La odisea de comprar piso (2) - La hipoteca: "Si no es por mis padres, lo habría perdido todo"

Imagen de archivo de una firma de hipoteca.
Imagen de archivo de una firma de hipoteca.
CEDIDA - Archivo
Imagen de archivo de una firma de hipoteca.

Para Beatriz, una recepcionista de hotel de 30 años que prefiere ocultar su apellido, encontrar el que ahora es su piso fue un trabajo sencillo. Su hermana se había mudado al barrio madrileño de El Cañaveral, un nuevo desarrollo ubicado en el sudeste de Madrid. Ella fue quien le avisó de la construcción de un nuevo edificio junto al de ella. Beatriz se apuntó a la lista de espera de la promotora, salió una vacante, y el piso era suyo. Solo le faltaba un pequeño paso. Obtener el dinero con el que pagarlo.

"Al hacer la reserva, te hacían un estudio con el banco para ver si podías afrontar la hipoteca y yo en esa época trabajaba en un hotel con un buen sueldo y no tuve ningún tipo de problema", relata Beatriz, que empezó a pagar una letra de 660 euros mensuales mientras se construía el edificio. "Luego vino el maravilloso covid".

Beatriz perdió el trabajo, empezó a trabajar como mozo de almacén, pero volvió a quedarse en paro durante la desescalada del verano de 2020. El tiempo corría en su contra porque, en octubre, el banco tenía que hacer el estudio definitivo para poder concederle la hipoteca, un informe cuyo resultado sería seguro negativo si llegaba sin trabajo a esa fecha.

"En septiembre empecé (a trabajar) en una inmobiliaria con un contrato indefinido de primeras, pero claro, cobrando 1000 euros al mes, así que, con tan poca antigüedad, me dijeron que a mí sola no me daban la hipoteca porque era mucho riesgo", relata Beatriz, que ya había pagado unos 50.000 euros por la vivienda que ya no recuperaría íntegra si decidía retirarse.

Lejos de enfriar la demanda, la subida de precios que está registrando la vivienda de compra venta en los últimos años ha venido acompañada de un aumento del 9,3% en la venta de hipotecas por parte de los bancos, con intereses cada vez más altos por la subida del euribor. La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) denuncia "continuos abusos y malas prácticas de los bancos" que han hecho que "las hipotecas se hayan convertido en muchas ocasiones en productos de alto riesgo". La Asociación Española de Banca, la principal patronal del sector, rechazó hacer cualquier tipo de comentarios al respecto a este medio.

En el caso de Beatriz, la única solución era que sus padres le avalaran bien con su piso en propiedad o con todos los bienes presentes y futuros. El requisito del banco no quedaba ahí, sino que incluía una pignoración de 30.000 euros, un bloqueo bancario de esa cantidad durante toda la duración de la hipoteca.

Esto llevó a Beatriz a buscar mejores opciones en otros bancos, pero en su primera tentativa la entidad no llegó ni a hacerle el estudio ante lo que consideraban una hipoteca de alto riesgo de impago. En otra también le pedían el aval, pero no la pignoración. Fue la única opción y tuvo que aceptar.

"La hipoteca la firmé llorando y no precisamente de alegría"

"Los que quieren comprar una hipoteca son casi siempre novatos y se van a enfrentar a un comercial que es todo lo contrario, es expertísimo, lleva años y tiene miles de hipotecas a sus espaldas", declara Manuel Pardos, presidente de Adicae, que recomienda siempre obtener una asistencia adecuada al dar este paso

"Los avales son intolerables, porque el contrato de préstamo hipotecario tiene una garantía contante y sonante, que es tu vivienda, y el seguro que te hacen contratar, y, como ocurrió en la crisis anterior, pueden hacer que el hijo pierda la vivienda y el padre también. Yo siempre recuerdo lo que decía mi padre: 'No avales ni a tu padre'", añade Pardos.

Con todo, Beatriz tuvo que aceptar esta opción, admitiendo que "si no hubiera tenido el apoyo de mis padres habría perdido absolutamente todo, a pesar de haber podido encontrar trabajo para poder seguir pagando, no tenían en cuenta nada".

"La hipoteca la firmé llorando y no precisamente de alegría", recuerda. "Luego sí, es muy bonito porque tengo mi casa, pero el momento de la firma, que se supone que tiene que ser un momento súper alegre, me lo pasé llorando por todo lo que venía arrastrando y la presión que había recibido de la promotora también".

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Pablo Rodero
Redactor 20minutos

Escribo reportajes sobre cuestiones sociales desde conflictividad laboral y desigualdad económica hasta tendencias y consumo, con el denominador común de ser historias contadas a través de vivencias personales de sus protagonistas. Anteriormente, he cubierto información local y economía en 20 Minutos y fui corresponsal freelance en Colombia y Reino Unido.

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