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Grados de discapacidad: porcentajes y baremos

Silla de ruedas
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La discapacidad, según el Real Decreto Legislativo 1/2023 de España, se define como aquella situación resultante de la interacción entre personas con deficiencias previsiblemente permanentes y cualquier tipo de barreras que puedan limitar o impedir su plena y efectiva participación en la sociedad, en unas condiciones similares a las de los demás. Estas deficiencias pueden ser mentales, físicas, sensoriales o intelectuales.

Estas situaciones son calificadas en grados en función del alcance que tengan, de manera que cuando hablamos de grados de discapacidad, hablamos de una calificación del porcentaje de las deficiencias, limitaciones de actividad y restricciones con las que puede lidiar una persona.

Así pues, podemos comenzar por la denominada discapacidad nula, que son aquellas que suponen un porcentaje inferior al 5%, en casos en los que el nivel de discapacidad es insignificante y no afecta en la realización de las actividades diarias; para continuar con la discapacidad leve, que es la que se sitúa por debajo del 24%. Este nivel implica una dificultad leve al realizar actividades diarias, y en la mayoría de los casos, la persona es independiente y puede realizar las acciones por sí misma.

Para un porcentaje de entre el 25 y el 49% se está hablando de un grado de discapacidad moderada, que supone una mayor dificultad para realizar actividades cotidianas, pudiendo existir una limitación total o imposibilidad para realizar algunas de ellas, pero la persona continúa siendo independiente en actividades de autocuidado.

Si supera el 50% y hasta un 95% nos encontramos con un grado de discapacidad grave, que justifica una dificultad grave en la realización de actividades diarias, provocando una limitación total para realizarlas en cualquier ámbito, incluso en aquellas actividades de autocuidado. Por encima, entre un 96% y el 100%, está la discapacidad total, donde la persona tiene imposibilidad de realizar la práctica totalidad de las actividades de la vida diaria del sujeto.

Además, se puede hablar de discapacidad física, cuando las limitaciones y dificultades están relacionadas con la anatomía de la persona, y la discapacidad mental, que tiene que ver con problemas de salud o limitaciones a nivel cognitivo de la persona.

Evaluación del grado de discapacidad

El reconocimiento y evaluación del grado de discapacidad de una persona es llevado a cabo por las comunidades autónomas, y en el caso de las ciudades autónomas (Ceuta y Melilla), lo hace el Imserso. En cualquier caso, es un procedimiento que se efectúa en coordinación con la Comisión Estatal de Coordinación y Seguimiento de la Valoración del Grado de Discapacidad, dependiente de la Administración General del Estado.

Su objetivo es la de garantizar la uniformidad en los criterios de aplicación de los baremos de discapacidad, los cuales figuran en el Real Decreto 888/2022, para expresar su resultado en un porcentaje, que indicará el grado de discapacidad de una persona.

En función del grado y del tipo de discapacidad reconocida, se puede acceder a diferentes derechos y prestaciones, que van desde las ayudas para la compra o adaptación de vehículos para discapacitados hasta becas y aportes económicos en educación especial, pasando por los permisos para estacionar en aparcamientos para personas discapacitadas, asistencia sanitaria y farmacéutica, descuentos en actividades de ocio, reserva en plazas en universidades, acceso a teleasistencia o acceso a viviendas de protección oficial, entre otros.

Para poder acceder a ello será necesario solicitar el reconocimiento de discapacidad a través de los formularios existentes para ello, una solicitud a la que habrá que aportar los documentos de identificación, certificados de ingresos, informes médicos y otros documentos que justifiquen el derecho a obtener el certificado de discapacidad.

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