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La industria necesita unas reglas claras para descarbonizarse y planificar su futuro

La industria necesita unas reglas claras para descarbonizarse y planificar su futuro.
Alberto Rosado

La necesidad de generar un sector industrial fuerte, competitivo y limpio en España, que reduzca al mínimo las emisiones contaminantes y se descarbonice, se encuentra en un momento clave y necesita un marco regulatorio estable en el que la nueva reforma energética de la UE y la Ley de Industria y Autonomía Estratégica que prepara el Gobierno jugarán un papel clave. Se trata de eliminar la incertidumbre sobre los costes energéticos que todavía pesan sobre sectores básicos de la economía española -cerámica, metalurgia, automoción, química, alimentación, etc.- mediante una reordenación que ofrezca seguridad a las empresas para planificar a largo plazo de la mano de las principales compañías de generación y comercialización energética española. Esa fue la principal conclusión del Foro sobre la Descarbonización de la Industria organizado por La Información Económica y patrocinado por Naturgy, que contó con tres ponentes de lujo para la ocasión: el director general de Estrategia Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa, Jordi García Brustenga, el secretario de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, Juan Antonio Labat, y la directora de Mercado Industrial de Naturgy, María Higueras Rabadán.

La descarbonización industrial es uno de los grandes objetivos nacionales que se ve reforzado por la normativa europea que marca metas exigentes para los próximos años. Esto supone todo un reto para la industria energética española que debe enfrentarse a cambios en sus sistemas productivos, llevar a cabo fuertes inversiones económicas y ceñirse al cumplimiento estricto de la normativa para evitar las elevadas sanciones.

Desde la dirección de Naturgy María Higueras Rabadán pone sobre la mesa las claves a las que el sector se enfrenta. La incertidumbre del proceso aleja a los clientes de los modelos más sostenibles. Las empresas deben enfrentarse a los múltiples factores que no permiten dar ofertas a largo plazo para que los clientes apuesten con seguridad por productos sostenibles, ya que el sector busca unas condiciones y unos precios estables. “Los clientes están un poco desconcertados por los modelos, por si van a haber incentivos a la oferta, si los van a haber a la demanda…”, explica la directora de Mercado Industrial de Naturgy.

Pese a que las empresas energéticas han experimentado un gran crecimiento en los últimos años, “lo que queda por hacer es lo más complejo y lo que requiere una inversión mucho más potente”, indica María Higueras Rabadán. Y la falta de seguridad respecto al futuro apoyo, los costes energéticos y los posibles resultados genera una inseguridad que frena la demanda de los clientes. “Necesitamos ir dando pasos mucho más pequeños y más seguros para dar seguridad a las empresas, sobre todo por cómo abordar los problemas”, concluye.

Desde la administración del Ministerio de Industria y Turismo, Jordi García Brustenga muestra una posición en la misma línea. El director general de Estrategia Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa pone en evidencia los pasos a futuro: la necesidad de dar máxima seguridad a la industria y de acompañarla a establecer la transformación desde los PERTE, que recogen regulación, planificación de modelos y subvenciones y préstamos. “Es mucho más, es acompañar a cada sector, a cada empresa a hacer esta transformación”, indica.

En esta línea, recientemente se anunció que la primera línea de actuación del PERTE de descarbonización industrial destinado a la transición verde de la industria ha recibido 144 proyectos por valor de 3.000 millones de euros de inversión total. En concreto, se han solicitado préstamos por valor de 118,2 millones de euros y subvenciones por valor de 1.000 millones de euros.

Juan Antonio Labat, secretario de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española -plataforma que incluye a nueve sectores industriales con empresas que generan el 55% del PIB-, pone en evidencia el “momento crítico” en el que se encuentra el sector y marca tres tecnologías a las que debe enfrentarse para conseguir competir con los productos de otros países: captura y almacenamiento de CO2 (proceso con el que no cuenta España), el hidrógeno verde (mucho más caro que el hidrógeno azul o gris) y la electrificación (las tecnologías de combustión son complejas y se requieren temperaturas muy altas).

Toda esta incertidumbre ha llevado a poner en evidencia el por qué es necesario crear un marco de inversión seguro para las empresas. Resolver los retos que se plantean implicaría que las compañías pudiesen aprovechar el proceso de descarbonización para desarrollar modelos de negocio que supongan crecimiento de la industria en Europa. Uno de los métodos que se contempla desde la administración sigue la estela de los fondos Next Generation sin depender de la capacidad fiscal de cada país. Pero se le suma un punto más, la dirección única de proyectos a nivel europeo, imitando la dirección conjunta centralizada de Estados Unidos.

Un producto descarbonizado más barato

La industria europea se debe enfrentar a los precios más económicos que puede ofrecer China a través de una producción con estándares más bajos. Por lo que el sector demanda unas medidas que permitan ofrecer un producto descarbonizado más barato que consiga competir en precio con los demás. Uno de los puntos que puede favorecer una competitividad más asequible, según Juan Antonio Labat, secretario de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, debe ser la concienciación de los clientes sobre el impacto que supone en los precios la producción verde y mitigar la diferencia en ese importe encareciendo los productos no descarbonizados o abaratando los verdes.

¿Cómo hacer para que la descarbonización llegue a la PYME?

Según explica el director general de Estrategia Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa, Jordi García Brustenga, la administración está trabajando en crear una estrategia energética enfocada a la PYME con políticas específicas centrándose en asuntos como la eficiencia energética y las comunidades energéticas, que supone mayor capacidad de producción, almacenamiento y consumo para estas empresas, lo que les ayuda a ganar autonomía y compensar con sus emisiones. A lo que se suma la visión de la industria, que entiende que debe compensar la descarbonización de otros sectores en los que el proceso puede ser más difícil de llevar a cabo.

"No es suficiente el reto de diseñar una buena estrategia energética desde la industria, si no que cada vez más la intención es tener un capítulo que es la estrategia energética para la PYME que tiene algunas políticas específicas mucho más relevantes respecto a las grandes", explica García Brustenga, del Ministerio de Industria y Turismo. Además, se defiende el traspaso de parte de la toma de decisiones a las Comunidades Autónomas. A lo que se le suma la intención de aprovechar la cultura industrial "para que jóvenes inversores apuesten por la industria como una acción de vida o de desarrollo", concluye.

El gas renovable como punto fuerte de España: ventajas y desventajas

Uno de los puntos comunes en la mesa ha sido el gran potencial del gas renovable en España como un recurso que alimenta la estrategia de autonomía nacional. Una de las claves que fortalece su potencial es la eficiencia económica que supone al no exigir nuevas estructuras de producción, ya que se pueden aprovechar las existentes. Una ventaja a la que los clientes se quieren sumar, ya que, según indica la directora de Mercado Industrial de Naturgy, María Higueras Rabadán, se recibe una gran demanda por parte de los clientes, que están dispuestos a pagar “cantidades importantes de dinero”. Sin embargo, hay una gran duda en el sector: ¿cómo conseguir que sea más competitivo?

La experta defiende que una de las medidas podría ser no pagar por los residuos, “no tiene sentido”, afirma. A esto se le suma la dificultad de las compañías de garantizar a sus clientes un suministro a 10 años, ya que requiere llegar a acuerdos con granjeros y otros actores a largo plazo, una cuestión compleja. Por lo que el sector pide incentivos y apoyo que les ayude a responder a la demanda existente.

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