Economía

La esperanza es Basilea III: ¿en qué consiste este cortafuegos que se impuso para evitar otra crisis bancaria?

Hay varias generaciones que son los suficientemente adultas como para recordar aquel "whatever it takes" (lo que haga falta) de Mario Draghi para salvar el euro en plena recesión de 2008. Y aquella sombra sigue siendo alargada, pero los tiempos han cambiado. "No creo que haya un riesgo real de contagio por el momento en Europa": con esa frase el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, descartó que la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos vaya a suponer un problema para la Europa actual, azotada ya además por otra crisis como la derivada de la invasión rusa de Ucrania.

Con respecto a la "posibilidad de un impacto indirecto" en las entidades financieras europeas, Gentiloni afirmó que "es algo que hay que vigilar", pero las autoridades tampoco ven por ahora "un riesgo significativo". Asimismo, sobre las caídas de la cotización de los bancos en las principales bolsas europeas, el comisario de Economía declaró que "un impacto en la remuneración de los bancos" era "predecible", pero, matizó, "eso es una cosa y analizar un riesgo real de contagio es algo diferente". Para el político italiano la clave está en Basilea III, una red, dice, lo suficientemente fuerte. Pero, ¿en qué consiste?

Los acuerdos de Basilea son una serie de directrices elaboradas por el Comité de Basilea a finales de 1974, formado por los gobernadores de los bancos centrales del G-10, para evitar riesgos sistémicos en situaciones de pánico bancario, precisamente como el que se puede desencadenar tras la quiebra de SVB. En este caso, Basilea III es el tercero de esos pactos y tiene como objetivo fortalecer la regulación, supervisión y la gestión de los riesgos en el sector bancario. Esas pautas fueron publicadas hace ya trece años.

Como especificidad, además, en lo que se refiere a la Unión Europea Basilea III se transponen jurídicamente en las normas de la Directiva 2013/36/UE (CRD IV) y el Reglamento UE número 575/2013 (CRR) de requisitos de capital. En su momento los países miembros alegaron que las características del mercado único europeo y de la Unión provocan una adaptación particular de ese pacto.

Precisamente la pata más importante de Basilea III es el control del riesgo sistémico o de contagio, que se ha puesto sobre la mesa en este caso. De ahí que Gentiloni vea estos acuerdos como la salvaguarda perfecta para que no se repitan las escenas del 2008.

Los acuerdos de Basilea III introdujeron en su momento pautas como el endurecimiento de los criterios y aumento de la calidad del volumen de capital para asegurar su mayor capacidad para absorber pérdidas. También se modificaron los criterios de cálculo de los riesgos para disminuir el nivel de exposición real y se aprobó la creación de colchones de capital con la idea de que se reforzaran en los ciclos positivos y permitieran afrontar los negativos. Por último, también introducen un nuevo ratio de apalancamiento como medida complementaria al ratio de solvencia.

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