Los políticos hablan de remesas...

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Estos días políticos de Centroamérica y el Caribe estaban reunidos estudiando el tema de las remesas, el dinero que los inmigrantes mandamos a nuestros países de origen. La gran conclusión era que esas remesas deberían guardarse en un banco.

Las trabas para quienes tenemos familiares en nuestros países, que pueden necesitar el dinero, existen. Y, hasta la fecha, los gobiernos en vez de facilitar las cosas parece que las complican. Actualmente la traba más importante para el envío de remesas es lo que cobran las empresas financieras privadas como Western Union o el Banco Santander. Tengo entendido que el Estado Boliviano, desde hace poco, también cobra sus impuestos.

En general la gente intenta enviar el dinero por vías alternativas para evitar las comisiones (incluso a costa de posibles timos, que también existen y que trataremos en otro post). Luego está el tema, en el país de origen, de dónde se guarda el dinero enviado: normalmente se guarda debajo de la cama porque no es siempre fácil confiar en los bancos.

No suelo dar ejemplos propios, pero en este caso lo daré porque me resulta un ejemplo muy claro de para qué tipo de cosas se utilizan las remesas de los inmigrantes. Mi padre está jubilado. En Argentina los jubilados no reciben casi nada de dinero, y casi la totalidad de lo que gano escribiendo este blog se utiliza para pagar sus gastos mínimos en Buenos Aires. Yo misma envío el dinero por vías alternativas, con gente que viaja, con amigos… y la verdad es que preferiría que, si pudiera ahorrarlo (cosa que evidentemente no puede) no lo ponga en un banco argentino, o por lo menos que no sea privado (no sólo por la experiencia del Corralito, sino porque allí no existen las Cajas tal y como están instauradas aquí, y los bancos siguen cobrando mucho en comisiones). Hace unos años, cuando el ex presidente, Nestor Kirchner, era gobernador de la provincia argentina de Santa Cruz, guardaba el dinero público en un banco extranjero

A veces parece que las opíparas comidas "fusión" de los hoteles cinco estrellas donde los políticos hacen esas reuniones de primera orden los obnubilaran. Se olvidan de las cosas más básicas. En primer lugar, los gobiernos deberían ayudar a que podamos enviar dinero, intentando bajar el costo del envío lo más posible por vía pública, desde luego sin agregar impuestos, y sin permitir negocios financieros privados a costa de las necesidades de los más pobres. Y por supuesto, antes de plantear que ese dinero debería estar en un banco, tendrían que pensar si los bancos dan suficiente credibilidad y ocuparse de tener instituciones financieras que brinden un servicio público de primera calidad, en vez de filas interminables, confusiones y grandes dolores de cabeza.

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