Economía y finanzas

Millones de venezolanos esperan este domingo la caída de Maduro para recuperar la esperanza en su país

Millones de venezolanos esperan este domingo la caída de Maduro para recuperar la esperanza en su país
Reinaldo Delgado

Millones de venezolanos esperan este domingo 28 de julio que caiga el gobierno de Nicolás Maduro y se abran paso cambios políticos que modifiquen el curso en la historia de Venezuela. En el caso de los exiliados, la mayoría de los ocho millones que han tenido que salir del país por hambre y persecución política no va a poder votar porque el gobierno chavista del Partido Socialista Unido de Venezuela les ha puesto trabas infranqueables para ejercer su derecho al voto.

Por eso confían en la mayoría de los 28 millones de venezolanos que siguen viviendo en el país, pues el deseo es el mismo. “Mi voto es la llave para que mi hermana regrese a casa”, decía el cartel portado por una joven venezolana en el mitin de cierre de campaña este jueves en Caracas de los partidos que se oponen a Maduro.

Cientos de miles de personas se reunieron el jueves pasado en Caracas, para apoyar en el cierre de campaña al candidato de la oposición, Edmundo González, y a su gran impulsora, María Corina Machado. El gobierno chavista ha hecho todo lo posible por boicotear sus mítines, desde bloquear sus desplazamientos por el país, hasta meter en la cárcel a varios de sus dirigentes. Los opositores no han tenido derecho a ningún minuto de televisión en las cadenas públicas ni en los medios de prensa controlados por el chavismo, que son casi todos. Y tampoco les han permitido desplegar carteles electorales en las grandes ciudades, pues las farolas y los postes estaban reservados a un solo candidato: Nicolás Maduro.

Pero a pesar de todo ese boicot, la alianza de los partidos de la oposición reunidos en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) puede tumbar a los chavistas que han gobernado el país durante los últimos 25 años. “La gente está harta y esto va a cambiar el domingo”, dice Pedro B, un abogado que confía en el final del chavismo. Según las últimas encuestas fiables, Maduro solo obtendría el 30% de los votos como mucho.

Para darse una idea de lo que está sucediendo en Venezuela, basta con ver algunos índices. Según la edición 2023 del Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición, Venezuela es el segundo país de Sudamérica con mayor desnutrición, solo por detrás de Bolivia. Por decirlo claramente: millones de personas pasan hambre.

“La cesta de la compra mensual para mi familia de seis miembros me cuesta en Caracas unos 500 euros al mes”, dice Maggie Mota. Mota trabaja como asistenta y cobra en dólares, lo mismo que otros miembros de su familia. Así pueden llegar a fin de mes. “Si me pagaran el salario mínimo de 130 bolívares (poco más de 3 euros) me moriría de hambre”.

Si dependiera de ese salario mínimo, solo podría comprar al mes 200 gramos de café molido, medio kilo de cebollas y medio de patatas en la cadena de supermercados Central Madeirense. ¿Cómo sobreviven los pobres?

El gobierno ha creado una cascada de subvenciones que van desde bonos en dinero hasta cajas de comida llamadas CLAP (surtidas por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que ahora, por la crisis, solo están compuestas de algunos paquetes de harina de maíz, arroz, frijoles chinos, pasta y, en ocasiones, medio kilo de leche, un kilo de azúcar, café, un litro de aceite y latas de sardinas y algo más.

En teoría, según Maduro, esas cajas de comida llegaron a 7 millones de venezolanos. Pero a todas luces el contenido es insuficiente. Marianella Herrera, directora del Observatorio Venezolano de la Salud, comentó al medio La Voz de América que en algunas cajas CLAP llegaban a veces solo siete paquetes de arroz y cinco de pasta.

Pero aparte de la comida, los millones de venezolanos que desean la caída de Maduro, lo hacen porque están padeciendo otros problemas. “La falta de acceso estable a servicios básicos como agua segura o electricidad sigue siendo una realidad cotidiana para la mayoría”, afirmaba José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo en un informe de enero de este año de Cáritas. La mayor parte del país sufre apagones de forma dramática, y en algunas ciudades tórridas como Maracaibo, no tener aire acondicionado convierte la vida cotidiana en un infierno.

Sin embargo, para los chavistas el culpable de los cortes de luz es Estados Unidos. Así lo afirma repetidamente en sus programas de televisión Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV. Paradójicamente, cuando estaba en un mítin en octubre de 2023 se fue la luz.

La falta de agua es otro de los grandes problemas del país. En ciudades como Caracas, el agua llega solo unas horas al día, por lo cual las comunidades de vecinos solo pueden hacer dos cosas: o perforar el suelo de los edificios para encontrar manantiales subterráneos, o aprovechar los escasos minutos en que llega el agua para rellenar los tanques con miles de litros. “En mi condominio, hemos acordado lavar la ropa solo en esas horas, mientras se carga el tanque de agua", dice Enrique Amat, un publicista de Caracas. “La semana pasada no llegó de modo que tendremos que ahorrar más, o contratar un camión-cisterna”. Venezuela es según las estadísticas el séptimo país del mundo con más agua dulce. Posee el segundo río más caudaloso de América, el Orinoco.

Lo mismo sucede con la gasolina. Venezuela es el país con mayores reservas probadas de petróleo, según el anuario de British Petroleum de 2023. Antes de que los chavistas llegaran al poder en 1998, Venezuela producía más de tres millones de barriles al día. Hoy produce una cuarta parte: 800.000 barriles al día debido a la falta de inversión en infraestructuras y a la mala gestión de los chavistas. El gobierno concede a cada propietario de coche 120 litros de gasolina subvencionada al mes (60 litros para motos) al precio de 0,02 céntimos de euro el litro a través de un abono al teléfono móvil. “Es casi regalada, pero para acceder a ese cupo de gasolina, cada vez que tengo que llenar el tanque, debo tragarme colas de tres a cinco horas en las pocas estaciones que lo sirven”, dice Juan Villamil, que trabaja como asistente en una empresa financiera en Caracas. Los que no quieren hacer cola, tienen que pagar el litro “internacional” a 0,5 dólares (menos de medio euro).

La mala gestión de los chavistas en este cuarto de siglo, con gastos sin control y la destrucción de las empresas nacionalizadas, ha hundido el país en profundos periodos inflacionarios. La consecuencia ha sido la extraordinaria pérdida de valor del bolívar, y su sustitución por el dólar. Desde 2007 hasta hoy, Chávez y Maduro han quitado catorce ceros al bolívar, es decir, lo han dividido por cien billones. Hoy más de la mitad de las transacciones se pagan con billetes de dólar. Lo mismo pasa con los salarios.

Según el prestigioso economista venezolano Pedro Palma, director de Ecoanalítica, la tarea de arreglar la economía es tan portentosa que, si llega un nuevo gobierno no chavista al poder este 28 de julio, tendrá que afrontar unos ajustes muy duros que afectarán a la población durante muchos meses. En una conferencia realizada en Madrid recientemente afirmó que la esperanza es que Venezuela tiene muchos recursos naturales. Pero eso es insuficiente. “Es necesario reconstruir el país con una visión de mediano y largo plazo, y encaminarlo hacia un desarrollo sustentable que le permita posicionarse una vez más como un país de primer orden en el ámbito regional”.

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