Economía

El alquiler y el coronavirus siguen de la mano: los impagos se disparan casi un 70% desde que comenzó la segunda ola

Evolución de impagos del alquiler en lo que va de año.
Henar de Pedro

El estallido de la primera ola del coronavirus disparó los impagos del alquiler entre enero y junio y ahora, en plena segunda ola de la pandemia, este fenómeno vuelve a repetirse, aunque a niveles más bajos que entonces. Según los últimos datos presentados este jueves por el Fichero de Inquilinos Morosos, desde la tercera semana de septiembre los impagos han aumentado en un 68,4%.

Si bien esa semana las cifras de morosidad fueron las más bajas desde el inicio de la pandemia, con un 3,5%, los impagos han ido aumentando de forma casi ininterrumpida hasta llegar a las cifras actuales, del 5,9%. En octubre también se registró una leve bajada hasta el 3,6% antes de comenzar la subida continua la semana posterior al nuevo decreto de estado de alarma.

“Aunque el dato de la cuarta semana de noviembre aun es provisional a la espera de que cierre el mes, la tendencia con la que está incrementando las comunicaciones nos hace prever que en esta semana el 5,9% de los contratos monitorizados comunicarán algún problema de impago”, señala Sergio Cardona, Director de Estudios y Calidad de Fichero de Inquilinos Morosos.

Como ya sucediera en la primera ola, el incremento de los impagos es perceptible desde la semana siguiente al estado de alarma, algo que Cardona justifica por la "incertidumbre" del inquilino por una posible situación de vulnerabilidad. "Desde hace unos años el precio del alquiler ha subido y ya veníamos notando que los inquilinos tenían que hacer un esfuerzo mayor para pagar. Con el estado de alarma y el confinamiento, los inquilinos se han ido a un ERTE, al paro, han cerrado su negocio y han tenido más problemas para pagar. A partir de junio se comienza a recuperar la actividad y se normaliza un poco la situación de los pagos hasta ahora".

Evolución de impagos del alquiler en lo que va de año.
Henar de Pedro

Aunque prevé que la tendencia se mantenga ascendente al menos durante algunas semanas más, confía en que no se alcanzarán los niveles tan altos de impago de la primera ola, cuando se llegaron a registrar cifras del 12,6% en pleno mes de mayo. 

La principal diferencia entre los dos periodos son las distintas medidas llevadas a cabo: si entonces el estado de alarma conllevó un confinamiento estricto, con cierres de empresas y ERTE, en esta ocasión las medidas son más laxas porque no hay confinamiento domiciliario, aunque no son homogéneas, ya que cada Comunidad sí ha obligado a cerrar empresas de servicios no esenciales de forma temporal, por lo que esto influirá bastante, en palabras de Cardona. "Hay una correlación entre las restricciones y el pago de la renta", apunta.

Las ayudas al alquiler no han tenido una gran influencia

Tras la aprobación del primer estado de alarma y ante la previsión de las repercusiones que iban a tener las restricciones en la economía de las familias, el Gobierno aprobó un decreto ley de medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID-19. En él se incluía la posibilidad de retrasar el pago del alquiler en el caso de estar en una situación de vulnerabilidad y una ayuda a los inquilinos cuyos arrendadores no permitieran ese retraso al repercutirle directamente a su propia economía. 

Sin embargo, estas ayudas no parecen haber influido demasiado en la contención de los impagos, según los datos del FIM. "Las ayudas han tardado mucho en llegar a los inquilinos e incluso están tardando en llegar", explica Cardona, que añade que, además, "tampoco se les ha concedido a todos los que lo han solicitado".

En todo caso, considera que se trata de una "situación muy complicada" porque muchas familias no cumplen los requisitos para acogerse a esas ayudas pero no pueden hacer frente a un pago imprevisto. 

Sí, se ha percibido, en cambio, un mayor número de rescisiones de contratos de alquiler motivados, principalmente, por el confinamiento. "La gente que estudia ha vuelto a su casa, muchas personas que vivían solas han preferido compartir piso, a otros el teletrabajo les ha permitido volver a sus pueblos o ciudades de origen...". 

Este dato coincide con el que maneja Fotocasa. Según el portal inmobiliario, el interés por las viviendas en régimen de alquiler cayó entre abril y septiembre un 32% en la ciudad de Madrid y un 26% en la metrópoli de Barcelona respecto al mismo periodo de 2019, aunque ambas capitales registraron un repunte de la demanda en el tercer trimestre respecto al segundo, un 10% y un 21%, respectivamente.

Las navidades y la vacuna pueden ser clave 

Lo que está por ver es si, al igual que en la primera ola no se estabilizó nuevamente el pago del alquiler hasta después de finalizar el estado de alarma, sucederá lo mismo en esta ocasión, ya que no decaerá hasta al menos el mes de abril. Para Cardona, posiblemente estemos llegando al pico de impagos y a medida que se vayan suavizando las restricciones irán disminuyendo.

Sin embargo, asegura que la época navideña y la vacuna pueden ser clave. Las Navidades, por los ingresos que suponen para los negocios y comercios, que repercuten directamente en sus trabajadores. En el caso de la vacuna, por la "normalidad" que pueda ofrecer a los ciudadanos y, por lo tanto a sus empleos.

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