¿Puedo pedir un préstamo estando desempleado? Estos son los casos y requisitos más comunes

Fijar el precio adecuado es una tarea difícil. Si es demasiado bajo, puedes perder dinero. Y si es muy alto no la podrás vender. Por ello será necesario un análisis pormenorizado de la vivienda para establecer la cuantía más apropiada.
Imagen de archivo de billetes
Pixabay/martaposemuckel
Fijar el precio adecuado es una tarea difícil. Si es demasiado bajo, puedes perder dinero. Y si es muy alto no la podrás vender. Por ello será necesario un análisis pormenorizado de la vivienda para establecer la cuantía más apropiada.

La coyuntura económica de España no está pasando por su mejor momento, lo que repercute de forma directa en las familias. Muchas de ellas dependen de unos ingresos mínimos con los que apenas pueden hacer frente a los gastos y, por ende, se encuentran con dificultades para llegar a fin de mes. La situación empeora, no obstante, cuando surge algún imprevisto que requiere de un desembolso.

Una enfermedad inesperada, una reforma de última hora, la necesidad de comprarse un coche... Son circunstancias que pueden dar un giro de 180 grados a la subsistencia de un hogar. Si se dispone de liquidez suficiente para afrontarlo no habría ningún inconveniente, pero la cuestión viene cuando no la tienes y necesitas pedir un préstamo, lo cual se puede convertir en un problema si estás en paro

El número total de desempleados en España se situó en enero en 2.908.397, según los datos registrados en las Oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Si soy una de esas personas, ¿puedo pedir un préstamo? La respuesta es sí: los parados pueden solicitar financiación siempre y cuando justifiquen que pueden devolver el dinero.

Tener ingresos demostrables de alguna manera es imprescindible, ya que, de lo contrario, las entidades no asumirán el riesgo de concederte un préstamo (ni tú deberías pedirlo). Por ello, para contraer una deuda debes tener claro cómo vas afrontar las cuotas de devolución. Las cantidades que se suelen facilitar en estos casos no son demasiado altas, pero su amortización puede suponer un aprieto para algunos hogares.

Casos en los que un parado puede pedir un préstamo 

Los desempleados que solicitan un préstamo para asumir un gasto deben garantizar su devolución, teniendo en cuenta además los intereses, por lo que tendrán que demostrarlo a través de una de las siguientes vías:

-Tener prestación por desempleo: las personas que cobran el paro o algún tipo de ayuda similar tienen más probabilidades de obtener un crédito, puesto que perciben un ingreso recurrente con el que hacer frente a la devolución de la cantidad prestada.

-Sin paro, pero con otra fuente de ingresos: el dinero de inversiones como bienes raíces es una opción a indicar que podría ayudar a conseguir un préstamo. Así, se puede demostrar ingresos recurrentes de dividendos o o propiedades en alquiler que conformen una vía regular de ingresos.

-Ser titular de propiedades: en caso de tener propiedades también se puede aportarlas como aval, ya sea una vivienda o un vehículo. Con un bien inmueble está la posibilidad de solicitar un préstamo con garantía hipotecaria con el que se establece un aval para el pago de la deuda.

-Disponer de un avalista: otra alternativa es recurrir a un avalista. Para ello, una persona (o entidad) se ofrece como garantía en caso de que el titular no pueda pagar, por lo que ésta debe contar con respaldo económico. Suelen ser personas cercanas, como el cónyuge, padres o hermanos.

-Ser pensionista: se puede dar el caso de personas que cobran una pensión (de orfandad o viudedad o por minusvalía, por ejemplo) y están desempleadas. Al igual que los que perciben el paro, este grupo también puede calificar para solicitar financiación al tener un ingreso periódico.

Requisitos 

Aunque los requisitos varían según la entidad, existen algunos básicos que son frecuentes:

  • Tener el DNI o NIE en vigor y ser mayor de edad, aunque hay en ocasiones se pide una edad aún mayor, a partir de 21 o 25 años.
  • Ser titular de una cuenta bancaria en la que se ingresará el dinero.
  • Disponer de correo electrónico y un número de teléfono móvil para facilitar el contacto.
  • Indicar la finalidad del préstamo.
  • Garantizar la devolución del dinero.
  • No tener otros préstamos pendientes ni tener un ratio de endeudamiento alto.
  • No estar en ningún registro de morosos, como ASNEF.

En caso de no cumplir con los requisitos, algunas personas optan por pedir ayuda económica a familiares o amigos cercanos con un gran nivel de confianza, de modo que pactan una serie de condiciones (mejor si quedan por escrito) para realizar el préstamo.

Aspectos a los que prestar atención

Antes de pedir un préstamo a una entidad hay que valorar si es realmente necesario o si existe otra solución, puesto que una vez contraigas la deuda tendrás que cumplir con el contrato. Además, se debe analizar las posibilidades de cada uno y solicitar una cantidad que sea asumible para el pago, al igual que no es aconsejable pedir un préstamo para amortizar otro, ya que la situación puede descontrolarse. 

En el sector financiero existen varias maneras de devolver el capital prestado, por lo que hay que atender al cuadro de amortización para conocer cuál será evolución en el tiempo, aunque el método más común consiste en que el cliente pague la misma cuota cada mes hasta abonar el importe total. 

En este sentido, cabe destacar que el importe total también estará condicionado por los intereses. Es decir, al final la cuantía a devolver se basará en la cantidad que te han prestado más los intereses establecidos por ese dinero.

Estudiar las diferentes opciones que ofrecen las entidades y sus intereses es importante para seleccionar el préstamo que más se adecúe a tus necesidades. No leer con cuidado los intereses, plazos y comisiones es un error que podría salir muy caro, puesto que cabe el riesgo de terminar excediendo la capacidad de endeudamiento. 

Y es que si no se respetan los plazos de devolución acordados se puede llegar a incurrir en penalizaciones de morosidad y provocar un incremento de la deuda, un aumento de intereses o, en los casos más extremos, demandas judiciales.

Alexandra Smith
Redactora '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad de La Laguna. Máster en Periodismo Multimedia Profesional de la Universidad Complutense de Madrid y máster en Periodismo Experto en Criminología del Instituto Europeo de Periodismo y Comunicación. Tras probar diferentes ámbitos de la comunicación, llegué a 20minutos en 2022 con mucha ilusión y desde entonces he pasado por Consumo, Mi Bolsillo y Última Hora.

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