Raquel Checa Responsable del programa Desigualdad Cero de Oxfam Intermón
OPINIÓN

La inflación sí entiende de clases

Comparativa entre poder adquisitivo y renta realizada por Oxfam Intermón
Comparativa entre poder adquisitivo y renta realizada por Oxfam Intermón
Oxfam Intermón
Comparativa entre poder adquisitivo y renta realizada por Oxfam Intermón

Esta mañana estuve en la frutería de mi barrio y mientras esperaba turno participé de una acalorada conversación con algunas vecinas sobre lo caro que está todo y lo difícil que se está poniendo llegar a fin de mes o ahorrar algo. Hace ya semanas que nos levantamos y acostamos oyendo la palabra inflación. Ya forma parte de nuestro lenguaje diario. Pero es importante enfatizar que la inflación sí entiende de clases y castiga a unos más que a otros.

Según cálculos de Oxfam Intermón, la inflación reduce el poder adquisitivo de los hogares más pobres un 30 % más que el de los hogares con mayor nivel de renta. Además, en más de 375.000 hogares, con ingresos muy bajos, ya dedican hoy más de la mitad de lo que ganan a pagar la factura de la energía.

Pero no a todas nos está afectando negativamente. Es obvio que las empresas energéticas están haciendo "su agosto". Por ejemplo, los ingresos de las cuatro mayores empresas energéticas españolas crecieron de manera conjunta un 34 % entre 2020 y 2021. Y sus beneficios agregados en 2021 fueron el doble de la media observada durante los cinco años anteriores. Solo las centrales hidroeléctricas y nucleares habrían generado entre marzo de 2021 y marzo de 2022 más de 6.500 millones de euros de beneficios extraordinarios "caídos del cielo", o mejor dicho "caídos de nuestro bolsillo".

Y por eso toca actuar. Las 'medidas de choque' del Gobierno sirven para evitar lo peor, pero no son suficientes para enfrentar las causas estructurales de la desigualdad. Hay que poner en marcha de forma urgente un impuesto a los beneficios extraordinarios, que se active de manera automática en situaciones de crisis o cambios bruscos en el mercado. Además, hay que fortalecer en el corto plazo los mecanismos de protección social, especialmente el Ingreso Mínimo Vital, asegurando su compatibilidad con las Rentas Mínimas Autonómicas. Y focalizar el apoyo público a las empresas más afectadas por la subida de precios (pymes y autónomas, sobre todo) incentivando su transición energética.

Toca hacer políticas valientes y ambiciosas ahora para que en otoño no se repitan conversaciones en fruterías como la de hoy.

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