Economía y finanzas

Lluvias y sequías

El clima impone la volatilidad en la cesta de la compra sin solución estable para el IVA

El Gobierno prorroga la rebaja del IVA a los alimentos básicos, rebajando al 0% el tipo del aceite
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Lluvias, pedrisco, sequía... El campo siempre ha mirado al cielo, pero en los últimos tiempos lo hace más que nunca. A lo anterior se añade que el actual episodio inflacionario está todavía presente (los alimentos subieron un 4,5% el pasado mes de mayo, según el INE) y a un IVA camaleónico cuyo último cambio se produce este martes, tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros, de la próroga (por 3 o 6 meses) de la rebaja del IVA a alimentos de primera necesidad (huevos, verduras, frutas, hortalizas, cereales, ...). Todo ello, con la novedad de la incorporación del aceite de oliva, que verá rebajado su tipo del 5% al 0% desde el próximo 1 de julio (ya había del 10 al 5% en enero de 2023). Además de incorporar al conocido como 'oro verde' al grupo de alimentos básicos (el que se suele gravar con un 4%).

Una señal de que las condiciones climáticas están añadiendo volatilidad al comportamiento de algunos cultivos y, por añadidura, a los precios es la siniestralidad a la que debe hacer frente el sistema de seguros agrario español: Agroseguro abonó en concepto de indemnizaciones 629 millones de euros en 2019, mientras que en 2021 esta cifra escaló hasta los 758 millones. Una línea ascendente, que se ha acentuado en los últimos dos ejercicios hasta los 1.241 millones de 2023. En los 5 primeros meses de este año, solo en las líneas agrícolas (excluida la ganadería) ya suma 51.617 siniestros denunciados y una previsión de indemnización de 198,42 millones de euros, estiman desde Agroseguro. A lo que, si añadimos la ganadería y la acuicultura (enfermedades, accidentes, retiradas y destrucción), el dato escala hasta los 265,44 millones. 

Sin primavera, no hay miel 

"Las lluvias han alargado la primavera, el año pasado no hubo apenas cosecha porque al no haber humedad no hubo flores. Esta campaña vamos salvando el año", reconoce a La Información la responsable de Apicultura de Asaja Vanesa Iglesias quien apunta que ahora se están centrando en "reponer colonias" aunque lamenta que "al sector le esta constando remontar" tras un 2023 para olvidar por la falta de lluvias y el elevado número de episodios de calor extremo. "Si sigue así el año, creo que tendremos una cosecha decente en la mieles oscuras y claras", concluye sin ocultar su esperanza. 

Cerezas y lluvias 

Menos benévolo está siendo el clima con las conocidas cerezas y picotas del Jerte, a propósito de unas generosas precipitaciones que el año pasado obligaron al Gobierno a inyectar una ayuda extraordinaria de 8 millones de euros. En esta campaña, aseguran desde organizaciones agrarias como Unión de Uniones, estiman que se han perdido unos 12 millones de kg de cerezas. Lo que supone unas pérdidas económicas de 25 millones de euros. "Ha llovido 7 días consecutivos provocando que el fruto se pudra y no sea apto", lamenta el coordinador nacional de esta organización agrícola Luis Cortés quien reconoce que la situación no alcanza la gravedad del año pasado cuando llovió hasta 250 litros en 20 días. 

Su temor está en el destino de los 12 millones de kg de picotas, que estima, quedan todavía por recoger, ya que las previsiones apunta a una nueva Dana a mediados de esta semana. Preguntado si este comportamiento del tiempo tiene algo de anormal, Cortés sí cree que las cantidades que caen no son normales. "Se han llegado a recoger entre 1.200 y 1.500 litros por metro cuadrado", resalta. 

La sequía reduce la producción de arroz 

Un caso opuesto es el del cultivo del arroz, al que la sequía ha mermado la producción de la campaña 2023-2024 reduciéndola a 325.021 toneladas (Índica, Japónica y cáscara) frente a las 632.523 toneladas de la de 2021-2022 y los 807.609 toneladas de la última campaña prepandémica de 2018-2019, según el balance de arroz que elabora el Ministerio de Agricultura. Todo ello, en un contexto, en que la Unión Europea consume más de lo que produce (1,32 millones de toneladas frente a un demanda interna de 2,43 millones).

Sin embargo, a este difícil punto de partida por las fuertes temperaturas se une la falta de legislación en materias activas igual para toda Europa y la competencia de países extracomunitarios (las importaciones de arroz en España se dispararon hasta las 416.000 toneladas en la presente campaña frente a las pocos más de 180.000 de 2020-2021) Todo lo anterior, ha llevado al director del departamento de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias a pedir un plan de choque a Bruselas.

"Cada vez tenemos menos materias activas para combatir las malas hierbas y como el arroz es un monocultivo, no se puede jugar con la rotación de cultivos", explica a este medio Catón quien fija en Andalucía y, en menor medida, Extremadura la merma de la superficie de cultivo y del menor volumen de producción. En cualquier caso, apunta hacia dos alternativas : el arroz sembrado en seco que ya se está dando en tierras extremeñas y el cultivado, bajo tierra, a través de riego por goteo aunque sigue en fase experimental. En esta línea, matiza que los mercados mundiales son los que más influyen en el precio por encima del clima". "Ahora, si falla el agua de las marismas, hay mucha fauna que depende de los arrozales y se genera un problema ambiental", comenta el representante de Cooperativas Agroalimentarias. 

Redactor de Economía y Empresas

Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y amante de todo lo relaciona con el campo. He pasado por las redacciones de Telemadrid y en los económicos Vozpopuli, Invertia y en la sección de Economía de ABC. También he pasado por los gabinetes de comunicación del Congreso de los Diputados y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). En 2020 recibí el III Premio Oriva de Periodismo y en 2021 y 2022 quedé finalista en los Premios de Periodismo de Cepesca.

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