Las cadenas de favores, la alternativa colaborativa en época de inflación

Creatividad sobre cadena de favores.
Creatividad sobre cadena de favores.
Carlos Gámez
Creatividad sobre cadena de favores.

Este último año ha traído complicaciones a muchos hogares que se han visto perjudicados económicamente debido a los repuntes de la inflación. Tanto es así, que algunas familias tienen dificultades para cuadrar sus presupuestos y llegar a fin de mes. En este contexto, algunos han decidido recurrir a alternativas tradicionales para aliviar el bolsillo, como las compras de segunda mano o métodos de ahorro en el supermercado.

Pero, además de esas opciones, existen otras que permiten mitigar el impacto del alto coste de la vida: las cadenas de favores. Esta iniciativa colaborativa permite intercambiar "favores" con otros sin necesidad de realizar un desembolso económico. Es decir, es una vía para que conocidos, vecinos o una comunidad se ayuden entre ellos de forma desinteresada.

Atendiendo al argumento de la película Cadena de Favores (2000), la idea se basa en la siguiente: una persona realiza una serie de favores a ciertas personas y, a cambio, ellas le devolverán el favor ayudando a otras y así sucesivamente, de modo que acaba activando una cadena.

Imagina que se te ha roto una tubería y necesitas un fontanero, en este caso un profesional puede ir a realizar el arreglo y, en lugar de pagar con dinero, devuelves ese "favor" con otro que puedas proporcionar, no necesariamente a la misma persona. 

Para que esto sea realmente efectivo se necesita un conjunto de personas dispuestas a ofrecer y recibir conocimientos, servicios o productos, ya sea formando un grupo pequeño entre conocidos o siendo parte de una gran comunidad, como es el caso de diversas asociaciones que han nacido en España.

En el momento de la verdad, el que me puede ayudar es mi vecino o las personas que tengo cerca

En 2020, durante la pandemia, surgieron diferentes iniciativas de vecinos para cooperar entre ellos, como es el caso de Cadena de Favores de Menorca. Comenzó siendo un grupo de Facebook en el que se realizaban favores diarios para hacer frente a la complicada situación, pero gracias a la gran acogida terminaron formando una Asociación. 

Ahora, en sus redes sociales, donde aglutinan a más de 12.000 personas, los usuarios ofrecen y demandan diferentes artículos, como ropa, libros, muebles y transporte o accesorios para niños, además de habitaciones o viviendas, servicios por parte de profesionales o clases online, en algunos casos cobrando un importe muy pequeño, según explica María Prieto, una de sus fundadoras.

"En el momento de la verdad, el que me puede ayudar es mi vecino o las personas que tengo cerca", manifiesta Prieto, quien resalta lo beneficioso que resulta crear vínculos con gente motivada a echar una mano, puesto que "no solo se brinda un producto o servicio, sino que también se genera esperanza y confianza".

Por otro lado, también existen los Bancos de Tiempo, donde se intercambian servicios entre los miembros sin que medie el dinero, sino que solo se contabilizan las horas efectuadas y recibidas. María Nikolopoulou, presidenta de la Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo (ADBdT), explica que el servicio prestado se paga con tiempo, es decir, una persona acumula las horas que ha destinado a ayudar a otra persona y las intercambia por otros servicios que pueda necesitar.

En este sentido, un individuo puede dar clases de francés a otra persona durante una hora y, después, intercambiar esa hora para que otra persona le ayude con una mudanza durante la misma cantidad de tiempo. Así, los ámbitos de servicios englobarían desde idiomas, formación, cultura y artes o informática hasta construcción, reparaciones, cuidado del cuerpo y la salud, jardinería o asesoramiento y orientación, entre otros.

"Las personas suelen solicitar y ofrecer cosas que necesitan o que siempre han querido aprender pero no han tenido los recursos para hacerlo", apunta Nikolopoulou al explicar que lo que se pretende es que esas personas que no tienen suficiente dinero puedan contar, por ejemplo, con clases de inglés para sus hijos a cambio de otro servicio o habilidad que pueda ofrecer, como bricolaje.

Alexandra Smith
Redactora '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad de La Laguna. Máster en Periodismo Multimedia Profesional de la Universidad Complutense de Madrid y máster en Periodismo Experto en Criminología del Instituto Europeo de Periodismo y Comunicación. Tras probar diferentes ámbitos de la comunicación, llegué a 20minutos en 2022 con mucha ilusión y desde entonces he pasado por Consumo, Mi Bolsillo y Última Hora.

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