El más que posible rescate a España no implicará más condiciones que las ya pactadas en el memorádum de ayuda a los bancos o las incluidas en las recomendaciones económicas de la Comisión Europea, pero sí traerá requisitos más específicos y, sobre todo, plazos más concretos.
Lo dijo el fin de semana el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, y lo ha repetido este lunes el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Joaquín Almunia.
Almunia ha insistido en que las exigencias - que las habrá- que pueden venir de Europa al Gobierno de Mariano Rajoy "no serán diferentes a las que ya se conocen"; "Otra cosa es que vayan a ser más precisas en cuanto a fechas de adopción de decisiones o de cumplimento", ha añadido el también responsable de Competencia del Ejecutivo europeo.
En cualquier caso, es necesario que España haga una petición formal de ayuda. Según fuentes europeas, "el sentir generalizado en la Eurozona" es que esto ocurrirá pronto, aunque no antes de final de mes. Cuando pase, se pondrá en marcha el nuevo programa de compra de bonos de los países en dificultades anunciado la semana pasada por Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo.
Se firmará también un nuevo memorándum de entendimiento, en el que se recogerán las condiciones en las que la ayuda financiera se concede al Estado, que suele ir acompañado por exigencias reformas y recortes.
Almunia ha asegurado que todo el mundo comprende que una ayuda financiera exija una serie de medidas como contrapartida, igual que todo contrato fija condiciones para las partes, al tiempo que señaló que estas estarán en línea con las recomendaciones económicas ya presentadas por la Comisión Europea.
"En el caso de que se llegase a pedir la intervención, muchas de las condiciones que se pueden incluir, por no decir prácticamente todas las que se pueden imaginar, ya están en las recomendaciones, en función del pacto de Estabililidad y Crecimiento, de las correcciones de los desequilibrios macroeconómicos o de los programas de reformas estructurales", subrayó.
Almunia alabó el anuncio del BCE, una "decisión muy importante" y destacó la "reacción extraordinariamente positiva" tanto de los mercados, como de buena parte de los gobierno europeos y de los expertos, pese a las voces críticas que se han alzado, principalmente, en Alemania.
El vicepresidente de la CE indicó que esta medida era necesaria para reducir las tensiones en los mercados de la deuda y señaló que ahora hay que seguir tomando decisiones en el mercado "de esa envergadura en la zona euro y en cada país". Almunia instó a cada país, "incluido España", a tomar sus propias decisiones.
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