Economía

El dilema de la jornada de 37,5 horas: más conciliación y productividad, pero también más costes empresariales y ajustes salariales

El acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar para formar un hipotético Gobierno ha puesto en el foco el debate sobre la duración de la jornada laboral en España. La propuesta estrella de ambas formaciones pasa por reducir legalmente la semana de trabajo semanal desde el límite de 40 horas actuales a 37,5 en dos años sin perder salario. Una causa que han promovido con especial ahínco los sindicatos y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Como ya ocurriera con otras medidas estrella de la anterior legislatura —véase la reforma laboral o las subidas del salario mínimo— la polémica no ha tardado en surgir. 

Por un lado, los defensores de trabajar menos horas señalan que hacerlo mejoraría la conciliación de millones de trabajadores y tiene potencial para revolucionar la productividad del país. Por el otro, quienes lo ven con más suspicacia advierten de que la medida elevaría los costes laborales de las empresas y señalan que no todas las empresas tendrían fácil ajustarse a la nueva realidad.

"Para los trabajadores es indiscutible que es un paso adelante en las condiciones de trabajo. La calidad del trabajo depende de muchas cosas, entre ellas, la conciliación de la vida personal y familiar", señala Raül Segarra, estadístico especializado en mercado laboral. "La tendencia, tanto si se mira en términos históricos como entre países, es a trabajar cada vez menos horas", añade, por su parte, Carlos Victoria, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y consultor especializado en empleo y protección social. Entre los precedentes de reducción de jornada más destacados se encuentra el de Francia, que rebajó su semana laboral de 39 a 35 horas en el año 2000.

En la misma línea lo ven los sindicatos. El secretario general de CC OO, Unai Sordo, sostuvo el martes que reducir el tiempo de trabajo contribuirá a crear empleo y mejorará la productividad de las empresas. Por su lado, el líder de UGT, Pepe Álvarez, defendió que reducir la jornada es "perfectamente asumible" ante los aumentos de productividad previstos para la economía española en los próximos años.

El argumento de la productividad pasaría porque las compañías fueran capaces de reorganizarse para producir lo mismo, pero con menos horas de trabajo invertidas. Un cambio en las dinámicas empresariales que no sería fácil en sectores en los que la presencialidad es imprescindible, como ocurre con la construcción, la hostelería o el comercio, reflexiona Raül Segarra. "En este tipo de trabajos, reducir la jornada implica, sin lugar a dudas, un aumento de los costes para las empresas. Al final la hora trabajada se encarece, por lo tanto, necesitas más personal", señala.

No obstante, aunque los mayores costes laborales en estos sectores podrían tener repercusiones negativas en el empleo, también podrían incentivar a las empresas a invertir en trabajos de mayor calidad, defiende Segarra. Esto acabaría mejorando la productividad de la economía española, que está claramente por debajo de la media de los países del euro.

Más costes para las empresas

Sin embargo, rebajar la duración de la jornada semanal manteniendo los salarios también podría producir efectos adversos para la economía. En primer lugar, porque incrementaría los costes laborales de las empresas, que han crecido considerablemente en algunos sectores los últimos años tras las subidas del salario mínimo o la subida de las cotizaciones sociales introducida por la reforma de las pensiones.  Y si los costes laborales aumentan, el empleo podría resentirse. "Habrá actividades en que aumentarán los costes y, sin compensaciones, esto podría tener algún impacto en el empleo seguro", señala Marcel Jansen, investigador en Fedea.

Otra cuestión relevante es que, aunque la medida está pensada para que los trabajadores no pierdan salario, el Gobierno tendrá difícil impedir a las empresas ajusten los sueldos, aunque sea por otras vías. Por ejemplo, ofreciendo menores salarios a las nuevas contrataciones o limitando las subidas. "En los sectores y ocupaciones donde actualmente las horas pactadas están cerca de 40, supongo que la medida va a llevar a un menor crecimiento salarial en los próximos años", apunta Jansen.

Además, Jansen cree que reducir la jornada máxima por la vía legal y para todos por igual, pasa por alto el contexto tan heterogéneo que hay en la economía española. "Hay muchas situaciones diferentes, ocupaciones, sectores y tamaños de empresa. El lugar normal de acordar esto, en principio, sería la negociación colectiva, donde se pueden pactar jornadas más cortas", señala el investigador.

Otro de los reproches que se le hace a la propuesta de PSOE y Sumar es que las reducciones de jornada suelen venir dadas por mejoras en la productividad y no al revés. "Cuando nos hacemos más ricos, por cada hora que trabajamos ganamos más dinero y precisamente por eso podemos renunciar a trabajar tanto", ejemplifica Carlos Victoria.

Finalmente, Marcel Jansen se pregunta si rebajar la jornada laboral debería ser la prioridad en una economía con las tasas de desempleo y subempleo que tiene España. "A mí personalmente me parece fenomenal que haya pasos para facilitar la conciliación, que alguien trabaje menos de 40 horas. Pero mi preocupación es que la tasa desempleo de España es el doble de la media europea y muchas personas trabajan menos horas de las que desean. Toda la carne en el asador debería estar en reducir tasa de desempleo", zanja.

Más de 8,4 millones de trabajadores beneficiados

Una reducción de jornada como la que plantean PSOE y Sumar afectará directamente a más de 8,4 millones de trabajadores. Esta es la cifra de asalariados actualmente protegidos por convenios colectivos en los que las horas de trabajo semanales superan las 37,5, según la estadística que proporciona el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, el alcance potencial de la rebaja es mayor: en España había el año pasado 17,2 millones de asalariados, según la Encuesta de Población Activa (EPA). 

De hecho, aunque la jornada máxima legal es de 40 horas semanales (hasta un máximo de 1.826 horas anuales), la mayoría de los asalariados trabaja ya menos horas. La media pactada en los convenios en vigor en septiembre de 2023 es de 38,4 horas, pero otras fuentes como la encuesta de fuerza de trabajo de Eurostat sitúan la jornada media real de los españoles en 37,7 horas semanales.

Aun con todo, España es, de las grandes economías de la UE, el país en el que más horas se trabajan realmente a la semana. Las 37,7 horas semanales que trabajan, de media, los empleados españoles están por encima de las 37,3 de Italia; las 37,2 de Francia; las 36,6 de media en la eurozona, o las 35,2 de Alemania. La idea es que, rebajando el máximo legal de horas laborables semanales, las horas reales también se reduzcan.

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