El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado este jueves un informe en el que rebaja su previsión de crecimiento para España una décima en 2023 hasta el 1,1% y retrasa la recuperación del PIB anterior a la pandemia a 2024, ejercicio para el que estima un crecimiento del 2,4%. El organismo internacional achaca esta desaceleración al efecto de los altos precios de la energía y los alimentos, así como a "las condiciones financieras más estrictas y una demanda externa más débil".
El informe, centrado en la economía española, revisa también la proyección de crecimiento para 2022, aunque en ese caso la eleva seis décimas hasta el 5,2%, respecto a la previsión del 4,6% avanzada en noviembre. "El informe del FMI es muy positivo", ha valorado la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, refiriéndose a este alza en la previsión. De acuerdo al horizonte marcado por el FMI, la economía española no conseguirá crecer por encima del 2% hasta 2024. Posteriormente, el crecimiento del PIB caerá previsiblemente dos décimas en 2025 hasta el 2,2%.
La ministra de Asuntos Económicos ha destacado también que el organismo internacional "avala la política económica del Gobierno, sobre todo, la respuesta a la inflación, la responsabilidad fiscal y el despliegue de las inversiones y reformas del Plan de Recuperación que ya está teniendo un impacto importante". "Dos años después de la pandemia, la economía española se enfrenta a nuevos vientos en contra desencadenados por la invasión de Rusia a Ucrania. La actividad ha sido resistente hasta ahora", reconoce el documento, que señala al papel de los fondos Next Generation en la recuperación, pero pide establecer un sistema de evaluación regular para garantizar su uso eficaz.
En concreto, el FMI acoge con agrado las políticas adoptadas para aliviar la presión de los precios sobre los bolsillos de los consumidores. En ese sentido, respecto a la inflación, apunta a que en los próximos años se mantendrá la senda de moderación de los precios iniciada a finales de 2022. Sitúa la variación anual del IPC en una tasa media del 8,4% en 2022 y vaticina una reducción gradual al 3,7% en 2023, al 2,7% en 2024 y al 2,1% en 2025. Del mismo modo, el dato de inflación al cierre de año, que en 2022 estima en un 5,8% gracias a la merma en los precios de la energía, irá también bajando a un 3,8% a finales de 2023, a un 2,4% en 2024 y a un 2% en 2025.
No obstante, el organismo internacional advierte de que la inflación subyacente se mantiene por encima del 6%, debido a la repercusión de los elevados costes de la energía sobre el resto de precios, si bien reconoce que por el momento se están evitando los efectos de 'segunda ronda', es decir, la presión de la revalorización de los salarios sobre los precios.
En cuanto al empleo, el FMI prevé que la tasa de paro, que sitúa en el 12,8% en 2022, se mantenga en 2023 en los mismos niveles. A partir de ahí, se espera que baje ligeramente en los dos próximos ejercicios, hasta el 12,5% en 2023 y el 12,3% en 2025. Además, aunque señala la necesidad de seguir observando su incidencia, califica como "positivos" los resultados iniciales de la reforma laboral, al haber incentivado la contratación indefinida.
El reto de las pensiones
Asimismo, el organismo acoge positivamente la política fiscal "moderadamente contractiva" prevista en los presupuestos de 2023, si bien señala que en los próximos años será necesaria "una consolidación fiscal gradual y sostenible" y reclama medidas adicionales para preservar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
El FMI pide también un monitoreo pormenorizado del impacto del nuevo impuesto a la banca para medir su impacto, aunque reconoce que de momento el sector financiero español ha resistido bien a la pandemia y a las consecuencias de la guerra en Ucrania. Otro aspecto que señala que habrá que tener en cuenta son las dificultades de los prestatarios para hacer frente al pago de los préstamos ante la subida de los tipos de interés.
Por su parte, según las previsiones del organismo, la deuda pública bajará siete décimas en 2023 hasta el 112,1% del PIB, para descender posteriormente al 110% en 2024 y hasta el 109% en 2025. El FMI admite que estas proyecciones están sujetas a una gran incertidumbre, dado el contexto internacional marcado por la guerra de Ucrania, en el que recalca la importancia de llevar a cabo políticas macroeconómicas flexibles y cuidadosamente calibradas para fomentar el crecimiento.
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