Consumo

Todos temen al peligroso 'efecto Diderot': cómo evitar la espiral de consumo que te puede llevar a la ruina

Las compras compulsivas son uno de los principales enemigos de los consumidores, sobre todo cuando adquieren varios productos sin percatarse del gasto continuado que supone pero que, no obstante, se hace notar en la cuenta bancaria. Así, uno de los problemas está cuando se obtiene un artículo y, tras su compra, se genera la necesidad de obtener otros que vayan en la misma línea: el efecto Diderot.

Imagina que te has apuntado al gimnasio y te estás preparando para asistir en tu primer día. Al vestirte te das cuenta de que no tienes un calzado adecuado, por lo que en cuanto puedas acudirás a una tienda a comprarte unas zapatillas para entrenar. 

Entonces ya sientes que estás listo, pero en el gimnasio te das cuenta de que tu ropa no es del todo cómoda o está pasada de moda, lo que hace que quieras comprarte otro conjunto. Pero no será lo único que "necesitarás" comprar, después se sumarán más cosas: tal vez una mochila nueva, guantes, muñequeras, correas de agarre, suplementos deportivos...

Este caso, que comenta a 20minutos Richard Gracia, experto en ahorro y finanzas, es un ejemplo del efecto Diderot, el cual describe como "un fenómeno psicológico que ocurre cuando compras un objeto nuevo, que suele ser algo que destaca por su calidad o valor, y luego nos incita a querer adquirir más objetos para ir en concordancia".

Tal como explica Gracia, este término viene del escritor y filósofo francés Denis Diderot, quien describió en el ensayo Lamentos por separarse de mi vieja bata su experiencia tras recibir una bata escarlata de regalo. En él cuenta cómo este obsequio de alta calidad condujo a resultados inesperados que provocaron su ruina.

Diderot cuenta que la elegante prenda hacía que el resto de los objetos que tenía pareciesen baratos o de mala calidad, por lo que, ante su insatisfacción, comenzó a comprar nuevos muebles y más caros. Al final, cuantas más cosas compraba, más quería, acogiéndose a la idea de que todas sus pertenencias debían estar a la altura.

"Yo era el amo absoluto de mi vieja bata, pero me he convertido en esclavo de la nueva", escribe Diderot en su ensayo, donde refleja que una simple prenda de vestir pasó a marcar su vida. Así, víctima de una espiral de consumismo, el filósofo acabó endeudado.

Cómo identificar y frenar el problema 

El efecto Diderot está basado en dos premisas: la primera, que los bienes que poseen los consumidores suelen estar relacionados con su identidad y, por tanto, se complementan entre sí. La segunda, que una nueva adquisición que se desvíe de los bienes complementarios puede desencadenar una espiral de consumo.

En resumen, se basa en compras que, en teoría, cubren una necesidad, pero que muchas veces son innecesarias y "acaban encadenándose unas con otras, generando así más gastos", recuerda Gracia. 

Y esto ocurre más de lo que pensamos: al cambiar de móvil (al que se añaden gastos de una carcasa nueva, protector de pantalla, etc.), comprar ropa (al que se añaden los complementos, zapatos a juego, etc.) o adquirir una casa en un buen barrio (que incita a tener muebles o un coche acorde a la vivienda).

La cuestión está en saber parar la espiral a tiempo. "La situación puede empeorar más cuando nos endeudamos o tiramos de tarjeta de crédito para hacer frente a los pagos", advierte Richard Gracia, puesto que algunas personas llegan al extremo de gastar por encima de sus capacidades. 

Para evitar una mala salud financiera a causa del efecto Diderot, una de las clave sería mantener nuestras posesiones en "equilibrio y armonía", de modo que no desentonen demasiado entre ellas y no nos hagan caer en el impulso de tener que adaptar los bienes más costosos con la adquisición de otros nuevos.

Para ello, se deben esquivar las compras impulsivas en general. Antes de realizar una compra de algo prescindible conviene meditar si realmente vale la pena o no, por ejemplo, dejando pasar unos días para ver si realmente seguimos pensando en ese objeto o no.

Por otro lado, hay que evitar dejarse llevar por las apariencias, pues a veces adquirimos ciertos bienes con la única finalidad de mostrar una determinada imagen, la cual, tal vez, es insostenible en el tiempo.

Redactora '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad de La Laguna. Máster en Periodismo Multimedia Profesional de la Universidad Complutense de Madrid y máster en Periodismo Experto en Criminología del Instituto Europeo de Periodismo y Comunicación. Tras probar diferentes ámbitos de la comunicación, llegué a 20minutos en 2022 con mucha ilusión y desde entonces he pasado por Consumo, Mi Bolsillo y Última Hora.

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