Economía

¿En qué se diferencia la TAE del TEDR a la hora de contratar una tarjeta revolving?

Persona usando un ordenador con tarjeta de crédito y haciendo compras online.
NIELSEN

El Banco de España ha introducido recientemente en sus estadísticas oficiales una aclaración para que los tribunales no comparen erróneamente, como venían haciendo hasta ahora, las tasas anuales equivalentes (TAE) con los tipos efectivos de definición restringida (TEDR). ¿Por qué? A partir de ahora, para determinar si el precio de una tarjeta revolving es “notablemente superior” al precio de mercado, es decir, si puede considerarse usurario o no, los tribunales se basaban en los TEDR, pero ahora el Banco de España aclara que lo que realmente mide su precio son las TAE.

Esto se debe a que, según explica el experto financiero del comparador Banqmi, Antonio Gallardo, los TEDR son más bajos que las TAE, lo que hace que en las comparativas TEDR vs TAE haya una diferencia notable en función el tipo que se ponga como referencia”. Esto puede poner en jaque las 150.000 o 200.000 demandas que, según fuentes jurídicas, hay sobre las tarjetas revolving.

¿En qué se diferencian realmente una TAE de un TEDR?

Para que no haya dudas, el Banco de España expone ya en sus estadísticas que "la finalidad de los tipos TEDR es básicamente proporcionar al Eurosistema información relevante para el análisis de la transmisión de la política monetaria pero no son, a diferencia de los tipos TAE, una referencia adecuada ni comparable del coste total para los clientes de la financiación concedida".

Además, desde Banqmi detallan que "el TEDR medio se calcula con fines de política monetaria y, por tanto, no puede ser empleada como referencia de mercado". Por su parte, agrega que "las TAE están configuradas para dar transparencia en torno a los precios de mercado, como se recoge en la Circular 5/2012 de Banco de España. Por tanto, cada referencia es para lo que es".

También matiza Antonio Gallado que "el TEDR no incluye ni los gastos conexos, como las primas por seguros de amortización (que se contratan de forma separada), ni las comisiones que compensen costes directos relacionados". Sin embargo, añade, "las TAE miden el tipo de interés anualizado de una operación de crédito teniendo en cuenta el tipo de interés nominal, la frecuencia de los pagos (mensuales, trimestrales, etc.) y las comisiones y gastos de la operación. Permite ver de forma más aproximada el precio que ese servicio le cuesta al cliente".

Los bancos, obligados a informar sobre la TAE

Con el fin de aumentar su política de transparencia, las entidades bancarias y financieras están obligadas a reportar las TAE con carácter trimestral al Banco de

España. También deben informar sobre la TAE en la publicidad en la que se haga referencia al coste, en los contratos que formalicen con sus clientes, en las ofertas vinculantes y en los documentos de liquidación. Así, como expone el experto financiero, "la TAE es la referencia de mercado que conocen y entienden los consumidores".

Por ejemplo, la tarjeta BBVA Aqua Más tiene un TEDR del 19%. No obstante, si a esto añadimos la comisión de emisión y mantenimiento de la tarjeta, que son 43 euros anuales, la TAE asciende hasta el 24,72%. Es decir, existe una diferencia de 5,72 puntos porcentuales. En el caso de la tarjeta Santander Iberia Icon, que tiene un TEDR de 8,3% y una TAE del 22,15% (al contabilizar también la comisión de 100€ anuales de emisión y mantenimiento de la tarjeta) vemos que la diferencia entre uno y otro interés asciende hasta los 13,9 puntos.

¿Qué pasará ahora con las tarjetas revolving?

Las últimas sentencias del Tribunal Supremo de mayo y octubre de 2022 ya avalaban que los tipos de interés habituales de las tarjetas revolving oscilaban entre el 23% y 26% entre 1999 y 2009 y, por lo tanto, en casos en los que no se superara ese interés, sus precios no podían ser usuarios.

A partir de ahora, con la aclaración del BdE, las partes tendrán que aportar pruebas sobre los precios normales o habituales del mercado, es decir, las TAE, en el momento de la contratación de la tarjeta en cuestión. Para ello, debido a que no hay estadísticas oficiales que muestren exactamente las TAE de los productos revolving, deberán buscar otras fórmulas de comparación, como las TAE individuales de los bancos y establecimientos de crédito para solventar gran parte del caos jurídico.

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