OPINIÓN

Fin de ciclo

El impulso de las nuevas tecnologías ha propiciado el uso de nuevos métodos para pagar que, cada vez más, están alejando el pago en efectivo. Tarjetas contactless, pago con el móvil, códigos QR o transferencias a través de aplicaciones como Bizum. Estas son solo algunas de las herramientas que están desplazando el dinero en efectivo y cada vez son menos las personas que llevan billetes o monedas en la cartera.
Billetes de euro.
El impulso de las nuevas tecnologías ha propiciado el uso de nuevos métodos para pagar que, cada vez más, están alejando el pago en efectivo. Tarjetas contactless, pago con el móvil, códigos QR o transferencias a través de aplicaciones como Bizum. Estas son solo algunas de las herramientas que están desplazando el dinero en efectivo y cada vez son menos las personas que llevan billetes o monedas en la cartera.

Nos gusté o no, se acabó lo que se daba: la inflación es ya asfixiante. Les cuento.

Resulta que los bancos centrales han ido creando dinero e inyectándolo en vena de sus respectivas economías con un frenesí desmedido para evitar que se parara la economía, llegando incluso a los tipos de interés negativos.

La economía necesitaba gasolina y se le dio toda la que se pudo y más. Los bancos hicieron lo mismo, no con su dinero, sino con el de sus clientes. Es decir, ya no te daban interés para guardártelo, sino que te freían y fríen a comisiones por cualquier cosa que hagas.

Un dato más para resumir: la deuda española, hace menos de dos años, llegó a cotizar en negativo. Es decir, en vez de cobrar interés por tenerla, lo pagabas. Era más que obvio que tanto dinero barato se terminaría en cuanto tuviéramos inflación. Lo sabía todo el mundo mundial. Y se contaba con ello. De la misma manera que los estados pasarían a pagar más para poder financiar su deuda, con los problemas que esto va a conllevar, sí o sí, a la hora de elaborar los presupuestos.

Pero lo que no se sabía es que al final de la pandemia se le sumaría la invasión de Ucrania por el sátrapa del Kremlin, lo que ha elevado las tensiones inflacionistas a niveles totalmente inaceptables. 

Bien, y ahora, ¿qué? Pues, se quiera o no se quiera, los bancos centrales van a tener que subir el precio del dinero de forma muy agresiva para intentar conseguir enfriar la economía. Posiblemente este miércoles o jueves, la Reserva Federal de EE.UU. lo haga entre un 0,50% y un 0,75%. Y no se quedarán aquí: habrá más hachazos. Por esto caen las bolsas: se ha terminado el ciclo alcista y empieza uno a la baja. 

Hay empresas muy endeudadas y van a tener más problemas para financiarse, como muchas familias. Aprovechen el verano, aunque haga tanto calor. Todo indica que el otoño podrá ser todavía más caliente.

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