Fundación Antama defiende el "éxito" de los transgénicos en España avalado por el crecimiento de su cultivo
De Juan responde así al informe elaborado por Amigos de la Tierra y Greenpeace con motivo de la celebración de la Semana Estatal de lucha contra los transgénicos y por la soberanía alimentaria, y la celebración el próximo domingo del Día Internacional de la Lucha Campesina. En su documento, las dos organizaciones tildan de "fracaso" el desarrollo de esta práctica porque "no ha cumplido sus promesas", entre ellas, terminar con el hambre en el mundo.
Sin embargo, la directora de ANTAMA ha señalado que se trata de "la biotecnología en la tecnología aplicada a la agricultura de más rápido crecimiento en los últimos años" y ha recordado que "sólo en el 2015, alrededor de 18 millones de agricultores sembraron variedades modificadas genéticamente" y que en el país existen "más de 1.200.000 hectáreas" sembradas de maíz modificado genéticamente, resistente a la plaga del taladro.
Para De Juan, los agricultores eligen este proceso porque obtienen mayores rendimientos, optimizan los tratamientos fitosanitarios en sus parcelas y obtienen grano con menor presencia de micotoxinas, entre otros motivos. "Tenemos grandes profesionales trabajando en el campo y, como en cualquier otro sector, si no fueran a obtener ningún beneficio no pagarían una semilla más cara ni se someterían a una compleja normativa", ha apuntado.
Además, ha defendido, en declaraciones a Europa Press, que son "muchos los beneficios obtenidos por la siembra de estas semillas", tanto para el productor, como beneficios económicos y ambientales, lo que repercute, además, en toda la cadena de valor, incluido el consumidor.
"La adopción del maíz Bt ha permitido que España, país deficitario de este cultivo, redujera desde 1998 a 2013 las importaciones de maíz en más de 853 mil toneladas, con un ahorro de 156 millones de euros. Por su parte, la importación española de soja MG ante la alternativa de haber importado solamente soja convencional han permitido ahorrar 55.000 millones de euros de 2000 a 2014", ha explicado.
Finalmente, ha señalado que, también que a lo largo de estos 20 años y con más de 2.000 millones de hectáreas sembradas con estas semillas, "no ha habido ningún problema para la salud humana, animal o para el medio ambiente que haya sido confirmado por las autoridades reguladoras, y esto avala la seguridad de esta tecnología en el campo y en la alimentación".