Economía y finanzas

Autónomos: ¿por qué debería contratar un seguro de vida?

Los autónomos pueden contemplar la idea de hacerse un seguro de vida.
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Los autónomos en España son un colectivo profesional muy vulnerable, sobre todo por el hecho de que, si se detiene una actividad por cualquier razón, como un asunto familiar o una enfermedad, es posible que se vean afectados significativamente sus ingresos. Ante este panorama, los trabajadores por cuenta propia pueden contratar un seguro de vida, puesto que, en caso de que no puedan seguir con su actividad profesional a causa de una invalidez permanente absoluta o en caso de fallecimiento, tanto ellos como sus familiares gocen de una adecuada protección y puedan mantener una estabilidad económica.

Un seguro de vida aporta tranquilidad al asegurado y sus beneficiarios, protegiendo lo que más valoran los clientes, al cubrir los riesgos de fallecimiento por cualquier causa y la invalidez permanente absoluta por enfermedad o accidente. Además, en el caso de los profesionales por cuenta propia, los seguros de protección de pagos proporcionar una protección en supuestos de desempleo o incapacidad, dado que frecuentemente son seguros asociados a préstamos e hipotecas, de forma que, si el tomador de la póliza no puede afrontar los pagos, este tipo de seguro se hará cargo de las cuotas mensuales.

A estos seguros se pueden añadir coberturas adicionales, por causas como una indemnización por baja laboral, un subsidio por cese de actividad o una invalidez temporal. Actualmente, los seguros de vida incorporan una gran cantidad de servicios para los usuarios, adaptándose así a las necesidades y situación de cada persona.

Cómo funciona un seguro de vida

En un seguro de vida, el autónomo, que es el asegurado (y habitualmente también el tomador), designa a sus beneficiarios, que pueden ser su cónyuge, sus hijos, su socio, etcétera, suscribiendo un contrato que determina el compromiso de la entidad aseguradora para pagar una cantidad de dinero determinada si el profesional por cuenta propia sufre alguna de las incidencias que se recogen en el acuerdo durante el tiempo de vigencia del seguro.

Para poder mantener en activo este seguro será necesario pagar una cuota o prima, que puede ser mensual, trimestral, semestral o anual, cuyo coste dependerá de diferentes aspectos como la edad, el estado de salud o los hábitos y costumbres del asegurado, así como las coberturas que vaya a contratar y el capital que se piense determinar como indemnización.

Una vez abonada la prima, la compañía aseguradora adquirirá el compromiso de cumplir con lo acordado en el contrato del seguro de vida, es decir, debiendo pagar la cantidad estipulada en el caso de que el asegurado sufra una incapacidad o fallezca, de acuerdo a las condiciones y coberturas indicadas en la póliza.

Por último, conviene tener en cuenta que desde el año 2017, los autónomos pueden desgravar las primas del seguro de vida por las coberturas de invalidez permanente absoluta, incapacidad total y fallecimiento, hasta un máximo de 500 euros anuales por persona si el asegurado y el beneficiario son la misma persona.

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