Economía y finanzas

¿Cuál es la diferencia entre un brillante y un diamante?

Diamante.
Skitterfoto – PEXELS

Cuando se va a celebrar una boda o un compromiso especial, y aunque pasen los años y las modas, una buena joya siempre está presente. Más allá de saber cómo diferenciar una joya de calidad de una falsificación, conviene saber cuál es la diferencia entre un brillante y un diamante, puesto que, aunque en ocasiones se utilizan como sinónimos, la realidad es que hay una distinción entre ellos.

La respuesta más sencilla es que mientras que “diamante” se usa para referirse a la piedra preciosa en sí misma, “brillante” se utiliza para hablar únicamente de la talla o corte de un diamante de una forma determinada. Así pues, cuando hablamos de “brillante” estamos haciendo referencia a la abreviatura de “talla brillante”, una forma de tallar el diamante que optimiza su apariencia y la forma en la que refleja la luz, incrementando la vida interior de los diamantes.

Un diamante bien cortado ofrece una mayor reflexión, y en el caso de talla brillante, con un número ideal de 58 facetas de su forma característica, ofrece un brillo de mayor intensidad y más atractivo. De todas las formas en las que se puede tallar un diamante, la brillante es aquella con la que se consigue obtener un brillo más intenso, razón por la que es utilizada para los anillos de compromiso.

Cuando se habla de la calidad de corte de un diamante hay que referirse a sus proporciones, simetría y pulido, siendo una de las características más importantes a valorar a la hora de analizar esta piedra preciosa. Además de la talla brillante, existen otras alternativas como la marquise, la baguette, la princesa, la esmeralda, la pera o corazón, cada una de ellas con sus propias características y atractivos.

¿Qué tiene más valor, un brillante o un diamante?

El diamante, compuesto por carbono cristalizado, es una pieza prácticamente irrompible que se sitúa en la profundidad de la Tierra, destacando tanto por sus estructuras cristalinas hexagonales como por su brillo. Habitualmente tienen un color transparente, pero también se pueden encontrar con tonos rosas, rojos o amarillos.

La base para diferenciar la configuración de un diamante y un brillante radica en el resultado final del concepto. Como hemos explicado, el brillante responde a la talla del diamante, lo que hace que no todos los brillantes sean diamantes.

Así pues, al valorar la diferencia entre un diamante y un brillante, siendo la piedra preciosa el primero, si se compara con una piedra de igual pureza, color y tamaño en peso (quilates), el trabajo que se realiza para tallar la gema y la calidad del tallado proporcionarán un valor añadido al diamante, de forma que mientras que una buena talla aumentará el valor de una piedra preciosa, si está mal tallada la gema lo perderá.

En joyería, la talla del brillante, a la que habitualmente se conoce como “tallaje redondo”, es una de las medidas más frecuentes tanto de trabajo como de comercialización. De esta manera se consiguen unos ángulos en la piedra preciosa que imprimen luz de una manera especial, dándoles ese aspecto que las caracteriza.

El “corte brillante” aporta un brillo único y presenta una forma redonda, siendo el más popular en el mundo de los diamantes. Este fue inventado por Marcel Tolkowsky en el año 1929, basándose en principios matemáticos que le permitían ofrecer el máximo brillo posible. La simetría perfecta de la forma redonda permite que la luz viaje a través de la corona hacia el pabellón y hacia atrás.

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