¿Qué gastos son deducibles en la Renta siendo autónomo?
Los profesionales por cuenta propia tienen la posibilidad de deducir una serie de gastos en la declaración de la Renta que tienen relación con la actividad realizada. Se trata de un aspecto muy importante a tener en cuenta dado que gracias a ello se puede llegar a obtener un importante ahorro fiscal de forma legal. En España, el plazo para tramitar el borrador de la Renta en Hacienda comenzó en abril y se extenderá hasta el 1 de julio de 2024, último día que se admitirán los documentos.
Antes de hablar de los gastos concretos que se pueden deducir siendo autónomo, es importante saber qué es un gasto deducible, que en el caso de estos profesionales lo serán aquellos que sean gastos vinculados a la actividad que desempeña el trabajador, siempre y cuando estén justificados. No es suficiente con decir que se ha gastado una cantidad de dinero, sino que se deben presentar las correspondientes facturas para que se puedan deducir.
Los gastos que puede deducir un autónomo
Un autónomo tiene la posibilidad de deducir diferentes gastos en función de su actividad profesional, comenzando por el hecho de que aquellos que tengan trabajadores a cargo podrán deducir sus salarios, incluyendo también las pagas extraordinarias, indemnizaciones y dietas. También se podrá deducir la propia cuota de autónomos que estos profesionales deben pagar mensualmente para poder ejercer.
Por otro lado, también lo serán todas aquellas compras que sean necesarias para realizar la actividad profesional, en lo que se conoce como consumos de explotación, cuyo cálculo se puede realizar restando las existencias finales a las iniciales y sumar las compras. Si es necesario alquilar un local para realizar el trabajo, también se podrán deducir, ya que entre los gastos deducibles se encuentran los arrendamientos.
También lo serán los suministros domésticos para aquellos que trabajan desde su propio hogar, casos en los que el autónomo tiene la posibilidad de deducir el 30% de los suministros de agua y luz de la parte proporcional de la vivienda que usa para su actividad profesional; así como los gastos por dietas de manutención y los gastos de mantenimiento y reparaciones de maquinaria, herramientas o material usado para el trabajo (no cubre gastos de mejora o ampliación).
Continuando con los gastos que un autónomo puede deducir, nos encontramos con tributos fiscales deducibles como el IBI o el IAE, entre otros, además del IVA soportado, que es el que muchos autónomos afrontan por su actividad o situación. De igual modo, también son deducibles los gastos financieros derivados de intereses y gastos relacionados con créditos y préstamos, así como las amortizaciones, que son la expresión monetaria del valor que pierden los bienes a medida que pasa el tiempo. A través de las tablas de Hacienda se puede calcular lo que se puede deducir en término de amortizaciones y sobre los bienes que se pueden hacer.
Por último, hay que hablar de los seguros, ya que un autónomo puede deducir el IRPF de la cuota de diferentes seguros, aunque en este caso con algunas limitaciones, como sucede con el seguro de vida, cuya deducción máxima es de 500 euros.