El precio de los alimentos frena su ritmo de subida en julio. La inflación ha caído más de medio punto en el séptimo mes del año hasta una tasa interanual del 2,8%, su nivel más bajo desde febrero. Así se desprende del avance provisional del Índice de Precios de Consumo (IPC) publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que achaca el descenso al abaratamiento de la electricidad y los alimentos. La inflación subyacente iguala la marca del índice general y se sitúa en su nivel más bajo desde principios de 2022.
De este modo, el IPC anota su segundo mes a la baja y lo hace con un descenso sólido de seis décimas respecto a la tasa interanual del 3,4% en la que se situó en junio. Esta moderación en el ritmo de subida de los precios devuelve la inflación al mínimo anual anotado en febrero y marca distancias respecto a la cota de en torno al 3,5% en la que, con la excepción de febrero, el IPC llevaba estancado desde septiembre del año pasado. El dato provisional conocido este martes supone, junto al registrado en el segundo mes de 2024, la tasa más baja desde agosto del año pasado, cuando el indicador se situaba en el 2,6%. En términos mensuales, el IPC bajó un 0,5% respecto al nivel de precios de junio.
En concreto, el INE achaca principalmente la pronunciada desaceleración de los precios en julio al descenso registrado en la factura de la luz, cuyo precio ha anotado una bajada interanual mayor incluso a la registrada el año pasado por las mismas fechas, y al comportamiento del precio de los alimentos, que se han abaratado frente a la subida experimentada en julio de 2023.
Aunque habrá que esperar hasta mediados de mes para conocer los datos definitivos y el detalle del IPC en estas categorías, todo apunta a que la prórroga en la rebaja del IVA de alimentos básicos habría sentado bien al bolsillo de los consumidores. Para amortiguar el impacto de las subidas de precios, el Gobierno prorrogó a finales de junio la bonificación al IVA de productos básicos como el pan, la harina, la leche, los huevos y la fruta, ampliando hasta el 0% la rebaja en el gravamen del aceite a partir del 1 de julio.
A falta de conocer el dato de julio, el precio de los alimentos ha subido solo en los primeros seis meses del año un 1,4%. Su tasa de inflación interanual superaba en junio todavía el 4%, pese a haberse moderado significativamente respecto al 7,4% en el que empezó el año. La subida de precio ha sido especialmente marcada en el el aceite de oliva, que es casi un 54% más caro que hace un año, pero el alza llega también al 14,4% en la fruta fresca y roza el 10% en la carne de caprino, por ejemplo.
En menor medida, junto al abaratamiento de la electricidad y los alimentos, el INE apunta a que también han contribuido a reducir la inflación en julio los precios de ocio y cultura, que han subido menos de lo que lo hicieron en el mismo mes del año pasado. Este aspecto no es baladí precisamente en un mes como julio en el que muchos empiezan a disfrutar de las vacaciones de verano.
El comportamiento favorable de la cesta de la compra y de los productos y servicios de ocio y cultura se ha reflejado en la evolución de la inflación subyacente, que descuenta del cálculo el precio de la energía y los alimentos no elaborados por su alta volatilidad. Este indicador ha caído dos décimas en tasa interanual respecto al 3% registrado en junio. De este modo, el IPC subyacente continúa en la senda de la moderación, aunque confluye con el dato general tras tres meses por debajo de este. Solo en el último mes ha disminuido un 0,3% en términos mensuales.
Con el descenso conocido este martes, la inflación se acerca al objetivo del 2% al que pretende devolver los precios el Banco Central Europeo (BCE). La institución presidida por Christine Lagarde emprendió en junio un cambio de rumbo en la política monetaria con la primera bajada de los tipos de interés casi dos años después de empezar a subirlos allá por julio de 2022, pero en su reunión de este mes decidió mantener los tipos inmóviles en el entrono del 4,25%.
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