Fernando teletrabaja para la agencia en la que lleva a cabo estrategia de productos y pasa la cuarentena en San Blas con su gato, "que se está portando bastante bien". Aunque dice que su rutina diaria no ha variado en demasía, sí ha ganado tiempo en casa para cocinar.
Jorge ParísFuncionaria de carrera, lleva jubilada tres años, en los que, cuenta, ha pisado poco su casa de Alcobendas. "Siempre busco la calle", dice. Ahora, confinada en soledad, hace ejercicio con Youtube, una herramienta que acaba de descubrir, aplaude religiosamente cada tarde en su balcón y hace videollamadas con su grupo de amigos y con su hija y su nieta.
Jorge ParísArquitecto de profesión, a Miguel tampoco le ha variado mucho la rutina el confinamiento más allá de que ahora trabaja media jornada y tiene más tiempo para él. Pensaba que iba a llevar peor la soledad, pero dice que está más conectado "que nunca" con la gente, incluso con aquellos amigos que antes veía con poca frecuencia.
Jorge ParísLeticia empezó a teletrabajar antes de que el confinamiento fuera oficial y, como casi todos, ya lo ha normalizado. La primera semana se la pasó en pijama pero ahora ya no. Además, ha aprovechado para hacer deporte y para aprender a tocar una guitarra que se acaba de comprar, además de llamar a sus amigos y suscribirse, "por fin", a Netflix.
Jorge ParísRoberto vive con su novia, pero el confinamiento les separó porque cuando se decretó ella estaba en Cádiz. Eso le dejó "descolocado y frustrado", pero cuatro semanas después dice llevarlo mejor. Como está en el paro, todo su tiempo es "ocio" y ahora lo invierte en hacer retratos con fotos de sus amigos y en componer canciones de rap.
Jorge París