Economía

¿Caldera o bomba de calor? Ventajas y desventajas de cada una para tomar la mejor decisión en tu hogar

Las bombas de calor son una alternativa a las calderas tradicionales que cada vez gana más terreno. Han sido recomendadas por las autoridades internacionales por sus diversos beneficios. En España, es más habitual que las viviendas tengan instalados radiadores de agua calentados por una caldera de gas. Sin embargo, ya hay muchos que han optado por pasarse a las bombas de calor. 

Ambos aparatos ofrecen calefacción y agua caliente sanitaria. Una bomba de calor se basa en la aerotermia para su funcionamiento: es capaz de aprovechar la temperatura exterior para calentar la vivienda. Por su parte, las calderas contienen un sistema que se basa en el aprovechamiento del calor generado en al combustión.

Regulación manual o autorregulado

Las calderas suelen tener un rango de regulación que depende del tipo y de la marca que la haya fabricado. Normalmente, estos rangos suelen ser de 1 a 5, de 1 a 3 o de 1 a 8. Esto quiere decir que, en una caldera con una temperatura máxima de 25 grados y un rango de 5, la temperatura mínima será 5, la máxima 25 y las intermedias 10, 15 y 20 grados.

Una bomba de calor tiene una modulación mucho más amplia. "Al tener un motor eléctrico, tiene múltiples posiciones", explican los expertos en instalaciones térmicas de Aeronova. A la hora de poner la temperatura, los rangos del termostato se miden en porcentajes. El mínimo suele ser entre un 5 y un 10%. A diferencia de la caldera, las temperaturas no están limitadas a unos rangos cerrados. La bomba de calor es capaz de posicionarse en un punto muy preciso (por ejemplo, en un 57,8%). 

La bomba de calor, además, tiene autorregulado. Esto quiere decir que la propia máquina calcula el saldo térmico que es necesario. "Se adaptan mejor a las dimensiones de la vivienda", reconocen los expertos.

Rendimiento de los kilovatios 

Aeronova estima que las bombas de calor son las más eficientes y sostenibles frente al resto de sistemas de calefacción. Bien es cierto que la caldera es el método más rápido en lo que se refiere a calentar el agua. "El sistema de calefacción va a depender de los elementos terminales -son los que transfieren el calor del agua al ambiente de la estancia- seleccionados, pudiendo ser más o menos eficientes", explican desde la empresa.

En lo que se refiere al rendimiento, mismos expertos aseguran que la bomba de calor supera notablemente al resto de sistemas. Una kilovatio-hora de gas de una caldera va a producir un kilovatio de potencia térmica. Sin embargo, la bomba de calor modula mucho más y "tiene un rendimiento de hasta un 400%", según Aeronova. De un kilovatio-hora, una bomba de calor puede sacar 3 o 4 veces más de potencia térmica.

Aun así, el rendimiento de las bombas de calor está limitado. "Si se aplica en un edificio que tienen una envolvente de mala calidad, no se consigue un rendimiento total", explica Emilio Mitre, miembro del Green Building Council España. 

En muchos edificios antiguos, que no cuentan con un buen aislante térmico, se instalan este tipo de sistemas. "Es un error. Lo primero sería rehabilitarlo para que el calor se mantenga dentro de la vivienda", comenta Mitre. Sin un buen aislante, el rendimiento se reduce porque, aunque se expulse el frío del interior, se vuelve a colar dentro de la vivienda.

Servicio de refrigeración

A la hora de decidir qué aparato se quiere instalar en la vivienda, hay que tener en cuenta que se le pueda sacar rendimiento en todas las estaciones del año. Las calderas de gas no son capaces de refrescar una habitación, por lo que su uso queda limitado a las épocas más frías del año.

Sin embargo, las bombas de calor cuentan con un servicio de refrigeración. Se basan en la aerotermia: mediante un compresor, genera cambios de estado de un fluido refrigerante. Si pasa de líquido a gas, enfría la temperatura. Si pasa de gas a líquido, calienta.

Ahorro en la factura

La Agencia Internacional de la Energía asegura que la bomba de calor puede ahorrar casi 900 euros en la factura de la calefacción.

En términos de gastos mensuales, depende de los precios de la luz y del gas. "Hay que tenerlo todo en cuenta", destacan los expertos de Aeronova. La caldera depende de la factura del gas, mientras que la bomba de aire depende de la luz. En los últimos meses, la factura de la luz es mucho más elevada que la del gas.

Coste de instalación

Es importante valorar el desembolso que supone la instalación de ambos sistemas. Bien es cierto que la caldera necesita una instalación más cuidadosa para evitar accidentes por fugas en las tuberías. La bomba de calor es mucho más sencilla de colocar. Aun así, la caldera supone un gasto mucho menor en su instalación.

El coste de poner una bomba de calor en una vivienda ronda entre los 2.000 y los 6.000 euros, dependiendo de la empresa. En el caso de la caldera, el precio total de instalación varía entre los 1.000 y los 2.000 euros.

Contaminación

La caldera, al usar el gas para calentar el agua, expulsa grandes cantidades de CO2 y, por lo tanto, contamina. La bomba de calor, en su lugar, utiliza un equipo de aerotermia que es menos contaminante.

Lo que contamina en la bomba de calor es el energía eléctrica de la que depende para funcionar. "Lo ideal es que sean de fuentes renovables, pero no ocurre en todos los casos", destaca Mitre.

Además, un gran número de estas máquinas en una ciudad pueden suponer un problema a gran escala. "Se puede producir un recalentamiento del clima urbano", reconoce Mitre. Esto se debe a que su funcionamiento se basa en expulsar el calor de la vivienda para enfriarla. Ese calor se expulsa directamente a la calle y se produce un aumento de la temperatura exterior.

En cuanto al sistema de aerotermia incorporado en las bombas de calor, puede producir contaminación acústica porque los ventiladores y baterías integrados que lo hacen funcionar producen ruidos. 

Confortabilidad

El calor tiende a subir desde el suelo al techo y el frío a bajar. Un radiador, al tenerlo ubicado en una zona concreta, siempre calienta más ese lugar que el resto. En el sitio en el que esté colocado se va a tener una temperatura mucho más agradable que en el resto de la estancia.

En cuanto al agua caliente sanitaria, la producción en las calderas es instantánea. "Se pone la caldera a tope para que la agua fría pegue el salto térmico", explican los expertos. Esto produce que en pocos segundos se alcancen temperaturas de 50 o 60 grado.

En lo que se refiere a las bombas de calor, son mucho menos confortables. "No vas a pasar ni frío ni calor, pero no hay un foco concreto que expulse más calor", reconocen en Aeronova. Aun así, la temperatura va a estar mejor repartida por la estancia durante todo el día por su sistema de modulación, que permite que pueda estar todo el día encendida.

Obviamente, influyen otros factores a la hora de mantener confortable la temperatura de una vivienda, como el nivel de aislamiento térmico. Una vivienda bien asilada del exterior, puede mantener una temperatura mucho más constante a lo largo del día y guardar mejor el calor.

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