El músculo exhibido en los últimos tiempos por la economía española, que aceleró en el tramo final del año pasado para crecer un 2,5% en un contexto de parálisis en la eurozona, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y creó 783.000 empleos en 2023, se ha traducido no solo en buenas cifras macroeconómicas de las que puedan presumir en público los políticos sino que también parece que se ha notado en los hogares patrios.
Así lo asegura al menos el Banco de España en su 'Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas', publicado este miércoles y correspondiente al segundo semestre de 2023. De acuerdo con el documento del regulador bancario, a partir del mes de julio, la situación financiera de los hogares mejoró en términos de incremento de las rentas y de reducción de la deuda.
En concreto, el informe indica que la renta de las familias españolas ha seguido estando impulsada por el crecimiento del empleo y de los salarios y que "la variación interanual de la remuneración de los asalariados se situó en el 5%, alcanzando un nivel en torno a un 6% por encima de los niveles prepandemia".
En este contexto, además, la ratio media de endeudamiento de los hogares ha seguido cayendo, reduciéndose hasta el 76,6% de la renta bruta disponible (RBD), su nivel más bajo desde 2002 y 12 puntos inferior al promedio de la Unión Económica y Monetaria de la Unión Europa (89%), el conjunto de Estados europeos que comparten mercado único y una misma moneda.
El Banco de España explica que han sido dos los factores fundamentales de esta evolución: "Por un lado, el crecimiento económico ha seguido generando empleo y ha permitido el avance de las rentas salariales y empresariales; por otro lado, el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), cuyos tipos de interés siguieron aumentando hasta septiembre, ha continuado provocando un encarecimiento de la nueva financiación y un debilitamiento de los flujos de crédito".
Cae 2,8 puntos la tasa de ahorro
Pese este favorable escenario, el organismo bancario revela que la tasa de ahorro de los hogares ha descendido en el tercer trimestre de 2023 hasta 2,8 puntos porcentuales para situarse en el 9,1%, por encima aún de su media histórica. Esta circunstancia ha estado provocada por "el fuerte repunte del gasto en consumo".
No en vano, la inflación, pese a bajar al cierre de 2023 hasta el 3,1%, continúa sin dar la tregua que espera el Banco Central Europeo (BCE) -su objetivo es que descienda hasta el 2%- y el precio de los alimentos se sitúa en el 7,3%.
Además del incremento en el coste de la vida, para millones de familias endeudadas con préstamos a tipo variable ha sido casi imposible dedicar una parte de sus ingresos al ahorro debido a que han tenido que hacer frente a cuotas mayores antes las subidas de tipos y el alza del euríbor, en niveles por encima del 4% hasta el pasado mes de noviembre.
Esta situación se ha cebado, como casi siempre, con los hogares más vulnerables. Ni la creación de empleo ni la mejora de los salarios ha impedido que el porcentaje de familias que destinan más del 40% de su renta a pagar deudas crezca desde el 10,5% en 2020 hasta el 11,2%.
Respiro para los hipotecados en 2024
No obstante, el Banco de España espera que los intereses de los préstamos variables de los hogares desciendan gradualmente durante este año, lo que va en línea con la previsión de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, que en una reciente entrevista apuntó a una "probable" primera bajada de los tipos tras diez subidas consecutivas con la llegada del verano.
El regulador bancario considera que la transmisión de la subida de los tipos de interés a los pagos por intereses de los préstamos vivos de los hogares a tipo variable "estaría prácticamente completa". Ya a lo largo de 2024, dichos pagos por intereses "experimentarían un descenso gradual, estabilizándose en 2025 en niveles superiores a los vigentes antes del ciclo de endurecimiento".
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