Economía y finanzas

La banca, en el punto de mira

La economía resistirá pese al parón una crisis aislada del SVB estadounidense

Banco de España 
Agencia EFE

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos ha sorprendido a las economías de la Eurozona en plena lucha contra la inflación y el frenazo en la actividad, y teniendo que hacer frente al mismo tiempo a un incremento de los costes de financiación como no se había dado nunca antes desde la creación del euro. España encara el escenario de turbulencia financiera en una posición diferente a la de la crisis de 2008, con una banca saneada, y un marco de supervisión y regulación "reforzado", como recordaba desde Bruselas la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a las puertas de la reunión del Eurogrupo que ha dado por concluida la etapa de "barra libre" al gasto público para contener la pandemia y las consecuencias de la crisis energética y de precios agravadas por la guerra en Ucrania. 

La 'número dos' del Gobierno lanzaba además en las últimas horas un mensaje de confianza en torno a las perspectivas "positivas" de la economía nacional, que viene de registrar un "fuerte" crecimiento los dos últimos años (con un avance del PIB del 5,5%) y que se mantendrá en fase expansiva este ejercicio. Los expertos consultados coinciden en que una crisis aislada del SVB estadounidense tendrá un impacto muy limitado en términos macroeconómicos para España que, en principio, se postula como la economía que más avanzará de entre las mayores del euro. 

A la espera de cómo evolucionen los acontecimientos las próximas semanas, si la mayor quiebra bancaria desde la Gran Recesión en Estados Unidos se queda en eso, en un episodio controlado, "el impacto macroeconómico será muy pequeño" en opinión de Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas. Si el contagio se extiende a otros bancos (más allá del Signature Bank, el First Republic Bank o el Western Alliance, que ya se han visto afectados) y surgen nuevas entidades que con la fuerte subida de los tipos de interés empezasen a ver que sus carteras han perdido valor... Si eso sucediera y se generase más desconfianza, "estaríamos hablando de otra cosa", añade Carbó en declaraciones a este diario.

El BCE o la Fed no variarán demasiado su hoja de ruta

En principio parece prematuro pensar que la Reserva Federal o el Banco Central Europeo vayan a cambiar su hoja de ruta en relación a los tipos de interés por este episodio, salvo que la crisis acabase provocando un pánico generalizado en los mercados. Sin embargo, este sí puede ser un factor que contribuya a pausar algo el ritmo de las subidas, a demorarlas o a llevar a una reflexión a los emisores. El BCE tiene quizá una papeleta más complicada para anunciar giros inesperados de guion con una tasa anual de IPC en el 8,5% en la zona euro en febrero y una inflación subyacente en máximos desde que se tienen registros. La tasa que excluye de su cómputo los precios energéticos y los de los alimentos no elaborados se situó el mes pasado en el 6,5%, según Eurostat. 

"Esta subida tan acelerada del precio del dinero está provocando algunos desequilibrios que hace unas semanas no pensábamos que tendrían lugar", apunta otra de las fuentes consultadas. Si los problemas o las dudas persistieran, aunque no fueran graves ni llegasen a materializarse en pánico, quizá obligarían a reaccionar a los bancos centrales de cara a próximas reuniones -no en las inmediatas-. Esa expectativa es la que ha permitido al euríbor a 12 meses, el interés al que se prestan entre sí las entidades de la zona euro a un año y principal referencia para las hipotecas a tipo variable en España, registrar el lunes su mayor descenso diario desde el pasado mes de octubre y dejar atrás el máximo de catorce años que marcó el pasado viernes -rompiendo con una racha de aumentos que parecía imparable-.

De momento, las entidades españolas encaran el episodio del SVB estadounidense con la tasa de mora en el 3,54% a cierre del año pasado, según el Banco de España, su menor nivel desde diciembre de 2008. Las familias y las empresas también se encuentran en una situación mejor, con un nivel de deuda más bajo. Y esto, pese a que la subida de los tipos para hacer frente a la inflación no se ha reflejado del todo en los préstamos al sector privado, dado que ese proceso se produce con un cierto retardo. "Mientras el empleo no se resienta y las empresas no estén en una situación mala en general, la morosidad repuntará algo, pero no debe ser preocupante", añade Santiago Carbó. 

Hipotecas, euríbor y el 'efecto base' en la inflación

En realidad, un escenario en que el ritmo de aumento del precio del euro por el BCE se suavizase algo no vendría del todo mal a España, que estuvo menos expuesta a la crisis (ya atenuada) del precio y el suministro de gas natural, pero que podría ser "más vulnerable a subidas más pronunciadas de los tipos de interés", como apuntan desde la agencia de rating Fitch. La calificadora incide en que el stock de deuda hipotecaria residencial comenzó a subir de nuevo en 2021 tras una década de descenso y en que hay una gran proporción de hipotecas a tipo variable (el Gobierno estima que 3,7 millones de hipotecas están indexadas al Euribor) pese a que los préstamos a tipo fijo han ido ganando peso en los últimos años. 

Se da el hecho además de que nuestro país experimentó antes la inflación impulsada por la energía y la posterior desinflación que las demás grandes economías europeas. La energía ya está contribuyendo a moderar la tasa anual de IPC y se espera que, debido al efecto base, esta empiece a menguar con fuerza a partir de marzo. La inflación general volvió a tensarse en febrero hasta el 6,1%, de acuerdo con el avance publicado por el Instituto Nacional de Estadística hace solo unas semanas. "Esperamos una desinflación gradual en 2023", añaden desde Fitch. En la firma neoyorquina han rebajado sus previsiones de crecimiento dos décimas este año hasta el 1,2% y seis décimas las del que viene hasta el 1,8%. Pese a ello, explican, España seguiría siendo la economía de la zona del euro con mejores resultados, aunque hasta la fecha ha experimentado una recuperación económica más débil tras la pandemia. 

Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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