El PIB mantiene su fortaleza en el segundo trimestre con el tirón de exportaciones y consumo

La economía española mantuvo su fuerte dinamismo en el segundo trimestre del año, pese a que el contexto global siguió marcado aún por los elevados tipos de interés, la incertidumbre geopolítica y una inflación que está tardando algo más de lo previsto en aproximarse al objetivo de los bancos centrales. El PIB mantuvo su ritmo de crecimiento trimestral en el 0,8% entre abril y junio y elevó la expansión en términos interanuales tres décimas hasta el 2,9%, según avance de la Contabilidad Nacional Trimestral que ha publicado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

El empuje de la actividad ha venido de la mano del sector exterior, pero también del avance del consumo de los hogares, que ha seguido creciendo -aunque a un ritmo inferior- en un contexto en el que el mercado laboral se ha mantenido robusto y ha marcado un récord con más de 21,6 millones de personas ocupadas. 

Llama la atención que la evolución del empleo es mucho más positiva, lo que vendría a corroborar que las familias siguen siendo cautas en relación a su gasto y que podrían estar destinando una parte del poder adquisitivo ganado a ahorrar o a amortizar su deuda, como ha puesto de manifiesto el Banco de España en sus últimos informes. 

La inversión en bienes de equipo o productiva, que era una de las variables que más había venido sufriendo los últimos trimestres y que empezó a mostrar algunos síntomas de mejora a comienzos de año, mantuvo también una evolución positiva, aunque moderada. Este martes el INE ha avanzado además que la inflación habría frenado en julio hasta el 2,8% en tasa anual, su nivel más bajo desde febrero.

En concreto, la demanda exterior aportó cinco décimas a la evolución trimestral del PIB, mientras que la nacional (consumo e inversión) contribuyó con tres décimas al crecimiento. En concreto, el gasto en consumo final de los hogares aumentó un 0,3% en relación al primer trimestre, mientras que el gasto público subió un 0,2%. La formación bruta de capital o inversión se incrementó un 0,3%.

Mucho más dinámicas fueron las exportaciones de bienes y de servicios (impulsadas por los buenos datos del sector turístico) que avanzaron un un 1,2%, en un contexto en el que las importaciones se redujeron dos décimas. Por el lado de la oferta, todos los grandes sectores presentaron tasas positivas en su valor añadido, salvo las ramas primarias. 

La actividad de la industria mejoró un 0,4% intertrimestral. Mientras, la construcción aportó un 0,1% en relación al trimestre previo (1,7 puntos menos que en el trimestre anterior) y los Servicios aceleraron su contribución al PIB cinco décimas, hasta el 0,9%, en los meses previos a la temporada alta turística. Las ramas primarias, sin embargo, vieron retroceder su actividad un 1,2%. 

Si los datos del segundo trimestre se comparan con los registrados en el mismo periodo hace justo un año se aprecia cómo la demanda nacional contribuyó con dos puntos al crecimiento interanual del PIB, muy por encima de lo que lo hizo la demanda exterior (0,9 puntos). El gasto en consumo final moderó su avance cinco décimas hasta el 2,3% por la mayor contención de los desembolsos del sector público. Así, el gasto de los hogares aumentó un 2,3% (dos décimas menos) mientras que el de las Administraciones Públicas avanzó un 2,3%, un punto menos que en el trimestre previo.

La inversión prácticamente mantuvo su avance, con un alza del 1,1%. Por el contrario, las exportaciones registraron un fuerte acelerón, con un crecimiento interanual del 3,6%, casi cuatro puntos superior al del trimestre previo. Mientras, las importaciones aumentaron un 1,4%, dos puntos más que en el primer trimestre.

En lo que respecta al empleo y a la productividad, otra de las grandes cuentas pendientes de la economía nacional, aumentó un 0,9% y registró su primera tasa positiva en un año en términos de Contabilidad Nacional, esto es, medida por puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. La productividad por hora efectivamente trabajada aumentó un 0,8% y encadena dos trimestres al alza. Este avance se ha producido al tiempo que los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo se han incrementado un 2,5% y con un alza aún mayor de la remuneración por asalariado, del 4,4%. 

Que el crecimiento se traslade a las familias

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha reconocido que "queda mucho trabajo por hacer", si bien ha incidido en que las reformas y medidas de política económica están permitiendo mantener unos excelentes datos macroeconómicos, que se están trasladando también a los datos micro, "mejorando la situación y perspectivas económicas de familias y empresas".  

De momento, las cifras permiten albergar optimismo en relación al comportamiento de la economía en el conjunto del año. Los principales organismos nacionales e internacionales (Comisión Europea, FMI, Banco de España, AIReF...) han venido elevando recientemente sus previsiones para el país. Lo ha hecho también el Gobierno, que en su último cuadro macroeconómico situó el avance del PIB en el 2,4% este ejercicio, cuatro décimas por encima de su estimación previa. 

Sin embargo, si se mantuviera el ritmo de avance actual esas expectativas se verían incluso mejoradas. De momento, esa referencia del 2,4% es la que está sirviendo de eje para los Presupuestos Generales del Estado de 2025, que se encuentran en plena elaboración y pendientes de los acuerdos del Gobierno con sus principales socios parlamentarios.