Economía

Francia y Alemania quieren ceder más soberanía a la UE para que el BCE compre deuda masiva

Sede del BCE en Fráncfort.
Kai Pfaffenbach / Reuters

París y Berlín preparan, en su anunciada propuesta conjunta de reforma de los Tratados de la Unión Europea (UE), una mayor cesión de soberanía, con un refuerzo de la cooperación intergubernamental, según informó este domingo Le Journal du dimanche.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, presentará parte de las ideas que negocia con la canciller alemana, Angela Merkel, el próximo jueves en Tolón (sur de Francia), en un discurso en el que explicará que la Comisión Europea deberá tener "nuevos poderes supranacionales".

El diario, que cita fuentes del gobierno sin identificarlas, cuenta que Sarkozy defenderá la reforma de los Tratados que tanto él como Merkel adelantaron el pasado jueves en Estrasburgo que presentarán a sus socios comunitarios antes del Consejo Europeo del 9 de diciembre.

Por otro lado, la prensa alemana ha informado este domingo de que el nuevo pacto de estabilidad del euro que negocian Berlín y París allanará el camino para que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda de forma masiva, algo a lo que hasta ahora se había negado la canciller alemana, Angela Merkel. Los detalles de este nuevo pacto (que crearía un "club de los supereuropeos" o una "coalición de los ahorradores", según el periódico alemán Die Welt am Sonntag) podrían conocerse en parte la semana que viene y ser desvelados al completo en la cumbre de líderes de la UE del próximo 9 de diciembre en Bruselas.

Papel de la Comisión Europea

Respecto a esa reforma del papel de la Comisión Europea, en Le Journal du dimanche se precisa que los líderes de la UE la deberán solicitar y que los parlamentos nacionales "mantendrán la iniciativa de los esfuerzos a los que habrá que llegar". Agrega el diario que Sarkozy se abstendrá de mencionar el término "federalismo" para la nueva arquitectura que salga de la reforma de los Tratados que propondrán París y Berlín y que se hablará más bien de "un refuerzo de lo intergubernamental".

También añade la fuente que esta "pérdida de soberanía" de los Estados miembros ha causado ya diferencias dentro del Gobierno francés y que el ministro de Exteriores, Alain Juppé, ha manifestado su oposición a que los presupuestos de los países sean sometidos a la aprobación de una conferencia intergubernamental.

Las fuentes del diario francés estiman que el procedimiento para alcanzar ese estado que se propondrá "será largo. El Elíseo lo cuenta en años".

Compra de deuda masiva

Los suscriptores del nuevo pacto en el que el BCE podría comprar deuda masiva, que sería un acuerdo entre países individuales y no un tratado que los Veintisiete tendrían que ratificar, obligaría a un estricto control de los déficit nacionales y sancionaría una supervisión presupuestaria supranacional. "Así demostrarán su determinación para atajar el problema de la deuda rápida y comprensivamente", señala la publicación Die Welt am Sonntag.

A cambio, los firmantes contarían con la ayuda permanente del BCE que, manteniendo su independencia pero dispuesto a apoyar a los países comprometidos con la consolidación fiscal, actuaría de forma contundente en los mercados de deuda para mantener bajos los tipos de interés de sus bonos soberanos. "Después de estas medidas (de ajuste), debería haber una mayoría dentro del BCE lista para realizar intervenciones más contundentes en los mercados de capital", señaló al periódico una fuente del Gobierno alemán.

"El BCE ayudará"

Al parecer, la autoridad monetaria europea ya ha sido sondeada sobre su posición con respecto a este nuevo pacto que negocian en secreto los Gobiernos de Francia y Alemania y que, pese a la difusión en medios germanos, no ha sido confirmado oficialmente.

En este sentido, un miembro del BCE sin identificar agregó al Die Welt am Sonntag que "si los políticos tienen problemas mientras realizan un paso verdaderamente comprensivo, entonces el BCE entrará en juego y ayudará".

Las razones del nuevo pacto

Las razones de Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para promover este nuevo acuerdo (que de alguna forma puentea a la Comisión Europea)  son la necesidad de actuar con rapidez y la de evitar los bloqueos de países particulares. Las fuentes consultadas por el rotativo alemán señalaron que una reforma de los tratados europeos tardaría al menos un año en entrar en vigor, cuando esta nueva vía podría estar lista para enero o febrero de 2012.

Si este pacto de estabilidad se tramitase por la vía comunitaria en lugar de como acuerdo entre países podría embarrancar con que uno de los Veintisiete (aunque no esté en la Unión Económica y Monetaria) se negase a ratificarlo.

"Alemania y Francia no están dispuestas a esperar a una unanimidad de todos los países de la UE", apunta la publicación, que recuerda el nerviosismo instalado en los mercados y los crecientes problemas de países como España e Italia, pero también Francia y Alemania, para colocar sus bonos.

Además, con este paso se pueden anular las reticencias de algunos países a comprometerse más efectivamente con la consolidación fiscal y con la integración fiscal europea, una necesidad según Merkel y Sarkozy.

Entre los países que hasta el momento se han mostrado más críticos con la posibilidad de una mayor cohesión fiscal en la UE destaca el Reino Unido.

La canciller alemana parece haber dado su brazo a torcer con respecto al papel del BCE debido al incremento de la presión del resto de socios de la eurozona y de otros países como el Reino Unido y Estados Unidos, y a su oposición a la otra posible salida a la crisis: los eurobonos.

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