Economía y finanzas

La construcción del futuro: industrializada, eficiente energéticamente y más cara

Vivienda eficiente
MG - Europa PRESS

El factor climático es una realidad que ha llegado para quedarse y en casi todos los ámbitos criterios como 'sostenibilidad' o 'respeto al medioambiente' están siempre presentes. El sector inmobiliario no es diferente y la eficiencia energética de las viviendas es un tema que está sobre la mesa, más aun desde que la Unión Europea publicó el pasado mes de abril de la nueva Directiva de Eficiencia Energética en la Edificación. Esta establece que todos los edificios, incluidos los ya existentes, deben alcanzar cero emisiones para el año 2050. Esta medida busca mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental del sector, que en el viejo continente llega a alcanzar el 40% del consumo energético.

Este es un mensaje que también está calando entre la población, según el 'Barómetro Saint-Gobain sobre los Hogares 2024', a la hora de pensar en su vivienda actual o una futura la segunda mayor preocupación es la eficiencia energética, seguida de otros directamente relacionadas como el aislamiento térmico. Cabe destacar, que a la hora de realizar una reforma la mayoría de los encuestados priorizan el bolsillo y un 68,6% de ellos justifican la necesidad de reforma en conseguir ahorro energético.

Un giro de 180 grados en la construcción

Pero ese ahorro en la factura que puede no ser suficiente para cubrir todos los nuevos costes que traen consigo adoptar un tipo de construcción eficiente. Wouter Draijer, CEO y Cofundador de SolarMente asegura que estamos avanzando hacia un nuevo modelo en el que el sector sea capaz de adaptarse a todos los requisitos de eficiencia energética, un camino que esta más avanzado en otros países europeos como Países Bajos o Alemania, y hacia donde España debe ir caminando. 

Para el fundador de la empresa dedicada a la instalación de sistemas de placas solares, hasta ahora el modelo de construcción de vivienda se había basado en ser “barato y rápido” y ahora tiene que trabajar en convertirse en un modelo “confiable y eficiente”, no solo para cumplir los requisitos y objetivos marcados por Bruselas, sino para crear un modelo adaptado a la realidad climática y energética actual. Para hacerlo deben darse cambios en todos los pasos del proceso; la distribución, la financiación (que ya se está viendo obligada a través de los criterios ESG) , la construcción, en la compra tienen que ser sostenibles.

En ese sentido destaca que ir trabajando en la autosuficiencia energética de la vivienda (de la mano a la apuesta de Europa por generarla a nivel total impulsando las energías renovables) puede evitar crisis como la vivida con el estallido de la Guerra de Ucrania que impulsó los precios de la energía de una manera incontrolada.

La factura puede ser la clave

La elección de nuevos materiales, incluir productos de aislamiento o diseñar sistemas ventilación natural aumentará indudablemente los costes de producción de la vivienda y por tanto su precio de venta. Una realidad complicada si tenemos en cuenta la crisis actual en el mercado con continuas subidas de precio tanto en el alquiler como en la compraventa. Para Wouter la clave para compensar esta subida está en el ahorro que se puede ir generando a lo largo de los años en la factura energética. Asegura que cada euro que invertido en sostenibilidad en la vivienda supone un ahorro otros cinco.

Un camino complicado

Wouter asegura que este cambio ya se está produciendo en España y Solar Mente en particular lo está apreciando: el 80% de sus ingresos provienen del sector de vivienda de obra nueva. Siendo consciente de que supone un gran reto para el país, ya que según el observatorio de la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) en marzo de 2024 el 87% de las viviendas se encontraban dentro de las calificaciones de eficiencia. E, F y G, las tres peores en la escala.

Pese a ello se muestra optimista respecto a la meta interpuesta por la UE, que considera necesaria para poder afrontar la escalada de precios de la energía y la subida de temperaturas en ciudades como Barcelona. También para la vivienda ya construida, que considera que se puede transformar al mismo tiempo que se va edificando un parqué plenamente eficiente. Wouter considera que la transición verde es una necesidad, “hemos sido los causantes del cambio climático pero también somos los únicos que podemos combatirlo”, y que para hacerlo es fundamental generar un trabajo conjunto entre el Estado, las empresas y los consumidores.

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