Economía

La facturación de las empresas cae en el tercer trimestre y la "desinflación" se retrasa por el repunte en los costes de producción

Un pescadero prepara un pedido en su puesto en el mercado de la Praza de Abastos y de Frigsa en Lugo (Galicia).
CARLOS CASTRO / EP

Las empresas españolas ya notan en sus carnes la ralentización económica de la que advierten la mayoría de analistas para los próximos meses. Cada vez hay más firmas que declaran que su facturación se ha reducido y también van in crescendo las que denuncian un repunte en sus costes de producción. Hasta el punto de que ya se observan "indicios de pausa en el proceso desinflacionista" en este tercer trimestre.

Estas son dos de las principales conclusiones de la encuesta trimestral que el Banco de España realiza a las empresas españolas para conocer cómo ha evolucionado su actividad y sus perspectivas a corto y medio plazo. La última edición, difundida este lunes por el supervisor bancario, incide también en los problemas cada vez mayores para conseguir mano de obra que declaran las compañías españolas.

El sondeo a los empresarios apunta a que la facturación entre julio y septiembre ha retrocedido respecto al trimestre anterior. El 29% de las firmas encuestadas señala que su facturación se redujo en el tercer trimestre, seis puntos más que quienes lo veían así en el segundo trimestre. Eso sí, se espera que los tres meses finales de año las ventas puedan recuperar algo de fuelle.

Los sectores que más han notado el frenazo en la actividad son la agricultura y la industria, que ya encadenan más de cinco trimestres con caídas en la facturación. Estos dos sectores contrastan con la pujanza del turismo y los servicios de información y comunicaciones, un sector que lleva dos años y medio aumentando sus ventas.

Los peores datos de facturación explican, en parte, el menor crecimiento del empleo registrado durante este trimestre. El porcentaje de empresas que dijo haber aumentado la contratación se redujo del 21,6 al 18,6% respecto al trimestre anterior. En este caso, las expectativas de las compañías para final de año son de una ralentización todavía mayor, pero con crecimiento en el empleo, al fin y al cabo.

Pero quizá la señal más preocupante tiene que ver con la evolución de los precios prevista por los empresarios. La encuesta refleja que las compañías han vuelto a observar un repunte en sus costes de producción después de tres trimestres encadenados de descensos. El porcentaje de firmas que declaró haber sufrido un encarecimiento en el coste de sus inputs —los bienes o servicios que necesitan para producir— creció hasta el 58,4% (diez puntos porcentuales más que en la anterior oleada de la encuesta).

Este aumento en los costes de producción se está trasladando también a los precios de venta que fijan las compañías. Después de una considerable bajada en el segundo trimestre, el indicador de precios de venta se ha mantenido prácticamente igual en el tercer trimestre. Una de cada cuatro firmas afirma haber subido precios entre julio y septiembre y las perspectivas para la parte final del año es que se produzca un nuevo repunte.

Las expectativas a futuro tampoco son demasiado halagüeñas. Dos tercios de los empresarios creen que dentro de un año tendrán costes de producción más elevados que los actuales (10,5 puntos más que en el segundo trimestre). En la misma línea, también aumenta —aunque más ligeramente— el número de compañías que espera subir precios de venta en el futuro.

Mano de obra y energía, problemas crecientes

El repunte del precio de las materias primas energéticas experimentado durante el verano —el barril de Brent se ha disparado un 28% en comparación con el inicio del verano y sigue al alza— está lastrando a las empresas. Dos de cada tres compañías declaran un impacto negativo de la energía en su actividad, nueve puntos porcentuales más que el trimestre anterior. Un impacto que es generalizado en todos los sectores, pero que se hace notar en transporte y hostelería con especia fuerza. 

Después de los costes energéticos, la incertidumbre sobre política económica es el segundo factor que más limita la actividad, aunque se encuentra cerca de mínimos históricos. Pero el problema que más ha crecido en los últimos meses es el de la mano de obra, un factor que limita la actividad del 39% de las firmas encuestadas, casi el doble que hace dos años y cinco puntos más que hace solo tres meses. Los sectores donde más empresas se quejan de problemas de disponibilidad de mano de obra son la hostelería y la construcción, donde más de la mitad de las compañías declaran estar en esa tesitura.

Además, la escasez de mano de obra está teniendo ya efectos en las decisiones de las empresas que la sufren. El 40% de las firmas que tienen este problema declara haber reducido las contrataciones previstas, un fenómeno que se da especialmente entre las empresas grandes. De igual modo, un 38% de las compañías con problemas de mano de obra reconoce que ha tenido que subir salarios para conseguir o mantener mano de obra.

En esa ocasión, el Banco de España ha ido más lejos y ha preguntado a los empresarios que no encuentran trabajadores las razones por la que no logran cubrir esas vacantes. La respuesta más repetida fue la falta de perfiles cualificados para cubrir el puesto, algo especialmente acusado en oficios que requieren un título de Formación Profesional. 

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