Economía y finanzas

La economía española resiste

Farmacéuticas, turismo, construcción y TIC harán de motor económico hasta 2026

Farmacéuticas, turismo, construcción y TIC serán el motor económico hasta 2026
Jesús Hellin

La economía española mantuvo el impulso en el primer trimestre, cuando el PIB avanzó un 0,7% después de haber crecido por encima de lo previsto en 2023, en un entorno marcado por la subida de los tipos de interés a máximos desde la creación del euro, por, la debilidad del resto de socios europeos o por las tensiones geopolíticas en Ucrania, Oriente Medio o el Mar Rojo. Sin embargo, ese tirón no fue homogéneo en todos los sectores de actividad debido a que algunos efectos de la pandemia y de la crisis energética e inflacionaria todavía se hicieron sentir. 

Así, si bien la hostelería creció alrededor del 6,9% en un contexto de llegada récord de turistas internacionales -los 85,1 millones de viajeros que vinieron a España hicieron un desembolso histórico de 108.662 millones de euros- y la industria manufacturera avanzó un 3,3% por el empuje del automóvil y la farmacéutica, otras ramas industriales más intensivas en energía registraron un retroceso de su actividad. También se anotaron caídas el inmobiliario, en pleno descenso de las compraventas de vivienda, y el sector primario, que tuvo que lidiar con la sequía y unos costes de producción más elevados.

Las perspectivas para la economía española son positivas de cara a este año y al que viene tanto a nivel agregado como por sectores y, de hecho, la dispersión en el crecimiento de estos últimos seguirá menguando. De acuerdo con el Observatorio Sectorial publicado este sábado por CaixaBank Research, aquellos que están más directamente ligados a la transición digital (como las tecnologías de la información y la comunicación y los servicios profesionales) o aquellos en los que el país despunta por su elevada competitividad (como el farmacéutico o el turístico) están llamados a ejercer de motores de la economía nacional tanto este como el próximo año, como también lo está el sector de la construcción.

En el caso concreto de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC), para las que prevén un acelerón del 6,5 y del 4,8% de su Valor Añadido Bruto en 2024 y 2025, los economistas de la entidad destacan que se trata de sectores que proveen servicios de alto valor añadido y que se benefician al mismo tiempo de un crecimiento estructural elevado, más aún en un entorno en el que la digitalización y las nuevas tecnologías van ganando protagonismo en la agenda nacional y europea. 

Esta misma semana el Consejo Económico y Social (CES), el principal organismo asesor del Gobierno en materia sociolaboral, instaba a Bruselas a que prorrogue el apoyo a la digitalización o la sostenibilidad más allá del verano de 2026, cuando culminará el despliegue de los fondos Next Generation. Ante la llegada de las nuevas reglas fiscales su presidente, Antón Costas, reclama al Ejecutivo comunitario que actúe como "hada madrina" y no como "madrastra" a la hora de aplicarlas y no perjudique las inversiones necesarias para afrontar retos como el del empleo o la propia transición digital y verde.

La industria farmacéutica, un sector donde España despunta

A lo largo de los últimos veinticinco años la industria farmacéutica ha ganado una enorme relevancia para la economía nacional y, de hecho, se ha convertido en un importante motor de las exportaciones españolas y de la inversión privada en I+D. Desde CaixaBank Research entienden que su elevada competitividad en los mercados internacionales y su fuerte grado de especialización llevan a pensar que tiene margen para seguir creciendo. Tanto es así que calculan que el Valor Añadido Bruto del sector aumentará un 5% tanto este ejercicio como el próximo. 

Su avance será incluso mayor que el del turismo, actividad que se beneficiará de la recuperación de poder adquisitivo de los principales países emisores de viajeros a España, gracias a un descenso de la inflación (el Banco Central Europeo la sitúa en el 2,3% en promedio este año y en el 2% en 2025) y a un incremento moderado de los salarios. "La mayor estabilidad geopolítica de España en relación con la de países competidores también seguirá jugando a favor del sector", sostienen. Con todo, hay dos factores que restarán algo de brío a su expansión: el hecho de que el crecimiento siga siendo débil en la Eurozona y que el turista nacional muestre una mayor disposición a viajar al extranjero.

En un momento en el que el Banco de España ha señalado el problema de acceso a la vivienda para todo un sector de la población, la escasez de oferta de nuevos inmuebles -de cara al año que viene puede haber un déficit acumulado de 600.000 según la entidad- para atender a una demanda muy superior por el ritmo de creación de hogares a causa de los flujos migratorios, lleva a los expertos a estimar que la construcción pueda crecer de forma más dinámica "si se dan las condiciones adecuadas". Estas pasarían por una mayor disponibilidad de suelo o por el impulso a la colaboración público-privada para la promoción de vivienda asequible. 

Este sector será, además, uno de los más beneficiados por el despliegue de los fondos europeos, tanto en el caso de la construcción residencial -gracias al impulso a la rehabilitación de viviendas-, como en el de la no residencial, gracias a los proyectos dedicados al desarrollo de infraestructuras, con las redes ferroviarias como uno de los protagonistas más evidentes. Todo ello permitiría a la construcción crecer un 2,7% este ejercicio y un 3,1% el próximo. 

La debilidad europea y los efectos en las exportaciones

Frente al empuje de estos sectores los habrá que puedan seguir penalizados por el menor crecimiento de los principales socios comerciales de España, las grandes economías del área del euro. En general, las exportaciones han tirado menos en aquellos sectores más dependientes de las ventas a la región. Los casos más claros serían los del sector agrario (con un fuerte peso de Alemania) y la industria maderera o la fabricación de maquinaria, cuyas exportaciones se hundieron. En el lado opuesto se sitúa la industria extractiva, que tiene en Estados Unidos uno de sus principales destinos (allí van a parar más del 10% de sus ventas al exterior).

Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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