Consumo

Inversión en dividendos: la "estrategia tranquila" de 'buy and hold' para ahorrar sin prisa pero sin pausa

Vista de las pantallas del Ibex 35, el principal indicador de la Bolsa de Madrid.
Altea Tejido

Asegurarse un retiro tranquilo y sin estrecheces al final de la vida laboral es a lo que aspira cualquier trabajador. Para que ese escenario sea factible es muy importante que en el momento de la jubilación tengamos claro cuáles van a ser nuestras vías de ingreso en el futuro. 

Aparte de la pensión de jubilación, los pequeños ahorradores suelen contar con otras fuentes de las que se nutren sus finanzas personales y que han sido adquiridas en el pasado. Bienes inmuebles, planes de pensiones o fondos de inversión son algunas de las apuestas más frecuentes de los ciudadanos para intentar sacar una mayor rentabilidad a ese dinero que no necesitan y tienen parado en el banco. 

Otros, sin embargo, prefieren invertir en bolsa, una opción volátil en la que los precios de las acciones cambian tan rápidamente que cuando haya terminado de leer este artículo ya serán diferentes. 

Esa táctica puede pasar factura en el corto plazo, pero con un planteamiento más conservador a la larga casi siempre obtendremos beneficios, tanto por la posible revaloración de las acciones como por el cobro de dividendos, el dinero que las empresas reparten -ya sea en metálico o en nuevos valores- entre sus accionistas cuando logran buenos resultados en sus ejercicios anuales.

"Es una estrategia tranquila. La inversión por dividendos está enfocada en el largo plazo y en lo que se conoce como buy & hold, que consiste en comprar y mantener las acciones", asegura el experto en finanzas personales Luis Pita en su blog Preahorro.  

"Con la inversión bursátil tradicional, inviertes en una acción y no ves beneficios hasta que no vendes y si sigues una estrategia buy & hold pueden pasar años hasta que lo hagas. Con los dividendos ingresarás dinero de forma recurrente", explica. Y añade: "Cada vez que cobras un dividendo estás recuperando parte del dinero que has invertido. Al hacerlo estás minimizando riesgos ante eventuales caídas en el futuro".

Apostar por compañías contrastadas

Un aspecto fundamental para asegurar la rentabilidad de los dividendos es adquirir siempre acciones de compañías líderes en su sector, de contrastada fiabilidad y poco volátiles a los factores externos, como en España pueden ser Iberdrola, Telefónica, Banco Santander o BBVA. En definitiva, apostar por compañías que no doblarán su valor pero que irán creciendo sin grandes caídas. 

Miguel Ángel García-Ramos, profesor de EAE Business School, aclara, no obstante, que las empresas no tienen la obligación a ofrecer dividendos a sus accionistas aunque obtengan beneficios. "Es una decisión del Consejo de Administración de la compañía, orientada a intentar maximizar el valor de la empresa", precisa. 

"La empresa, cada año, decide qué aplicación realiza a sus beneficios. Hay dos opciones: repartir dividendos o destinar los beneficios a reservas (capitalización). La decisión es una política de la empresa orientada a intentar maximizar la creación de valor para el accionista", afirma.

Sobre los beneficios que una compañía suele destinar al pago de dividendos, el denominado pay-out, García-Ramos señala que el porcentaje óptimo depende del grado de maduración de la empresa.

"Empresas que pertenezcan a un sector más emergente o de mayor crecimiento (por ejemplo, tecnología) suelen dar menos o ningún dividendo (Amazon) porque crea más valor reinvertir los beneficios en el propio negocio de la empresa. Empresas más maduras, sin tantas oportunidades de crecimiento, suelen tener una política de mayores dividendos al pertenecer a un sector con altos márgenes, cash flows recurrentes, pero poco o nulo crecimiento".

El profesor de EAE Business School destaca que en la actualidad hay varias empresas Ibex35 que presentan una "elevada rentabilidad por dividendo": "Con relación al dividendo 2023 y el precio actual de las acciones, las más rentables serían Bankinter (8%), Enagas (11%), Mapfre (7%) y Telefónica (12%)". 

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Sin diferimiento fiscal

Sin embargo, la inversión en dividendos también tiene inconvenientes, como el aspecto impositivo. "Este es el principal hándicap de la inversión en dividendos: no aprovechan el diferimiento fiscal y rompen así el efecto del interés compuesto fiscal", indica Luis Pita. 

"Cada vez que cobras un dividendo debes pagar entre un 19% y un 27% del dinero que cobras en el IRPF. Ese dinero que se lleva Hacienda no podrás reinvertirlo en otras acciones, algo que sí harías con vehículos más eficientes desde un punto de vista fiscal como los fondos de inversión (o empresas que no repartan dividendos)", sentencia. 

Otro factor a tener en cuenta si lo que se busca son grandes sumas económicas, es que se necesita una importante inversión. Por ejemplo, con una rentabilidad anual del 5% del dividendo, necesitas invertir 100.000 euros para generar 5.000 euros, pero aún deberás pagar los impuestos. Considerando que hubiese que abonar un 19%, Hacienda se quedaría con 950 euros, con lo que nuestro beneficio final sería 4.050 euros tras invertir 100.000 en acciones. 

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