Bruselas prevé que España sea la gran economía de la UE que más crezca hasta 2025, pero incumplirá las reglas fiscales ya en 2024

La Comisión Europea espera que España sea, de las cuatro grandes economías de la eurozona, la que más rápido crezca hasta 2025. Los cálculos de Bruselas vaticinan que la economía española avanzará a un ritmo del 2,4% este año, se ralentizará hasta el 1,7% el que viene y volverá a recuperar algo de ritmo en 2025, ejercicio en el que el PIB repuntaría un 2%.

Las previsiones de la UE sitúan al país por encima de las tres grandes potencias del bloque comunitario: Alemania, Francia e Italia por este orden. Los analistas de la Comisión señalan que ninguno de esos tres países logrará crecer por encima del 1,5% en los dos próximos años. De hecho, en el caso de Alemania se espera una pequeña contracción de la economía ya este mismo ejercicio.

La Comisión cree que el consumo de los hogares será la fuerza que tirará de la economía el año próximo. A medida que la inflación se vaya reduciendo —se espera que se modere del 3,6% este año al 3,4% en 2024— las familias deberían recuperar una parte del poder adquisitivo perdido durante la crisis. Además, se prevé que se siga creando empleo —aunque a menor ritmo que hasta ahora— lo que también contribuirá a tirar del consumo. La Comisión espera que la tasa de paro cierre en un 12,1% este año y que se vaya reduciendo hasta el 11,1% dentro de dos años.

También jugarán un papel clave los fondos europeos de recuperación, que deberían ser capaces de sostener la inversión en un contexto en el que los costes de financiación seguirán elevados por los elevados tipos de interés que mantiene el Banco Central Europeo. Tras un 2024 con crecimiento más moderado, la economía aceleraría ligeramente en 2025 gracias a la entrada en escena de los préstamos con cargo a los fondos europeos, que empezarán a concederse a partir de ese año, según está planificado en el calendario.

No obstante, el panorama no está, ni mucho menos, exento de obstáculos. La Comisión advierte de que los elevados tipos de interés fijados por el BCE pueden frenar la demanda. Sobre todo a la luz de los elevados niveles de deuda pública y privada que existe en España, aunque se ha ido reduciendo.

Déficit estructural por encima del 3%

La otra cara de la moneda son las finanzas públicas. Bruselas cree que España no será capaz de cumplir con los límites de déficit, aun eliminando por completo las medidas anticrisis cuando decaigan en diciembre. La Comisión dibuja un panorama en el que España se ha instalado con un déficit estructural —el que siempre permanece, más allá de si el momento del ciclo económico es bueno o malo— por encima del 3% del PIB. 

El Gobierno se ha comprometido a reducir el desequilibrio en las cuentas públicas al 3% ya el año que viene. Sin embargo, los cálculos de la Comisión señalan que, salvo sorpresa, habrá que acometer un ajuste estructural adicional a la retirada de las medidas. En lo que respecta a la deuda, la previsión de la Comisión Europea es que cerrará en el 107,5% del PIB este año, pero después se estancará en el 106,5% a medio plazo.

Con la vuelta de la disciplina fiscal europea esperada para el año que viene, España se expone a entrar de nuevo en el procedimiento de déficit excesivo de la UE si no cumple su compromiso de reducir el desequilibrio. Un régimen que puede acabar implicando sanciones económicas importantes y acatar las recomendaciones fiscales que señale la UE. En todo caso, la Comisión espera que el año que viene haya una docena de países que no cumplan con los objetivos de déficit. Entre ellos, Francia e Italia, que se desviarán por encima del 4%.