Economía y finanzas

¿Qué va a pasar el 28 de julio en Venezuela? Los siete escenarios de las elecciones presidenciales

¿Qué va a pasar el 28 de julio en Venezuela? Los siete escenarios de las elecciones presidenciales.
Diego Radames

Este domingo 28 de julio, tendrán lugar las elecciones presidenciales de Venezuela. Millones de venezolanos elegirán al presidente de la república para los próximos seis años. De entre los diez candidatos, sobresalen dos: el actual presidente Nicolás Maduro, representante del chavismo y del Partido Socialista Unido de Venezuela, y Edmundo González, representante de una asociación de partidos de la oposición, la Plataforma Unitaria Democrática.

Estos son los escenarios que se presentan ante las elecciones del domingo 28 de julio.

1. Gana la oposición de forma aplastante. Según la mayor parte de las encuestas, el ganador será Edmundo González que obtendría entre el 60% y el 70% de los votos. Algunas encuestas le dan el 80%. Casi toda la oposición, desde socialdemócratas hasta conservadores, se ha unido en torno a González, que además es el candidato apoyado por la dirigente María Corina Machado. Esta mujer lidera el partido Vente Venezuela, pero no ha podido presentarse a las elecciones porque fue inhabilitada por Maduro. Ha recorrido el país arrastrando un fervor de masas que no se recordaba desde hacía muchos años. Ha pedido el voto para Edmundo González.

2. Gana el presidente Maduro. Algunas encuestas indican que el presidente Maduro podría ser el vencedor, aunque no sería con una mayoría notable. En las últimas semanas, el PSUV de Maduro ha movilizado a sus bases para obtener a toda costa el apoyo que necesita para permanecer en el poder. En algunos mítines de campaña, se han visto multitudes, pero siempre cabe la duda de si están allí presionadas por el partido (muchos son funcionarios), o porque el partido de gobierno les compensa con algunos privilegios.

3. Riesgo de manipulación del resultado. Hay muchos signos que hacen sospechar de que se prepara la manipulación del recuento o de las máquinas de voto. El más destacado es que no podrá venir ningún observador neutral de la UE porque el Consejo Nacional Electoral les retiró en mayo pasado la invitación. Solo vendrán observadores de la Unión Africana, de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), y de la ONU. Otro signo sospechoso es que el Ministerio de Comunicaciones ha denegado la acreditación a enviados especiales de la prensa internacional como a Barbara Schiavulli, corresponsal de guerra italiana y periodista independiente. “Elecciones teledirigidas, medios de comunicación expulsados, políticos detenidos, falta de libertad de expresión. No hace falta ser un genio, para entender qué es lo que está pasando”, afirmaba en su blog Radio Bullet. El signo más evidente de que se puede estar cociendo algo es que, de los ocho millones de venezolanos en el exilio, apenas 228.000 han podido registrase en los consulados para votar debido a las innumerables trabas que afrontan. Si no se verifica la limpieza del proceso, hay muchas posibilidades de que el resultado favorezca a Maduro.

4. Inhabilitación del opositor. Desde que fue inscrito como candidato de la Mesa de la Unidad Democrática en marzo de este año, ha estado sobrevolando sobre Edmundo González Urrutia el fantasma de la inhabilitación. Según escribía el corresponsal de El Mundo en Caracas, Daniel Lozano, “el sistema electoral venezolano permite que cada partido legalizado presente un candidato”. El problema, según el periodista, es que Edmundo González Urrutia cuenta con tres tarjetas: MUD, Un Nuevo Tiempo y Movimiento por Venezuela. Eso podría ser motivo para inhabilitarle. Un militante chavista llamado Luis Ratti ya ha interpuesto un recurso contra la inscripción electoral de Edmundo González.

5. Suspensión del proceso electoral. Muchos venezolanos temen que a última hora Maduro suspenda las elecciones poniendo cualquier excusa como un repentino conflicto territorial con Guyana, una amenaza de golpe de estado, una rebelión militar... Suspender las elecciones sería una decisión muy arriesgada que acabaría con el escaso prestigio que le queda a Nicolás Maduro. Ya se han conocido en el pasado decisiones arbitrarias como inhabilitar a la política más popular del momento, María Corina Machado, o meter en la cárcel al dirigente opositor, Leopoldo López. Además, durante esta campaña el gobierno ha encarcelado sin pruebas a miembros de la oposición, ha multado a restaurantes donde almorzaban miembros de la oposición, y han cerrado hoteles por alojar a los opositores.

6. Reacción violenta del chavismo. Desde hace varios años, el actual presidente Nicolás Maduro, autodenominado ‘el hijo de Chávez’, avisa que no soltará el poder. A medida que se han acercado las elecciones presidenciales, sus frases se han tornado más flamígeras. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria electoral de nuestro pueblo", afirmó Maduro en un acto reciente en Caracas. Y añadió poco después: “Si la derecha fascista llega al poder sería inevitable una revolución popular y armada”.

7. Reacción de la oposición. Si Maduro gana las elecciones podría darse el caso de que la oposición no lo aceptara, y saliera a protestar en las calles de forma masiva como sucedió en 2017. La Policía Bolivariana y la Guardia Nacional reprimieron aquellas protestas que causaron más de 127 muertos, 3000 heridos y 1350 encarcelados. Ahora, nadie sabe las consecuencias de unas protestas contra Maduro, pero el gobierno ya está preparado pues cuenta desde 2017 con el Plan Zamora para movilizar a las fuerzas armadas y de seguridad junto con las milicias chavistas en caso de “conmoción interior y exterior”.

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