se concentraron en la plaza de Cascorro para denunciar incidencias con los controles de aforo y la localización de los puestos.
Jorge ParisLas calles y plazas en las que habitualmente se ubica el Rastro se vallaron y efectivos de la Policía Municipal y de Protección Civil controlaron los accesos. También se desplegaron agentes en el interior del recorrido.
Jorge ParisMayka Torralbo se ha convertido en una de las voces más representativas de los vendedores del Rastro. Vicepresidenta y portavoz de la asociación 'El Rastro punto es', este domingo pidió "voluntad política" para encontrar "soluciones y no más problemas" a la situación que viven. Los controles de aforo y la localización de los puestos son sus principales quejas.
Jorge ParisRaquel Boca está a punto de cumplir 65 años y 35 de ellos los ha pasado en el Rastro. Por su vuelta siente "una emoción increíble", a pesar de que con la reorganización ha perdido su ubicación original y teme que sus clientes no puedan encontrar su puesto de artesanía en el que vende bolsos, ropa y zapatos.
Jorge ParisMari Ángeles Martín regenta desde hace 10 años un establecimiento de comida, 'Un Pizzico', en la calle del Amazonas. Con la reapertura del Rastro ansiaba la vuelta de los clientes, pero denuncia que uno de los controles policiales se ha establecido frente a su negocio y los clientes no entran. "Le pediría al Ayuntamiento que controle de otra manera, que no me ponga las vallas en la puerta", imploró.
Jorge ParisEl acuerdo al que llegaron el Ayuntamiento de Madrid y los comerciantes para reabrir el Rastro fijaba un límite máximo de 500 puestos por domingo, la mitad de todos los que tienen licencia. Los vendedores se irán alternando para salir a las calles del centro.
Jorge ParisEl sol y una temperatura muy agradable animaron las primeras compras de la reapertura del Rastro. El volumen de ventas no fue igual en todos los puestos: mientras unos se dieron por satisfechos con la mañana, otros echaron en falta más caja después de tantos meses.
Jorge ParisMuchos madrileños añoraban mucho el Rastro. "Lo echaba de menos porque soy muy amante del centro de Madrid, aunque no soy de aquí", cuenta Aneto Álvarez, de 54 años. Antes de que la Covid-19 irrumpiera en nuestras vidas, solía acercarse a pasear con su hijo al populoso mercado.
Jorge ParisAdemás de vigilar los accesos a los lugares en los que se dispusieron los puestos del Rastro, la Policía Municipal estableció dentro del perimetro zonas en las que no se podía circular y circuitos para los compradores.
Jorge ParisLa Policía Municipal prohibía entrar al recinto que se habilitó en torno al Rastro cuando daba por completado el aforo de 2.701 personas. En algunos momento del día, sobre todo hacia el mediodía, se produjeron colas de personas que querían entrar a ver los puestos y no podían.
Jorge Paris