El Congreso vota este martes los objetivos de déficit y dará el primer impulso a los Presupuestos de 2025
Apenas han pasado cinco meses desde que el Senado, con mayoría absoluta del PP, tumbó los objetivos de estabilidad y deuda que el Gobierno pretendía incorporar a los Presupuestos de 2024. Fue el pasado 6 de marzo y aquel proyecto nunca llegó a ver la luz, dado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se vio obligado a renunciar a él por el adelanto electoral en Cataluña y la proximidad de los comicios con los vascos y europeos.
Este martes, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acude de nuevo a la Cámara Baja para defender la nueva senda de déficit y deuda que servirá de base para las cuentas de 2025, marcadas ya por la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales a nivel europeo. El trámite de los Presupuestos coincide con los destinado a elaborar el plan fiscal estructural que España y el resto de socios deben presentar a la Comisión Europea antes del próximo 20 de abril.
Nueva senda de déficit y previsiones elevadas
Precisamente por ello, el departamento que encabeza Montero ha decidido ampliar hasta 2027 el horizonte temporal de los objetivos de estabilidad para el conjunto de las administraciones. En concreto, España se compromete a reducir el déficit público hasta el 2,5% del PIB el año que viene –desde el 3% al que está previsto que cierre este ejercicio-. Pretende rebajar además el desequilibrio entre ingresos y gastos al 2,1% en 2026 y al 1,8% en 2027 y situar la ratio de deuda por debajo del 100% del PIB al final de ese periodo.
Lo hará, no sólo tirando de ajustes, sino beneficiándose de unas perspectivas económicas que siguen regalando vientos de cola al país. El ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha elevado su cálculo de PIB este año hasta el 2,4% (desde el 2,5% del pasado ejercicio) y prevé que ese avance se modere paulatinamente para estabilizarse en el entorno del 2% tanto en 2026 como en 2027.
A la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) le preocupa que estas previsiones sean demasiado optimistas en la fase final de ese tramo y duda de que la economía española sea capaz aún de situar su crecimiento potencial en esos niveles –no cree, como sí aprecia el Gobierno- que parte del dinamismo de la actividad obedece a cambios estructurales que se han venido produciendo a raíz de las reformas aplicadas los últimos años.
Nuevo 'techo de gasto'
La vicepresidenta primera también informará a la Cámara sobre el límite de gasto no financiero o ‘techo de gasto’ que sirve de base para las cuentas del año que viene. El Ejecutivo ha proyectado la cifra récord de 199.171 millones de euros, incluyendo los fondos europeos, lo que implica prácticamente mantener la de 2024.
Se trata de una cuantía muy contenida con la vista puesta en ese proceso de consolidación que España tiene por delante para ceñirse al nuevo marco de gobernanza europeo. Sin contar con los Next Generation, el 'techo de gasto' se eleva en 2025 a un total de 195.353 millones, lo que implica un incremento del 3,2% en relación al año pasado (de apenas 6.138 millones de euros). "Es un incremento relevante, pero prudente, que anticipa nuestro compromiso con la estabilidad fiscal", quiso poner en valor María Jesús Montero tras su aprobación por parte del Consejo de Ministros el pasado martes.
Ahora serán el Congreso y el Senado los que se pronuncien al respecto, si bien el Gobierno se ha asegurado que los populares no puedan vetar los nuevos objetivos de estabilidad en la Cámara Alta con la aprobación de la Ley de Paridad, que ha entrado en vigor recientemente. Ahora, como aseguró la propia vicepresidenta primera, confía en que las negociaciones avanzadas con sus socios parlamentarios le permitan alcanzar una mayoría con la que hoy por hoy no cuenta en el Congreso para poder sacar el texto más importante de la legislatura en “tiempo y forma”. Tal y como espera Montero las cuentas públicas del próximo año, que pretende aprobar en tiempo y forma, toda vez que este año están prorrogados las de 2023.